El secretario general de la ONU, António Guterres, y su "número dos", la subsecretaria general para asuntos políticos, Rosemary DiCarlo, hablarán este domingo ante el Consejo de Seguridad en la sesión de emergencia convocada en la tarde de hoy para tratar el ataque de Irán del sábado contra Israel.
Es previsible que Israel, como estado que solicitó esta sesión de emergencia, también tome la palabra, y también podrá hacerlo Irán, convirtiendo el Consejo de Seguridad en el foro diplomático al que se traslada el conflicto bélico abierto ayer y que hoy parece pausado.
Tanto Irán como Israel han invocado la carta fundacional de la ONU para cargarse de razones: primero, Irán dijo a través de su misión ante Naciones Unidas que su ataque era en aplicación del artículo 51 de la carta, que recoge los casos en que cabe invocar la "legítima defensa".
Explicó entonces que se trataba de una represalia al ataque del 1 de abril contra su consulado en Damasco, atribuido a Israel -que lo reconoció implícitamente- y que se saldó con siete iraníes muertos y seis sirios muertos.
También ayer el embajador israelí ante la ONU, Gilad Erdan, dijo que el ataque de Irán era "una clara violación de la carta de Naciones Unidas" y de dos resoluciones del Consejo de Seguridad, la 2301 y la 1701.
Mientras que los países occidentales han condenado sin ambages el ataque de ayer, es previsible que Rusia y China salgan en apoyo de su aliado, Irán, como han hecho en múltiples ocasiones anteriores.
En cualquier caso, el ataque de Irán de ayer y los tambores de guerra que suenan en la región han opacado el que era "tema del mes" de abril: la petición de Palestina para convertirse en estado miembro de pleno derecho de la ONU (y no mero observador), que posiblemente se iba a votar el próximo miércoles en el Consejo, aunque con la actual coyuntura ya eso está en el aire.