Número 1A
El sábado 22 de mayo del 2910 aparece en el matutino La Información en una página completa de dicho diario esta información: circulación de un libro y comentarios de un acto.
Veamos: No obstante los peligros sufridos y la milagrosa forma como pudo conservar la vida, el Dr. Veras retoma la producción de panfletos con Manuel Bueno en el mes de mayo de1960.
Unos meses después, en agosto de ese mismo año se une a las actividades, mítines y manifestaciones organizadas por el Movimiento Popular Dominicano y es apresado varias veces, de ahí en adelante su historia "de la calles los estados por justicia y libertad".
Quien calla otorga, mis profundas convicciones no me lo permiten.
"Por el camino de la mentira quien demasiado alto sube cae de improviso y muy precipitadamente"
Es mi costumbre no muy a menudo visitar la Plaza Valerio, pues el viernes 28 de mayo del año en curso encontrándome en dicho lugar un amigo me espeta con voz altisonante:
Beato, Negro Veras es un ladrón de glorias ajenas, no le contesto: es un usurpador.
Que se propone al actuar tan miserablemente?
El silencio es una traición a la verdad y solamente los cobardes se escudan en su tenebrosa sombra.
"Se puede matar al gallo que anuncia el alba, pero no se puede matar al alba".
La Luz, La luz!
Cuan parecida es a la verdad, dicha sin temor a las trágicas consecuencias que pueden aplastar a quienes la dicen, pero no con ello desaparece el mensaje libertario que proclama.
¡Ay de aquellos que en un silencio cómplice callaron! "aquel que da la cara al sol y desafía a los tiranos arriesgando su vida, es un hijo digno del pueblo que anhela ser libre".
Lo peor de un hombre es cuando cultiva el silencio y solo habla mucho después, cuando el peligro desaparece. Ese es un oportunista.
Muchos que hoy hablan, en la era de Trujillo no se les vio luchar mientras el tirano vivió.
¿Donde se encontraban?, posiblemente en los hoyos negros del universo, protegidos por la impenetrable oscuridad, que aún la más brillante estrella no puede violar.
Negro Verás no fue capaz de estrangular su silencio y por tal razón se inhibió y no dio de comer el pan de la verdad al pueblo.
No se puede mentir teniendo como pedestal afirmaciones infundadas por estar desligadas de realidades que solo existen en la mente afiebrada de los impostores, que nunca han tenido honor ni valor, porque no conocen el deber ni el sacrificio de entregarse con sinceridad, sin titubeos a la causa de la patria.
Son prevaricadores, expertos profesionales de la simulación.
Hay quienes quieren constituirse en la fuente de la verdad, de acontecimientos en los cuales no participaron.
Hay hechos que no pueden borrarse de la memoria popular que con el silencio cómplice se quieren ocultar.
Olvidan que la historia es una resurrección perpetua, y es un deber rescatar los hechos petrificados en el pasado, y exponerlos para que no puedan ser olvidados. De esa forma le damos vigencia y evitamos así su prolongación indefinida en las sombras del olvido.
No debemos cometer la cobardía de olvidar teniendo al tiempo como sepulturero cómplice:
Veamos algunos escenarios:
1) Señor Negro Veras Ud. no fue panfletero Ud. al igual que yo conocía su existencia.
Un acto de piadosa conmiseración le ata a la anterior afirmación. El amor selectivo al prójimo!
Hubo un lamentable episodio de un joven conocido por el apodo del negrito (de origen haitiano), que de acuerdo a los rumores existentes fue aconsejado para que no distribuyera panfletos.
Este joven procedió a arrojarlos a una letrina, pero lamentablemente fue apresado y posteriormente asesinado. Su nombre: Luis Prud-home, alias Luis Billoda.
Ud. señor Negro Veras no compartió en ningún momento prisión con los panfleteros…
2) En el año 1960 llega al país el Movimiento Popular Dominicano, al frente del cual se encontraba su presidente Máximo López Molina.
En la visita que hizo a Santiago, convoca a todos aquellos que fueron antitrujillista a un mitin que se celebró en el parque Colón frente a la iglesia La Altagracia. Allí se encontraban presentes: Floricel Erickson, Ramos Peguero, entre otros. Un delgado joven valiente y temerario a quien conocía por el apodo de Chanito y quién escribe. Habíamos recibido la encomienda de llevar consigo un diploma que consistía en un pedazo de tubo para nuestra defensa.
En aquel lugar se sugirió que alguien hablara, me brinde hacerlo y dije "solo es valiente aquel que conoce el miedo". Si estoy aquí es para decir la verdad y proyectar sobre vuestros corazones la más alta dignidad. La libertad! De pronto hizo su aparición la guardia con sus bayonetas caladas en sus rifles, se escuchó la voz de Romero Peguero diciendo: Muchachos saquen sus diplomas, lo cual fue obedecido de inmediato y gritó abajo Trujillo! En aquel momento la tensión y un no disimulado temor, envolvió a todos los que habíamos asistido a la reunión. Muchos con la sangre helada, maquinalmente como movidos por el instinto de conservación y no por su voluntad, cual robóticas figuras iban abandonando aquella reunión, tuvimos suerte la guardia no actuó con violencia. La calma retorno de nuevo y la tensión de aplacó. Fe inmediato recobrado el aliento bajamos la estrecha calle General Cabrera y llegamos al pie de la fortaleza San Luis gritando abajo Trujillo!. Los militares rastrillaron sus armas, pero nada pasó. Llegó la noche de ese día que con su oscuro manto envolvió todo, despertando un miedo generalizado. Los paleros hicieron su aparición. Una de las primeras víctimas de esos facinerosos fue: Wilfredo Cruz, vecino de la hoy Plaza Valerio quien recibió una brutal agresión a palos.
