En la misma semana en la que se conmemoró el natalicio de Juan Pablo Duarte, padre de la patria dominicana, y a quien, junto a los próceres del movimiento independentista, le debemos la libertad y soberanía de este pueblo, vimos de todo. Pareciera como si, precisamente en esta fecha, se hiciera un esfuerzo por exaltar todo lo estrafalario, anti valores y ridículo que ha parido la misma sociedad.
Temprano en la mañana, un grupo de niños marchando, como parte de las actividades escolares para conmemorar la fecha patria, mientras gritaban a coro “¿tú quieres un apartamento o quieres una CRV?”, haciendo referencia a un estafador que se hizo pasar por hijo de un empresario y que, dicho por él mismo, ha vivido siempre de estafar y engañar gente. Siguiendo en las aulas, en un acto escolar, dos muchachitos honraban a Duarte a ritmo de dembow, con baile y bocinas incluidas.
De otro lado, un legislador que proclamaba en ese “día internacional”, la importancia de apoyar los “actos pátricos”,especialmente desde la provincia Duarte, donde, de acuerdo con su lógica, nació el patricio. Ante aquello, uno no sabe si reír o llorar.
El mismo día del natalicio del prócer, en el Palacio de Justicia, la causa que enfrentaba a una urbana y a su mamá, en una situación de agresión y violencia que involucra otro artista internacional, con un largo prontuario de violencia y abusos. La prensa volcada en la cobertura de aquel panorama y las redes copadas con toda la atención puesta en ellos. En las afueras del Palacio, cientos de jovencitos, la mayoría uniformados, que bajaron hasta allí para apoyar a la artista o simplemente para curiosear ante aquel show decadente que, dolorosamente, es tendencia.
Ante tantas realidades divorciadas del tributo que merece la memoria histórica y el aporte invaluable de Juan Pablo Duarte, es casi imposible que uno no pierda la fe y llegue a pensar en la posibilidad de que aquello de valores patrios y la historia de nuestra nación están pasando al olvido y ha sido suplantada por el morbo del sensacionalismo, que el ejemplo de Duarte, la ética, los valores y la integridad que honran la patria, sencillamente pasaron de moda y resulta aburrido hablar sobre ello.
Sin embargo, soy de aquellos que piensan que mientras haya gente que se empeñe en apostar a lo bueno, no todo está perdido. Así sea con pequeñas acciones, con nuestro accionar ciudadano, con el ejemplo que damos a nuestros hijos y haciendo patria desde nuestra cotidianidad y lo que nos tocó como oficio.
Y así, el 26 de enero, como una forma de rendir tributo a la memoria de Duarte, de resaltar los valores patrios y que lo bueno no pase de moda, desde la Dirección General de Presupuesto, como servidores públicos, estrenamos el primer episodio de una serie documental titulada “El Presupuesto en la Historia”, como una forma de rendir tributo a Juan Pablo Duarte y sin saberlo, como una manera de renovar mi fe.
Desde el año pasado, como parte del equipo de Comunicaciones, de la gestión que lidera José Rijo Presbot en Presupuesto, venimos trabajando la producción y edición de esta serie, que va alineada también con el discurso y línea de Gobierno que apuesta a la ética, la transparencia, la rendición de cuentas y el control, especialmente cuando se trata del manejo de recursos públicos.
Finalmente, con mucho entusiasmo y empeño, logramos poner en marcha esta serie audiovisual y que coincidiera el estreno con la conmemoración del natalicio de Duarte.
Este primer capítulo relata, desde el punto de vista histórico, económico y patriótico, la primera rendición de cuentas, presentada a puño y letra por el patricio, a menos de un mes de la gesta de Independencia Nacional. La serie “El Presupuesto en la Historia” está disponible en el canal de YouTube Digepres RD y contará con 6 entregas durante el año, que se suman al programa de Educación Presupuestaria que desarrolla la Digepres.
El acto de estreno sirvió no solo para proyectar este material audiovisual, porque allí se habló de lo que representa Duarte para nosotros ante un público en su mayoría joven, que a fin de cuentas son quienes más necesitan reforzar y asumir el ejemplo de Duarte para la vida.
La satisfacción de cumplir con una meta, lograr un trabajo acabado, que refleja el esfuerzo y el ingenio de un gran equipo comprometido y apasionado, sólo es superado por la convicción firme de saber que desde el Estado, estamos haciendo un aporte a la patria, a las generaciones nuevas y de manera especial, hacemos un esfuerzo por mantener vivo el ejemplo de Duarte.
La realización de esta serie y saber que contamos con el apoyo para estas iniciativas, son sin duda alguna una manera efectiva de restaurar mi fe y el orgullo de ser dominicana.