El presidente de Chile, Gabriel Boric, se anotó este miércoles su mayor triunfo político con la aprobación en el Congreso del proyecto de reforma del sistema privado de pensiones impuesto por la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990) hace casi medio siglo.

Con 110 votos a favor y 38 en contra, la Cámara Baja dio luz verde al plan bandera del gobierno de izquierda, tras recibir el visto bueno del Senado el pasado lunes.

"Hoy día se aprobó, después de 43 años, una reforma previsional que le cambia la cara a lo que la dictadura hizo en 1981 en este país", celebró la ministra del Trabajo, Jeannette Jara, en una conferencia de prensa en el Legislativo.

En su último año de mandato, Boric alcanzó su mayor victoria tras fracasar en su intento de sustituir la Constitución de Pinochet y de subirle los impuestos a los ricos a través de una ley tributaria rechazada por el Congreso.

Esta vez, sin embargo, logró un acuerdo con la oposición de derecha que domina el Congreso y sacó adelante la reforma de pensiones que impulsaba desde 2022, y que apoya un 60% de los chilenos, según la encuestadora Cadem.

El plan de Boric transforma el modelo instaurado en 1981, bajo el cual el trabajador financiaba exclusivamente su pensión sin contribuciones de su empleador privado o estatal.

– Un viejo anhelo –

Con la reforma aprobada por el Congreso, las empresas aportarán el 8,5% y los trabajadores seguirán cubriendo el 10% del ahorro pensional, un aporte establecido en el modelo de la dictadura.

Ese porcentaje del salario de los empleados, captado por las privadas administradoras de fondos de pensiones (AFP), se destinaba a inversión en sus portafolios de negocios.

Cuando los hombres se jubilaban a los 65 años, y las mujeres a los 60, recibían un ingreso conforme al rendimiento de sus aportes.

De los 600.000 jubilados en Chile, la mitad recibe unos 350 dólares al mes, por debajo del salario mínimo de 500 dólares, de acuerdo con cifras oficiales.

Durante años, los chilenos se han volcado a las calles para exigir la reforma de un sistema que apenas si garantizaba un mínimo de pensión.

El actual "modelo está en crisis, y eso nadie lo pone en duda. Las pensiones de hoy no alcanzan para que nuestros padres, madres, abuelos, abuelas, sostengan una vida digna en su vejez", dijo Boric al presentar la reforma en 2022.

Con la reforma, las pensiones subirán entre un 14 y 35%, según la estimación del gobierno.

-Bono estatal-

La iniciativa también reajusta un bono estatal para los jubilados más pobres, de 215 a 250 dólares equivalentes al mes.

Rosa Vallejos, una jubilada de 61 años, recibe unos 170 dólares de pensión tras haber aportado al sistema por casi 30 años. El dinero apenas le alcanza para cubrir la medicina para su diabetes, que le cuesta unos 80 dólares.

Sin embargo, todavía cree que la reforma es insuficiente.

"Cuando reciba la pensión estatal (de 250 dólares), esa plata ya no va a servir porque el costo de la vida va a subir", dijo a la AFP.

Bajo el futuro modelo, las siete AFP que actualmente operan en Chile tendrán que competir con nuevos inversores de pensiones.

También se establece un beneficio que entregará el equivalente de hasta 95 dólares mensuales para quienes más hayan trabajado, a través de un seguro social que será administrado por un organismo público.

Chile superará así el aporte obligatorio promedio de 18,2% de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), de la que también forman parte Costa Rica, Colombia y México.