Es sin dudas la producción de un show para entretener y hacer reír al televidente, pero “sin querer, queriendo”, “El Encuestazo” saca a flote la dramática realidad social y económica desesperante por la que mal pasan las familias, sobre todo, las que residen en los sectores populares, que es fundamentalmente donde hacen los sondeos.
Cuando le preguntan a la personas cómo está la inseguridad, los apagones, la tarifa eléctrica, los servicios públicos, como la educación y la salud, el costo de la canasta básica, en su lenguaje coloquial, los motoristas, vendedores ambulantes, choferes de carros públicos, mensajeros, chiriperos, entre otros, sin exagerar, el 90 por ciento responde que “todo se ha disparado”, “esto no lo aguante nadie”, al tiempo que lanzan todo tipo de improperios.
Estudios con rigor científicos avalan los resultados que “El Encuestazo” recoge en los sondeos que indagan sobre la situación particular que la gente confronta en su diario vivir, y de ahí que muchos entienden que “él hace rato que estamos cambiando”, con el que el gobierno deja dicho que la condición de vida está mejorando, va contracorriente.
De ahí que muchos nos preguntamos cómo el candidato Luis Abinader puede tener un nivel tan alto de aprobación si en cualquier conglomerado que se pone el tema de la situación del país, y de la situación particular de los contertulios, casi al unísono, la gente responde que estamos mal “nos está llevando el mismísimo diablo”.
Nadie puede negar que la delincuencia, el costo de la vida, el desempleo, la inseguridad y la pobreza son los principales flagelos que acogotan en estos momentos a la familia dominicana, a lo que se añade más de una docena de servicios que funcionaban medianamente bien, y que hoy han desaparecido o están operando de manera muy precaria.
Cifras de la realidad económica y social a las que se enfrentan las familias en su diario vivir indican que durante el gobierno del PRM, el pan ha subido un 33 por ciento, la avena un 35; las harinas, más de un 60; las pastas alimenticias, un 40; la carne de res, un 50; el pollo, 54; el cerdo, 50; los plátanos un 37; la yuca, un 85 por ciento, y ni que decir de los medicamentos, la tarifa eléctrica, junto con los apagones, un largo etcétera de calamidades.
“Al menos 11 servicios que en los últimos años eran medianamente buenos se han convertido en un caos para los ciudadanos que se quejan de cómo el gobierno de Luis Abinader ha dejado “caer” instituciones y servicios ciudadanos”, reseñaba recientemente en portada un prestigioso diario local.
Y qué es El Encuestazo
Para quienes no han visto el ya popular espacio conocido como “El Encuestazo”, tengo el deber de informarles que se trata de entrevistar a personas en las calles, fundamentalmente residentes en los sectores populares, y también de clase media baja, en todo el país.
Ese espacio, que lo he visto en YouTube, es producido por el destacada locutor Ignacio Ramos, conocido como el Chico Sandy, donde queda claro que la intención del conductor es producir una especie de show de humor, con entrevistas sin seguir ningún rigor científico de selección.
Hay un talentoso actor que hace el papel de “el imprudente”, quien siempre irrumpe en la entrevista de manera irrespetuosa, y muchas veces con términos ofensivos, siempre contradiciendo la respuesta de la persona de quien se recabar su opinión sobre determinada problemática social del barrio y del país.
El entrevistado, luego de soportar y protestar por las interrupciones de “el Imprudente”, comienza a perder la paciencia, y en la inmensa mayoría de los casos cae en sus provocaciones, y es ahí cuando reacciona agrediendo verbal y físicamente al intruso que forma parte del elenco que integran el show.