Crecimiento Económico vs Desarrollo Sostenible
La identificación del crecimiento económico con el crecimiento de la sociedad en general y con el progreso social, ha sido una de las principales presunciones del actual modelo insostenible de desarrollo. Cuando el desarrollo es tomado en este sentido reduccionista, todos sus otros factores y componentes resultan también reducidos y las más de las veces ignorados. En esta visión del desarrollo como simple crecimiento económico, el factor tecnológico es reducido a simplemente ciencia aplicada, "know-how", maquinarias, equipos, etc., que pueden ser manipulados a fin de obtener determinados fines prácticos y para maximizar los beneficios económicos. La naturaleza y los seres humanos, por su parte, resultan reducidos a la condición de meros “recursos”, o “capital” para algo más, para el “desarrollo” como abstracción y como fin en sí mismo; a la condición de simples medios para alcanzar el paraíso prometido del desarrollo y el progreso social.
El Concepto de Desarrollo Sostenible: Origen y Surgimiento. Hay que admitir, que "desarrollo sostenible" y "sostenibilidad" no son nociones nuevas. En el plano vivencial, se pueden identificar múltiples usos sostenibles de los recursos naturales en muchas de las culturas aborígenes que han existido en distintas partes del mundo. En el plano vivencial la interpretación más antigua de la sostenibilidad es la de la agricultura migratoria en condiciones de abundancia relativa de tierra (De Camino, Ronnie, "Comentario [a la Ponencia de Anthony T. Charles]". En: Segura, Olman. Desarrollo Sostenible y Políticas Económicas en América Latina, Editorial DEI, San José, Costa Rica, 1992). A nivel del léxico, estos términos han sido usados y aplicados en diferentes lugares para el manejo particular de algunos recursos naturales, como es el caso de los recursos del sector pesquero en los años cincuenta (Charles, 1992. En: Segura, Olman. Desarrollo Sostenible y Políticas Económicas en América Latina).
La definición científica más antigua de la sostenibilidad proviene probablemente del sector forestal en la Europa del siglo XVI, cuando se elabora una definición de este concepto con el fin de recuperar los bosques explotados con fines marineros e industriales (De Camino. Ibidem. Para la recuperación de dichos bosques se plantea la necesidad de lograr una
“…utilización o aprovechamiento continuo, regular en cantidad y sostenido, para mantener la potencialidad de la tierra y no provocar en los hombres pobreza y necesidad” (De Camino, 1992. Ibidem).
No obstante, el uso que se dio al concepto de sostenibilidad antes de su reaparición en los ochenta tuvo, por una parte, un carácter básicamente sectorial, y, por otra parte, no tuvo ese contenido global y complejo que ha adquirido en la actualidad. El uso sostenible de un recurso como el pesquero se entendía en términos más que todo biológicos, como la preocupación por no rebasar su capacidad regenerativa, y, en términos meramente económicos, como la preocupación por "sostener" una rentabilidad estable o creciente del producto extraído. En el caso de la extracción de madera, a pesar de incluir los aspectos ecológicos y de equidad social, se trata no de un concepto integral sino parcial (De Camino, 1992. Ibidem). En ambos casos, se dejaban de lado múltiples conexiones ecológicas y socioculturales que rebasan los límites sectoriales y que hoy se consideran indispensables en las nociones contemporáneas de sostenibilidad y desarrollo sostenible.
La conciencia de la necesidad de un modelo de desarrollo sostenible de carácter integral y a nivel planetario, comenzó a crecer y a unificarse a partir del momento en que un grupo de visionarios auspiciados por el Club de Roma se atreviera a "gritar" a los cuatro vientos, a principio de los setentas, que el mundo no podía seguir viviendo como hasta ese momento; que ese estilo de vida era insostenible, que había que parar esa locura y poner límites al crecimiento desenfrenado de la economía por la economía (Meadows, Donella H., et al. (1972). The Limits to Growth: A Report for the Club of Rome’s Project on the Predicament of Mankind, New York).
Ese grito por los límites del crecimiento pareciera que hoy, casi concluyendo el primer cuarto del sigo XXI, suena tan actual como lo fue ha cincuenta años.