La tasa interbancaria durante el mes de octubre, que se ubicó en un nivel ponderado del 8.86% sobre un volumen de 1,833.8 millones de pesos, plantea varias interrogantes. De este total, casi 700 millones de pesos fueron operados a tasas entre 5% y 6%, un rango que se aleja considerablemente de los valores presentes del mercado interbancario. Este fenómeno, que podría interpretarse como una especie de “gangas” en el mercado, nos deja con varias preguntas sin respuesta: ¿quiénes son los beneficiarios de estas tasas atractivas? ¿Es este un gesto altruista o una estrategia orientada a influir sobre la tasa ponderada? La falta de claridad sobre estos movimientos genera incertidumbre sobre la naturaleza de estas transacciones.
El mes de noviembre ha mostrado un patrón diferente, con un volumen de operaciones interbancarias que asciende a 3,688.2 millones de pesos. Sin embargo, sólo 120 millones de pesos de este total se han operado a tasas entre 5% y 6%, lo que sugiere que la tendencia de "gangas" en el mercado interbancario ha disminuido. La tasa interbancaria ponderada ha experimentado un notable aumento, alcanzando el 12.25%, una cifra que excede incluso la tasa de abril de 2023 (cuando la tasa de política monetaria era de 8.5%, 225 puntos básicos mayor a la actual).
La correlación histórica entre la tasa interbancaria y la tasa de política monetaria (TPM) se rompió, un fenómeno que llama profundamente la atención. Esta desvinculación, sugiere una distorsión en los mecanismos de transmisión de la política monetaria.
Una posible explicación a esta distorsión radica en las operaciones del Banco Central en el mercado cambiario, particularmente en la venta de divisas para estabilizar el tipo de cambio. En los últimos cuatro meses, las reservas internacionales se han reducido en aproximadamente 2,200 millones de dólares, lo que implica una contracción de liquidez en el mercado local por un monto cercano a los 132,000 millones de pesos. A pesar de la redención de títulos de deuda del Banco Central que inyectan liquidez, esta medida no ha sido suficiente para compensar la salida de pesos, lo que explica la presión alcista sobre las tasas en general.
Como es conocido, la hipótesis fundamental que sustenta la política monetaria establece que la inversión es el componente de la demanda agregada más sensible a las variaciones de las tasas de interés. Lo que lleva luego a afectar a la demanda agregada como un todo, lo que termina representando en el nivel de precios. Dado a las altas tasas de interés de los últimos meses, la demanda agregada se verá afectada, lo que va a rezagar el crecimiento económico hacia principios del 2025. En respuesta a esta situación, las autoridades monetarias han dirigido su atención a el sector más sensible a las tasas, liberando un 1.75% del encaje bancario exclusivamente para la construcción. Con tasas que van hasta 10%, lo que permitiría mitigar la desaceleración del sector que juega un papel crucial en la generación de empleo y la actividad económica.
Aunque el plato fuerte de la política monetaria (el control de la inflación) ha sido logrado en gran medida, queda pendiente asegurar el postre, el crecimiento económico. Sobremesa del cual se pueden sacar muchas preguntas, ¿será suficiente la liberación de encaje para evitar el rezago que causarán las tasas?, ¿qué le queda a los demás sectores productivos? , ¿seguirán las intervenciones en el mercado cambiario?, ¿en qué deparará el tipo de cambio?, ¿entre quienes fueron las operaciones interbancarias a 5%? Muchas de estas preguntas se le dejan al tiempo, y al Sr. Albizu, ¡¡pero lo importante es asegurar ese postre!!