Lamenté mucho no poder asistir, pese a que fui invitado gentilmente por el propio autor, a la puesta en circulación del libro Transición Electoral 1966-1996, de mi amigo, el doctor Guido Gómez Mazara.
En lo personal me fascina el tema electoral. He dedicado parte importante de mi vida a la actividad política y al estudio de los procesos electorales. La interesante obra de Guido Gómez trata precisamente de los procesos electorales durante un ciclo de 30 años, en los que los actores principales fueron tres líderes carismáticos, de profundo arraigo popular y de convicciones ideológicas.
Se trata del profesor Juan Bosch, el doctor Joaquín Balaguer y el doctor Peña Gómez. Se trata de tres líderes, para muchos tres caudillos, cada quien con ideas y características muy particulares, pero esenciales para comprender la historia electoral contemporánea, sobre todo, la acontecida a partir de 1966.
En esos 30 años se producen tres elecciones fundamentales. Me refiero a las elecciones de 1966, 1978 y 1996. Las tres son estudiadas, con conocimiento de causa, en la obra que nos ofrece el doctor Mazara.
Las primeras son las que se producen después de La Guerra de Abril de 1965, y con las tropas norteamericanas aún en el país, que terminan, contra el sentimiento nacional, encaramando al doctor Balaguer en el poder, y como consecuencia de ese muy cuestionado resultado, terminan también llevando al profesor Juan Bosch a un autoexilio hacia Europa. Esas elecciones, bendecidas por el imperio, inauguran los fatídicos gobiernos conocidos como "de los doce años de Balaguer", en los que la represión contra las fuerzas democráticas y la Izquierda Revolucionaria fue la tónica principal.
El segundo acontecimiento electoral, en ese período de 30 años, estudiado con detenimiento y en detalle, por el acreditado investigador, académico y brillante expositor, Guido Gómez Mazara, es el relativo a las elecciones de 1978, que ponen fin a los doce años de gobiernos balagueristas, y abren las puertas, de par en par, al período democrático, encabezado por el hacendado Antonio Guzmán como presidente de la República, y por el doctor Peña Gómez, como líder del Partido Revolucionario Dominicano.
Para muchos, la democracia en República Dominicana se inicia con la muerte del dictador Rafael Leónidas Trujillo, y para otros con el ascenso de Balaguer al poder en 1966. Pero para mí es en 1978, a raíz de esas elecciones, que se inicia realmente la democracia política en el país. Con el ascenso del PRD al poder regresan los exiliados, salen los presos de las cárceles y los partidos políticos empiezan a actuar sin temor a que sus líderes y militantes sean apresados, asesinados o exiliados, como ocurría en los gobiernos anteriores de Balaguer, que llegó a acuñar la frase de que en sus gobiernos había "fuerzas incontrolables", con lo cual admitía la comisión de crímenes, solo que no eran de su responsabilidad, sino de esas "fuerzas incontrolables".
El triunfo electoral del PRD y de sus fuerzas aliadas, tanto de derecha como de izquierda, y el lograr el respeto a la voluntad popular, pese a los intentos militares de desconocerla, consolidó el liderazgo del doctor José Francisco Peña Gómez, convirtiéndolo en un líder de primer orden en la política dominicana.
Fue Peña Gómez, tras la salida del profesor Bosch del PRD en 1973, que le tocó elaborar la táctica para llevar al partido blanco al poder. Fue él quien entendió la importancia de quebrantar la línea de la abstención impuesta por Bosch en el PRD, y al mismo tiempo acercar el PRD a sectores de la oligarquía dominicana, y en el orden internacional, a la Internacional Socialista y los llamados Liberales de Washington. Esa política muy bien concebida por Peña Gómez, en lo estratégico y en lo táctico, es la que consolida el apoyo nacional e internacional hacia el candidato presidencial, Antonio Guzmán Fernández, y posibilita el ascenso del PRD al poder. El desafío que tuvo que afrontar Peña Gómez a partir de 1973 no fue chiquito, pero lo hizo con creces. Mantuvo la unidad del PRD bajo su liderazgo, y convenció al país de que era posible no solo derrotar en las urnas a Joaquín Balaguer, sino también sacarlo del poder.
Soy de los que estiman que sin el liderazgo y visión estratégica de Peña, Balaguer no hubiese salido del poder en 1978, pese a que en ese momento soplaban vientos democráticos en América Latina, con la política patrocinada por el presidente norteamericano Jimmy Carter, de sustitución de los regímenes de fuerza, como los del doctor Balaguer, por partidos y gobiernos democráticos como el PRD.
El tercer acontecimiento electoral, merecedor de un importante estudio, son las elecciones de 1996, que derrotan al doctor Peña Gómez, y llevan al poder al PLD y al doctor Leonel Fernández.
Esas elecciones marcan una nueva época electoral en la República Dominicana, y prácticamente determinan la salida del espectro político y electoral, como figuras fundamentales, de Bosch, Balaguer y Peña, los tres líderes que habían pautado la política de los últimos 30 años. Contra todo pronóstico, Peña Gómez, que había ganado las elecciones de 1994 y contra quien se había hecho un colosal fraude, perdió las elecciones en la segunda vuelta del 30 de junio. El doctor Balaguer, decidido a impedir el triunfo de Peña Gómez, que había quedado en primer lugar en la primera vuelta con un 45.5%, respaldó al PLD, y ahí estuvo la diferencia entre ganar y perder.
Esas elecciones marcan un nuevo ciclo electoral en RD. A partir de ahí, son otros los actores, los líderes y otra la mecánica electoral.
Esas tres elecciones, y todas las que se produjeron en el camino entre una y otra, son estudiadas y analizadas por la exquisita pluma del doctor Guido Gómez Mazara, un hombre que tiene la virtud de exponer sus ideas, tanto en forma hablada como escrita, con elegancia y de manera atractiva y persuasiva.
Invito a mi generación política que vivió parte de esos acontecimientos, sobre todo los iniciados a partir de 1978, y a los jóvenes interesados en esos procesos, a la lectura de esa obra, para que conozcan a profundidad lo que ha pasado en nuestro país en materia electoral desde 1966 hasta 1996. Por mi parte, disfrutado el primer tomo de Transición Electoral 1966-1996, espero con mucho interés el segundo tomo, que como el primero, muy bien pudiera comprender el ciclo de los últimos treinta años.
Felicidades Dr. Guido Gómez Mazara por ese gran aporte. En hora buena.