Probablemente usted leyó el título de este artículo cantando. Y doy casi por seguro, que la doña que fue a cantar ese tema en el festival, no tenía la mínima idea de qué tan al revés anda el mundo. Lo cierto es que, sí, el mundo anda patas arriba y cada día los titulares y la cotidianidad lo confirman. Tristemente, pero sí.
La Policía Nacional finalmente apresó a Alexis Villalona, el abusador de Baní que agredió a una señora a raíz de un accidente de tránsito y que a fin de cuentas, no salió ni tan machito ni tan valiente. Y como cumpliendo la ley del karma, terminó justamente dónde no quería que lo enviaran, en la cárcel de Baní. Como si aquí la ley fuera a la carta o respondiera a ñoñerías. El hecho, repudiado y que no se justifica, resume todo lo que no está bien en la sociedad y en un ser humano.
En Santiago apresaron a un hombre, y que me perdonen los hombres, acusado de violar una niña de 5 años, colgar el video en Facebook y como si al crimen le faltara una cuota de atrocidad, la tragedia contó con la aprobación de la madre de la menor. ¿Cómo uno le explica a la razón que el ser que te dio la vida, que se supone es la persona destinada a amarte mas que nadie en el mundo, es capaz de dañarte así? Sencillamente el hecho no aguanta análisis y esos dos no merecen llamarse gente y ella muchísimo menos, llevar el título de madre.
Cerca del fin de semana, como una muestra de la mezquindad y el sadismo que, muchísimas veces por ignorancia, llega a protagonizar el ser humano, rodó en redes sociales un video de moradores a orillas del río Ozama agrediendo a Juanita. Una manatí a la que autoridades de Medio Ambiente junto a organizaciones sociales y gente movida por el altruismo, le han dedicado un gran esfuerzo y una labor de muchísimo tiempo para que la manatí después de ser rescatada y cuidada, pueda reintegrarse a su hábitat natural. La fé en la humanidad fue restaurada por la misma gente que vive allí y que sí han tomado conciencia del respeto al medio ambiente y los animales.
Después de este panorama, el show de La Mami Jordan y Toxic Crow, en el que se ha ventilado de todo con un matrimonio en crisis de por medio; el video sexual de La Materialista, rompiendo toda regla de intimidad y elevando el sentido de la pornografía a un nivel desconocido; o los amores de Anuel con Yailin, con los cadenones y la exposición, consensuada y en su derecho, se resumen a eso y nada más, show. Minúsculos si uno los dimensiona con las tragedias y la violencia que solo esta semana se vio por todos lados.
Qué difícil se vuelve mantener la capacidad de asombro, no permitir que el desfile de violencia y atropellos no lesionen nuestra sensibilidad y uno no normalizar estas acciones. Y si eso es complicado, imaginen lo cuesta arriba que ahora resulta criar muchachos emocionalmente saludables, que no se dejen joder pero que tampoco anden por la vida violentando y agrediendo en nombre de estar bien o por lo menos, sobrevivir.
El individualismo está más de moda que nunca, aunque ello signifique un “quítate tú, pa’ ponerme yo” o se pisotee a quien haya que pisotear en el intento de ascenso.
Reinventarse en la formación de nuestros hijos y en nosotros mismos, resulta todos los días un tremendo desafío. A la vida que reparta suerte, ánimo y fe para, si fallamos, por lo menos volver a intentarlo hasta que nos salga bien. Y lo más importante, que no falte amor en sus casas para combatir lo que la misma sociedad ha parido.