El pueblo noble dominicano ha producido mujeres extraordinarias entre las que sobresalen. en el siglo 19, la intelectual Salomé Ureña de Henríquez, una de las más grandes poetisas y escritoras de su historia. Ella fundó la primera escuela superior o normal para mujeres y gentes pobres en el país; inspirada y guiada por el insigne puertorriqueño, Eugenio María de Hostos. Una escuela que enseñaba contenidos en base a la ciencia; a lo moral y lo cívico. Tuvo tres hijos, en los que influyó profundamente, a Camila, Max y Pedro Henríquez Ureña, uno de los más importantes intelectuales y humanistas de América Latina.
La patriota Ercilia Pepín, del siglo 20, nació en Santiago. Ella fue muy influida por Hostos; por Salomé y su familia. Desde niña alfabetizaba niños en su hogar. Llegó a ser la más joven directora de una escuela; y, luego, dirigió la primera escuela normal en Santiago, un faro de luz para los pueblos de esta zona. No formó familia; sus dos pasiones fueron la patria y la escuela.
Fue tan valiente que encabezó grandes protestas contra la ocupación estadounidense en 1916, y sus documentos y su vida impactaron en el poder Norteamérica. Además desafió al dictador Trujillo, al colocar a media asta la bandera nacional en protesta por el asesinato de un profesor; por lo que el jefe, la canceló como directora y encarceló en su hogar, ya muy enferma.
Otra mujer que recientemente elevó el orgullo patrio fue Marileidy Paulino, primera dominicana en obtener una medalla de oro, en los Juegos Olímpicos de París 2024, el máximo evento deportivo del mundo. Un triunfo que alcanzó después de conquistar otras medallas en campeonatos mundiales, y panamericanos.
Recordemos que los dos esfuerzos científicos, tal vez, más importantes de nuestra civilización, han sido, la descodificación del genoma humano, que finalizaron en 2005, y que estableció que los individuos son iguales en un 99.98% de los genes o biológicamente. Y el otro, el proyecto Cerebro, lanzado en 2013, cuyos resultados iniciales refieren que los cerebros humanos de hombres y mujeres son parecidos; que no existe el cerebro femenino ni masculino, y que ciertas diferencias observables pueden modificarse con el tiempo; y se asocian más a influencias sociales y culturales, al entrenamiento y la educación, que a factores biológicos o genéticos.
Estas tres damas han hecho historia. Han sido ejemplos de mentes disciplinadas. Es decir, mostraron que eran muy enfocadas en las tareas que realizaban. Por ejemplo, de Salomé Ureña; decían que habitualmente leía un libro diario junto a sus hijos. Y Ercilia Pepín, fue una maestra y patriota, toda su vida. Y en cuanto a Marileidy, aunque las personas de color tienen propensión a destacarse en el atletismo, lo determinante en ella, fueron sus esfuerzos y disciplina, casi demenciales.
Por lo tanto, al iniciarse una nueva gestión de gobierno y un nuevo año escolar, es oportuno que se reconozcan cada vez más los aportes y ejemplos de la poetisa y escritora Salomé Ureña, la maestra y patriota Ercilia Pepín y la atleta Marileidy Paulino. Y que sus nombres sean colocados en los lugares públicos que se merecen; para que inspiren a las futuras generaciones y perduren por siempre. ¡Que viva nuestra gloriosa patria soberana!
** Este artículo puede ser escuchado en audio en Spotify en el podcast Diario de una Pandemia por William Galván