Mildred Dolores Mata es una “miembra” (como lo exigen las y los feministas) de la familia política de los Sang Ben, ese clan venido de una aldea de Guangdong, antigua Cantón y que adoptó a Santiago como su Patria “chica”. Es, para decir lo menos, lo más parecido a una sufragista del siglo XIX, como una reencarnación de Abigail Mejía, en sus tiempos.
Es Licenciada en Trabajo Social por la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra, de donde proviene su formación, y la viuda de mi hermano Peng Sien Rafael, con quién conformó su militancia en las causas emergentes de la sociedad en evolución permanente.
Recientemente, fue invitada a subir al podio en un Acto patrocinado por el Ministerio de la Mujer, reseñado en Acento.com.do y disponible en el siguiente enlace: https://acento.com.do/actualidad/abinader-crea-fondo-de-100-millones-para-emprendimientos-de-mujeres-9093478.html , con una foto de Mildred siendo “halagada” por el Presidente Abinader.
Vi un video de la alocución de Mildred Dolores Mata, en representación de la sociedad civil presente en ese acto, y que de manera natural se convirtiera en un conversatorio con el Presidente Abinader, recordándole algunas “verdades” en el más vernáculo tono y forma.
- Mildred Dolores inició defendiendo la pertinencia del Ministerio de la Mujer. Ya que se alega una discriminación en contra de los hombres. ¿Por qué, si los hombres han ocupado el centro de la política y el poder desde que se estableció el régimen patriarcal en el neolítico? Me parece visualizar el argumento esencial en la mente de Mildred Dolores como la advertencia que ilustra estas Divagaciones: ¡Cuidado: Misoginia! (El término misoginia está formado por la raíz griega "miseo", que significa odiar, y "gyne" cuya traducción sería mujer, y se refiere al odio, rechazo, aversión y desprecio de los hombres hacia las mujeres y, en general, hacia todo lo relacionado con lo femenino. Por lo tanto: Misógino(de misoginia) es aquel o aquella que odia a las mujeres, y Misándrico (de misandria) aquel o aquella que odia a los hombres.)
- Luego criticó la disposición de un código de vestuario a las ciudadanas que visitan el Palacio Presidencial, midiendo el largo de las faldas con un celo imitando a los “guardianes de las costumbres” islámicos en países abiertamente “misóginos”.
- Una rápida referencia a la naturaleza binaria de la especie humana como una ideología de odio, cuando la misma naturaleza muestra como las especies desarrollan alternativas diversas.
- La Constitución, recordó Mildred Dolores, garantiza la libertad de conciencia, entonces, ¿por qué la presencia e influencia “teocrática” en las decisiones en materia del control de los cuerpos de las mujeres criminalizándolas por disponer de las funciones de sus cuerpos? Aquí, mi cuñadita, truena pidiéndole un despacho junto al Presidente como los tienen los representantes de la “teocracia” vigente.
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Los argumentos tuvieron un gracejo que no he podido reproducir: ni sus giros coloquiales ni el vocabulario popular utilizado. Pero la lección es válida: a un Presidente se le dice la verdad a plenitud de conciencia, sin medias tintas, ni con términos rebuscados. A boca de jarro y con el corazón en la mano. ¿Cierto, Mildrilla?