3) Algunos días después nos reunimos en Pueblo Nuevo, en un lugar llamado El Calvario, donde hablaría Máximo Gómez Molina. Antes de comenzar a decir palabra alguna se aparecieron montados en camionetas y otros vehículos paleros quienes de inmediato le emprendieron a pedradas contra el líder del M.P.D. hubo una desbandada, quedando en la calle Máximo Gómez Molina y yo. Procedí a defenderme a pedradas, y de hecho mi actitud me salvó la vida.
De doce a quince hombres, con armas blancas me persiguen, trepe con desesperación, perdiendo en la huida un zapato. Finalmente penetre en el patio de una humilde vivienda, que tenia una cocinita con piso de tierra y a continuación un dormitorio que tenía también las mismas características con piso de tierra, y sobre todo una pequeña cama, debajo de la cual me refugie y exclamé Dios mío si lo que defiendo es justo protégeme, más si es injusto que hagan de mi lo que quieran! Los hombres se acercaban a la puerta de la pequeña cocina. Pero se detenían en el umbral, yo los veía y ellos en más de una oportunidad decían: el se metió aquí, entremos! Pero misteriosamente no se atrevieron y se detenían. Que pasaba? Si hubiese sido un ladrón de seguro que esos hombres, como río desbordado la habitación hubieran inundado y peor todavía. Un político perseguido por fanáticos sanguinarios, solo le quedaba una salida, rezar el padre nuestro teniendo en sus manos un santo rosario. En esas circunstancias la muerte era el camino para un viaje sin retorno inmediato. Al salir de la vivienda humilde, un joven sacerdote que manejaba un Jeep paso por el frente, le llamé y me ignoro. Ya el sol se refugiaba en el crepúsculo vespertino, me dirigí a mi casa, lugar donde convivía con los demás miembros de mi familia.
Al día siguiente en la noche, frente a mi casa situada en la calle Julia Molina (hoy Independencia) donde mi padre tenía un bar llamado "El Morocho". Allí sentado en una silla frente a una mesa, pude observar como comenzaban a reunirse algunos hombres. Uno de ellos llamado Félix Mueca o Félix Musaraña. Llamado así por los gestos faciales incontrolables de acerca a mí y susurrándome al oído me dice: Nelson, esos hombres vienen a matarte e incendiar la casa. Esos paleros pertenecientes a un grupo de denominados "Batallón suicida de la Joya". Al frente de los cuales se encontraba Óscar Núñez alias Alicate.
Estos sujetos tenían por misión eliminarme, sin pensarlo dos veces, entre al aposento de mis padres y requerí de mi madre la entrega de un Colín que pertenecía a mi padre, salí con rapidez a la acera del bar. Pase a la calle y ya en frente de ellos les dije: yo sé que ustedes vienen por mí a matarme, me llevaré alguno de ustedes". De inmediato arrastre con fuerza repetidamente en el pavimento el Colín que desprendía chispas como si fuese una brasa. Avance hacia ellos y para mí sorpresa huyeron hacia el interior del parque. Solo un pensamiento inundó mi mente en esos momentos en que presentó la disyuntiva, refugiarme en la casa y esperar que la incendiaron, y mataran a quienes allí habitaban o luchar hasta sacrificar mi vida, evitando así, una tragedia mayor. Pensé en esos momentos para darme aliento lo siguiente: Fiel reflejo de heroicas lecturas. "Un enano de resolución intrépida es capaz de trocar una batalla, y congregar para un país noble brega a los gigantes que se atrevieron a desafiarlo".
Recuerdo cuando un numeroso grupo de personas bajo por la Calle del Sol, gritando abajo Trujillo. Al llegar a la esquina 30 de Marzo se realizaba un mitin a favor de Trujillo y en contra de la Iglesia Católica. En este grupo se encontraba el Mulo Jiménez quien posteriormente perteneció como oficial de los cascos blancos. Como puedo afirmar esto? Pues encontrándome en la ciudad Capital prisionero, con José Daniel Ariza. Pasó por la celda, le llame y no me hizo caso. Además en esta marcha participó Nolasco Rodríguez (fallecido). Finalmente fuimos rodeados por la policía cuyo cuartel general estaba situado en el lado de la Gobernación frente al Parque Duarte.
Perdón que no mencione a muchas personas.
La razón es obvia. En esa época era una enfermedad peor que la lepra. Nadie se me acercaba en ninguno de los escenarios descritos y acontecidos en la era de Trujillo.
El señor Negro Veras no estuvo presente.
Le saluda con deferencia