Baten la Cerveza y se beben la espuma, quienes piensan que nuestros opositores se ríen del Partido Revolucionario Moderno, por escoger las autoridades de nuestra organización, a través de delegados. Ningún partido tiene la trayectoria electoral de, en solo siete años, llegar a gobernar con una mayoría en el Congreso y en las municipalidades, por tanto, de quienes se pudieran reír en la oposición es de quienes llegaron a creer, que ver mucha televisión es comprender la política.
Queda sin efecto la psicología de la sugestión mediática, en un partido que a pesar de sus precariedades ha sabido mantener la mesura y conservar los principios y valores democráticos de la convivencia y la cohesión con los demás partidos, con la sociedad y con los agentes económicos. Ningún partido en el poder ha demostrado tanto respeto por los empleados públicos, por nuestros rivales, ni con los medios de comunicación de signos editoriales contrarios, como lo ha hecho el gobierno del Partido Revolucionario Moderno.
La dirección de nuestro partido no juega con los hechos, ni con sentimiento, ni con creencias morales, pero, mucho menos con deseos personales de nadie. Nuestra ejecutiva esta al tanto de la responsabilidad y el compromiso que los resultados electorales de marzo y junio del 2020 pusieron en sus manos. Sabe que esas victorias jamás le han dado derechos, sino obligaciones, primero, con el pueblo dominicano y, segundo, con los miembros del partido, pues aquí están de por medio valores y causas democráticas.
Estamos convocados a la convención de delegados, una de las opciones válidas que nos regala la ley y la democracia. Haremos uso de ese código electoral, sin que nadie sienta vergüenza o culpabilidad al ejercer su derecho a votar, ni tampoco con el miedo de agresión a un compañero como ha sucedido en esos mismos cuentos a otras organizaciones. Tengo la esperanza de la dicha y la alegría anticipada que recibimos en la solidaridad y la generosidad del voto de nuestros delegados.