Este año marca el 25 aniversario del Wi-Fi, una tecnología que ha revolucionado la forma en que nos conectamos y comunicamos. Es difícil imaginar un mundo sin Wi-Fi, sobre todo para las generaciones más jóvenes que han crecido con acceso inalámbrico a internet como una norma. Desde computadoras y teléfonos hasta televisores inteligentes y relojes, el Wi-Fi es una parte integral de nuestra vida diaria.

Uno de los pilares en el desarrollo del Wi-Fi es Jeff Abramowitz, quien fue autor de los estándares IEEE 802.11 y 802.11b, fundamentales para el funcionamiento de esta tecnología. Además, ha sido fundador de la Wi-Fi Alliance y ha ocupado roles ejecutivos en la industria durante 30 años. Él compartió sus perspectivas sobre el desarrollo de esta tecnología en la revista Fast Company, destacando cómo el Wi-Fi es el resultado de una colaboración industrial más que de un inventor o empresa.

El 15 de septiembre de 1999 se estableció oficialmente el Wi-Fi, gracias a la colaboración de varias compañías que se unieron para asegurar una conectividad inalámbrica fluida entre dispositivos de distintas marcas. El nombre "Wi-Fi" fue elegido por su atractivo comercial, en contraste con el más técnico "IEEE 802.11b". Aunque se busca atribuir la invención del Wi-Fi a una sola persona o grupo, la realidad es que fue el resultado de años de trabajo y colaboración entre cientos de ingenieros y más de 100 empresas competidoras bajo la guía del IEEE.

Su evolución también tiene raíces históricas fascinantes. Durante la Segunda Guerra Mundial, la actriz Hedy Lamarr y el compositor George Antheil desarrollaron la tecnología de espectro ensanchado, que más tarde se convertiría en un pilar esencial para las comunicaciones inalámbricas. En 1971, el profesor Norm Abramson lideró ALOHAnet, una red inalámbrica que conectaba las islas de Hawái. Estas innovaciones sentaron las bases para lo que eventualmente sería el Wi-Fi.

En 2020, tuve la oportunidad de visitar la exhibición dedicada a Hedy Lamarr en el Museo Judío de Viena. Esta experiencia me inspiró profundamente y me llevó a escribir posteriormente el artículo "La Madre del Wi-Fi", reconociendo la invaluable contribución de Lamarr al desarrollo de las comunicaciones inalámbricas.

A lo largo de estos 25 años, esta tecnología ha experimentado mejoras continuas, manteniendo siempre la compatibilidad con versiones anteriores. Esto significa que un dispositivo moderno puede conectarse a un enrutador de hace décadas sin problemas. La IEEE ha emitido más de 30 enmiendas a las especificaciones originales, y la Wi-Fi Alliance, que ahora cuenta con más de 900 empresas miembros, ha jugado un papel crucial en garantizar la interoperabilidad y en impulsar iniciativas globales para mantener una conectividad fluida a medida que la tecnología avanza.

Es importante aclarar ciertos malentendidos comunes sobre la historia del Wi-Fi. Aunque un equipo de científicos australianos de CSIRO, liderado por John O’Sullivan, exploró las redes inalámbricas en la década de 1990 y posteriormente ganó una batalla legal relacionada con una patente específica, no participaron en la creación del estándar IEEE original de 1999.

Durante la reciente celebración del 25 aniversario de la Wi-Fi Alliance, inventores originales, implementadores actuales y visionarios compartieron historias sobre el impacto transformador de esta tecnología en casi todos los aspectos de la vida moderna. Desde la capacidad de detectar la presencia de personas en una habitación mediante ondas invisibles hasta planes para instalar puntos de acceso Wi-Fi en la Luna, las posibilidades parecen infinitas.

El Wi-Fi ha sido alabado no solo como un tesoro global, sino también como una oportunidad galáctica. Ha desempeñado un papel crucial en conectar a los no conectados en mercados emergentes y ha sido fundamental para permitir el trabajo remoto durante una pandemia global.

No sabemos cómo esta tecnología continuará transformando nuestras vidas en los próximos 25 años, pero es seguro que seguirá siendo una parte esencial de nuestra sociedad. Lo que comenzó como un esfuerzo colaborativo para crear un estándar inalámbrico se ha convertido en una fuerza unificadora. Hoy, el Wi-Fi trasciende fronteras y culturas.