En From Russia With Love, James Bond (interpretado por Sean Connery) dijo jocosamente “Tenemos un dicho en Inglaterra: donde hay humo, hay fuego”. La semana pasada el Instituto de Desarrollo y Crédito Cooperativo (Idecoop) –regulador de las cooperativas – anunció que los 16 miembros del “Gobierno Corporativo” designado para gestionar la Cooperativa de Ahorros y Créditos Herrera Inc. (Coop-Herrera) luego de que esta fuese intervenida habían renunciado sin publicar el informe de gestión y plan de recuperación que les había sido confiado.
Conforme a la publicación del IDECOOP, ellos han tenido que asumir directamente la administración de los remanentes de Coop-Herrera en vista de la renuncia del consejo. Es curioso resaltar que muchos de los miembros del consejo designado por el Idecoop eran a su vez representantes de otras cooperativas, lo que debió haber contribuido a una mejor labor en cuanto a la recuperación de Coop-Herrera, pues se presumiría que entre agentes de un mismo sector habría un interés positivo para buscar soluciones internas o en términos más coloquiales, “lavar los trapos en casa”.
Esta publicación del Idecoop ha dado lugar a señales de humo pues, aunque informó responsablemente el suceso al público, dejó más preguntas que respuestas. ¿Por qué renunció el consejo entero? ¿Qué ha transcurrido desde que dicho consejo fue designado en marzo de 2024 a la actualidad? ¿Por qué se permitió que este consejo incumpliera con su obligación de rendir un plan de recuperación desde junio de 2024? ¿Cuáles acciones estará persiguiendo el Idecoop para responsabilizar a estos miembros renunciantes por su aparente falta en finalizar el informe de gestión y plan de recuperación luego del plazo acordado?
Lo saludable es que el IDECOOP aclare estos puntos oportunamente para evitar especulaciones y salvaguardar la transparencia del proceso de intervención de Coop-Herrera. De lo contrario, se podría deducir que la situación dentro de Coop-Herrera es tan engorrosa –un fuego, en esencia– que el consejo optó por simplemente renunciar, sin importar las consecuencias de esa acción, tanto legales como pragmáticas y reputacionales.
Esta situación es otro recordatorio de porqué es imperativo modernizar la regulación de las cooperativas, especialmente las de ahorro y crédito. Sin una nueva regulación y el traspaso de las atribuciones supervisoras del Idecoop a la Autoridad Monetaria y Financiera, esta tendencia de fallos en el sistema cooperativista continuará ocurriendo pues la regulación actual (que data del Triunvirato) simplemente no está al nivel de las demandas de la modernidad.
Lo más lamentable de todo este embrollo es que los depositantes afectados por la situación de Coop-Herrera son aquellos dominicanos más vulnerables y que precisamente carecen de acceso a servicios financieros regulados. Por eso, este tipo de crisis es sumamente dañina, pues estos depositantes, al ver como una entidad “regulada” no puede honrar sus depósitos, tienden a adentrarse de vuelta en la informalidad.
Independientemente del desenlace de Coop-Herrera, es importante que el Idecoop comparta más detalles sobre la renuncia del consejo y estadísticas sobre las gestiones de regularización que está realizando. El Congreso Nacional, por su parte, tiene la oportunidad de legislar responsablemente para modernizar la regularización y supervisión de las cooperativas en aras de proteger a los dominicanos más vulnerables que acostumbran a usarlas. Continuar sin modernizar la regulación no es la solución responsable – de seguir todo como está veremos en primera fila como las irregularidades en las cooperativas continuarán causando un gran dolor de cabeza.