El año pasado el señor Presidente de la República Luis Abinader Corona, creyendo encontrar una solución a la carestía de los productos alimenticios de primera necesidad, envió al Congreso Nacional un proyecto de ley para la eliminación por seis meses de los impuestos aduanales (tasa cero) para unos 67 productos importados, la mayoría producidos en nuestro país, pero el remedio resultó peor que la enfermedad, pues esta medida llevó a la quiebra a cientos de empresas grandes, medianas y pequeñas, a la pérdida de miles de empleos directos e indirectos y los precios de dichos productos continuaron aumentando de precios todos los días, los cuales .
En plena campaña electoral de nuevo envió al Congreso Nacional otro proyecto de ley para la eliminación definitiva de los impuestos aduaneros a productos terminados importados, en vez de eliminar los impuestos a la materia prima, a las maquinarias, equipos e insumos necesarios para la producción agropecuaria y pecuaria nacional, con lo que se estaría protegiendo a los productores nacionales, los cuales han demostrado una gran eficiencia. De haberse aprobado dicha ley se le hubiese dado el tiro de gracias a dichos productores y atentado contra nuestra soberanía y seguridad alimentaria, pues son los que crean riquezas y empleos.
Dicho proyecto concitó un gran rechazo en los partidos de oposición, en las asociaciones empresariales y en los propios productores agropecuarios, por lo que el Presidente Abinader se vio obligado a retirarlo del congreso. Los únicos que lo defendieron fueron los importadores, pues este sector siempre obtiene pingües beneficios sin asumir ningún tipo de riesgos a costa de nuestros productores.
Hace apenas dos semanas, el Presidente Abinader expresó en declaraciones a la prensa lo siguiente: “El país produce el 90.6 % de los alimentos que consumen los dominicanos, asegurando que la República Dominicana es, en gran medida autosuficiente en materia de seguridad alimentaria, pasando e 88.5 % en 2019 a 90.6 % en 2023, a pesar de que somos una isla con poco terreno. Por eso, cada día que puedo, felicito a los eficientes trabajadores, emprendedores productores agrícolas y pecuarios, que son un ejemplo. Cada vez que vamos fuera del país a nuestros productores los ponen de ejemplo, o sea, tenemos un fortísimo grupo agropecuario, como lo demuestran las estadísticas”.
Si eso es así, Señor Presidente, ¿por qué usted no expresó estos argumentos antes de enviar al Congreso Nacional los dos proyectos de ley antes señalados que van en detrimento de los productores nacionales que usted tanto dice defender? Sobre este tema, en sus discursos y ejecutoria existe una gran incoherencia, es como propinarle una golpiza a una persona y luego, por remordimiento de conciencia, tratar de curar sus heridas con “sebo de flande”. “A Dios rogando y con el mazo dando”. Después del daño ocasionado por ese craso error, por esa desatinada y aberrante decisión, porque está en campaña reeleccionista, usted quiere ahora tratar de enmendar dicho error y congraciarse con nuestros productores agropecuarios, los cuales están siendo afectados por esa nefasta decisión. Desafortunadamente ninguno de los líderes de los partidos políticos de oposición se ha referido a estas incoherencias del señor Presidente de la República.