En el día de hoy celebramos un aniversario del nacimiento del padre de la patria dominicana, Juan Pablo Duarte, llegó al mundo en Santo Domingo en 1813.
Según la fina escritora y su biógrafa Ángela Peña, en su libro Así era Duarte, desde pequeño lo veían como un niño superdotado. Por sí mismo aprendió a leer y escribir. Estudió teneduría de libros, filosofía y derecho. Se convirtió en políglota al dominar siete idiomas: español, inglés, francés, alemán, latín, portugués y catalán, que perfeccionó en sus viajes a Puerto Rico, Estados Unidos y Europa. Además, tocaba flauta y guitarra. Se desempeñó como comerciante, militar y político. No contrajo matrimonio ni dejó descendencia.
Fue el ideólogo y líder de la independencia de la República Dominicana, al proclamar la separación de Haití, el 27 de febrero de 1844. Por esta causa, sacrificó y entregó todo: familia, patrimonio, libertad y salud.
Intelectuales dominicanos, entre ellos, el Dr. Joaquín Balaguer, lo valoran como un redentor y lo comparan con Cristo, en su obra El Cristo de la libertad; y Manuel Peña Balle lo define como “el verdadero y único fundador de la conciencia nacional dominicana”.
Era un ejemplo de mente grande, o lo que el psicólogo Howard Gardner llama "mente del futuro", es decir, disciplinada, sintética, creativa, respetuosa y ética, aunque con cierta tendencia a la distracción. Esto explica que pasara sus últimos once años "muerto en vida", hasta su fallecimiento en Caracas, Venezuela, en 1876.
La nación que Duarte fundó ha tenido sus altas y bajas. En 1863 fue anexada a España, y restaurada a los dos años. Igualmente, en el siglo pasado, los norteamericanos la invadieron de 1916 a 1924, y, también, en abril de 1965.
Afortunadamente, nuestro país es hoy un estado libre e independiente, “colocado en el mismo trayecto del sol”, como lo definió nuestro poeta nacional Dr. Pedro Mir, en su poema Hay un país en el mundo. Y pertenece al espacio vital del imperio norteamericano; por lo que en este tiempo de cambio de gobierno en aquella gran nación, y de redefinición de un nuevo orden mundial; debemos recordar a Duarte y a la ilustre patriota y maestra Ercilia Pepín quien enfrentó valientemente la primera ocupación, y escribió conferencias y poemas en defensa de su patria, por lo que la eligieron como ejemplo de que el país contaba con personas capaces de gobernarlo, lo que era regateado por los invasores.
Asimismo, celebramos que estrenaran en estos días el documental titulado Ercilia Pepín: Ejemplo de Enseñanza, Patriotismo y Dignidad del comunicador Lic. Eury Cabral. Por lo que cabe citar del poema "Invocación a Duarte", de Ercilia Pepin, estos versos que dicen:
“Alma de Duarte, renace para que animes la Patria
¡Resucita, Padre nuestro! Muestra a la Patria tu ser.”
En definitiva, el mejor homenaje que podemos rendir a Duarte es promover sus ideas y ejemplo, que hoy significa enaltecer nuestra historia de lucha, promover la identidad nacional y nuestra cultural, fortalecer nuestras instituciones, la educación, las costumbres y tradiciones. Somos más que sol y playa.
Gloria eterna y gratitud infinita a nuestro padre de la patria, Juan Pablo Duarte.
¡Que viva nuestra patria, libre, soberana y democrática!
** Este artículo puede ser escuchado en audio en Spotify en el podcast Diario de una Pandemia por William Galván