1.- Cada actuación del ser humano debe ser fruto de sus convicciones; del conocimiento seguro que tiene de que está obrando ceñido a la razón, de manera correcta.
2.- Cuando la persona ajusta sus actos al correcto proceder, jamás va a sentir remordimiento, porque el deber cumplido no motiva desasosiego, sino tranquilidad espiritual.
3.- En la República Dominicana, la ciudadana o el ciudadano que, teniendo una ideología contraria al statu quo, acepta desempeñar una función pública está expuesto a permanecer angustiado en su cargo.
4.- Aquel funcionario de ideas políticas y sociales adversas a las del gobierno que le sirve, termina renunciando a su ideología, claudicando, o demuestra coherencia dándose a respetar en su autonomía y decisiones.
5.- En un país cualquiera, con un gobierno que descansa bajo un régimen económico y social como el que impera aquí, cuenta con miles de personas para desempeñarse en las funciones más diversas del Estado. Abundan los aspirantes a burócratas.
6.- Ante la gran cantidad de miembros del partido gobernante que desean y merecen estar en la administración pública, llama la atención, motiva curiosidad la designación de un extraño en un empleo de alta investidura.
7.- La mujer o el hombre que sin ser miembro del partido en el poder, es llamado a ocupar un puesto de importancia en el organigrama del Estado, si está dotado de sano juicio, debe saber que el gobierno de turno algo específico procura con la designación. Esas escogencias no son gratuitas, sin paga.
8.- En el nombramiento de un ciudadano, sin ser de la organización política que ganó el derecho a dirigir la administración pública, hay que averiguar qué provecho; cuál es el motivo; la inclinación de ánimo; el beneficio que ha de recibir aquel que hace la escogencia.
9.- Ese que, sin ser miembro del partido en el poder, tiene un puesto de relevancia en el gobierno, debe estar consciente que desde su posición está llamado a desdoblarse, guardar su independencia y honestidad, a cambio de la sumisión.
10.- La contrapartida a la aceptación de una función sin condiciones de respeto a la independencia, a la facultad de pensar, entraña recibir órdenes desde las alturas del poder del Estado. Es entregarse en cuerpo y alma al gobernante de turno.
11.- Que nadie se crea ser en política una monedita de oro. Siempre hay que preguntarse ¿si no soy del partido triunfador, para qué me buscan, si hay miles de los miembros ganadores que hacen mejor que yo el trabajo que estoy llamado a ejecutar?
12.- El doctor Joaquín Balaguer, luego de ser elegido presidente el 16 de agosto del año 1986, y en períodos sucesivos, nos ofreció la Procuraduría General de la República, la Corporación Dominicana de Empresas Estatales -CORDE-, y la Vicepresidencia de la República.
13.- En cada ocasión nos limitamos a darle las gracias, porque teníamos el convencimiento de que el doctor Balaguer, perseguía fines ulteriores al nombrarnos en un cargo de un gobierno suyo.
14.- La práctica de la vida es lo que más enseña. El historial de cómo actuamos en la tierra nos define como seres humanos, si vivimos para bien servir, o no ser nada. Algunas personas no terminan como comienzan, y es entonces cuando podemos decir: ¡qué pena!, se dañó, ¿o siempre permaneció dañada?
15.- En el medio social dominicano, la generalidad de los que teniendo ideas democráticas, llegan a ocupar cargos sirviéndoles a gobiernos conservadores, acaban reducidos en su dignidad. No todos se comportan como Roberto Cassá, Quico Tabar y otros de igual conducta.