El hidrógeno verde es considerado como una de las fuentes de energía del futuro, prometiendo ser el pilar de una transición energética limpia y sostenible. Sin embargo, aún enfrenta diversos desafíos técnicos y económicos que deben superarse para su consolidación a nivel global.

El hidrógeno verde es producido mediante electrólisis del agua utilizando energía renovable. Se diferencia de otros tipos de hidrógeno (gris, azul, marrón) por su proceso de producción, que no emite dióxido de carbono ni otros gases contaminantes.

Desde 2010 hay un incremento notable en la inversión y producción del hidrógeno verde. Según datos de la Agencia Internacional de Energía (AIE), para 2021 la capacidad global de producción de hidrógeno verde había aumentado, principalmente en Europa, Asia y Norteamérica.

No obstante, la electrólisis todavía tiene limitaciones de eficiencia, lo que aumenta los costos de producción del hidrógeno verde. Aunque en los últimos años los avances tecnológicos han logrado reducir estos costos, todavía no compiten a la par con los combustibles fósiles en muchas regiones.

Las infraestructuras de producción actual están diseñadas para trabajar con combustibles fósiles, lo que implica una inversión significativa para adaptarla al hidrógeno, tanto en transporte como en almacenamiento.

Uno de los mayores desafíos del hidrógeno verde es fuentes de energía renovable para su producción. Si bien la idea es usar energías limpias, en la práctica, si no hay suficiente suministro de estas energías, se recurre a fuentes convencionales para producirla, lo que disminuye su perfil ecológico. Es fundamental aumentar la capacidad de generación renovable para garantizar una producción 100% verde.

A diferencia de los combustibles fósiles, el hidrógeno tiene una densidad energética baja, lo que significa que se necesita más espacio para almacenar la misma cantidad de energía. Además, se requieren condiciones especiales como altas presiones o bajas temperaturas, lo que implica mayores costos.

El hidrógeno verde podría ser la energía del futuro, con la cual será posible lograr un alto grado de interdependencia de los combustibles fósiles, pero aún hay retos significativos que superar. La inversión en investigación y desarrollo, así como políticas que fomenten su adopción, serán cruciales para consolidar al hidrógeno verde como una solución energética. sostenible en el largo plazo.

La República Dominicana tiene potencial para la producción de hidrógeno verde, especialmente debido a su acceso a recursos renovables, como sol y viento, fuentes primarias de energía que pueden alimentar procesos de electrólisis. Sin embargo, el éxito de cualquier iniciativa en este ámbito dependerá de la voluntad política, la inversión y la planificación estratégica. Por cierto, no escucho hablar de este tema en nuestro mundillo político.