Aunque apoyando las medidas adoptadas por el gobierno respecto al cierre fronterizo, nuestro amigo Fausto Rosario Adames, director del periódico Digital Acento, advierte sobre los efectos negativos de esa medida en la economía y en particular para miles de microempresa y empresa medianas y grandes, algunas operando bajo el régimen de zona franca.

¿Qué pide Fausto? abrir la frontera en Dajabón una vez por semana. Y afirma que eso no sería una debilidad de República Dominicana ni del gobierno del presidente Abinader. Si esto se hiciera, sería una flexibilización que mostraría su humanidad y sentido de responsabilidad con personas de la base de la sociedad, de aquí y de allá, que redundaría en beneficio de la imagen del presidente y del gobierno.

Y destaca un punto de mucha importancia, afirmando que el futuro puerto de Manzanillo, en Montecristi, desde antes de comenzar estaría sufriendo las consecuencias del cierre de la frontera.

Declare recientemente en un Programa de Televisión que la frontera debería permanecer cerrada hasta que hubiera una decisión negociada entre Haití y República Dominicana sobre el canal en el Rio Masacre. Pero el primer ministro Ariel Henry se ha mostrado intratable con el tema y apoya decididamente la construcción de esa obra. O sea, no hay espacio para el dialogo ni aunque lo diga la OEA.

Sin embargo, también sugerí que, si la ONU decide finalmente enviar una fuerza de paz a Haití, el gobierno debería abrir la frontera y llevar el caso del canal en el Rio Masacre a un arbitraje internacional.

Pero quizás lo de la ONU no suceda y si sucede puede tomar mucho tiempo. En consecuencia, me identifico con la idea de Fausto de abrir la puerta de Dajabón una vez por semana mientras esperamos la decisión de la ONU y nos preparamos para un arbitraje.

No deberíamos aflojar ninguna medida, pero no se trata de beneficiar a un lado u otro sino a ambos lados y de forma muy restringida: UNA PUERTA UNA VEZ A LA SEMANA.