Los conflictos internacionales, el alza del valor del petróleo y el aumento de la demanda local han elevado los precios de la gasolina en América, donde la dependencia a este combustible aún es muy alta, y es subsidiada en gran parte de los países del continente generando una compleja carga fiscal.
Uruguay, Chile y Nicaragua tienen los precios más altos por litro de gasolina, mientras que Venezuela, Bolivia, Ecuador y Argentina registran los más bajos.
Las subvenciones o subsidios a los combustibles es una política común en el continente, que en principio buscó reducir el impacto de los precios en los consumidores y en sectores claves de la economía como los transportistas. Esas políticas representan una alta carga fiscal y un problema social, pues en el momento en que un Gobierno intenta reducir o quitar algún subsidio se puede enfrentar a un estallido social como pasó en Bolivia, Chile, Cuba y Panamá o a otros problemas como el contrabando de combustibles en Venezuela y Argentina.
Venezuela, con las mayores reservas de petróleo en el mundo, unos 300,878 millones de barriles, tiene el precio más bajo de la gasolina en América, situación que favorece el contrabando en la frontera con Colombia y Brasil.
Sin embargo, hace más de tres años, los venezolanos disfrutaron por el lapso de un quinquenio de un subsidio casi total que se hizo "insostenible" por lo que el gobierno de Nicolás Maduro tuvo que aumentar el precio de ese combustible a US$ 0.5 en algunas estaciones de servicio, mientras que en otras fijó una tarifa subsidiada en bolívares que equivale a US$ 0.2, con un límite de compra de 120 litros al mes.
"En Venezuela una botella de agua costaba muchísimo más que llenar el tanque de gasolina", dijo a EFE la economista Graciela Urdaneta, quien indicó que esta subvención generaba pérdidas millonarias anuales al Estado, que empezó a importar debido a la caída de la producción petrolera y de refinación, por lo que "sí o sí" había que aumentar los precios.
Los precios de los combustibles en Bolivia son estables desde hace 19 años y el Gobierno de Luis Arce ya ha dicho que no levantará los subsidios, como lo han planteado varios expertos debido a la alta carga para el Estado, que este año alcanza unos US$ 1,400 millones. Un litro de gasolina en el país andino está en unos US$ 0.54.
Para el gerente del privado Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), Gary Rodríguez, "la sostenibilidad futura del subsidio" depende de la disponibilidad "para importar el 80% del combustible que se consume" y el declive de la producción de gas natural en el país, que por muchos años fue el sostén de la economía boliviana.
En Ecuador, la subvención a los combustibles llegó a US$ 3,200 millones en 2023. El gobierno de Daniel Noboa busca un plan para ahorrar entre US$ 450 y US$ 550 millones con la segmentación de los subsidios de las gasolinas.
Desde junio de 2022 el precio de la gasolina de 85 octanos, la de mayor consumo, está congelado en US$ 2.40 por galón (3.78 litros), mientras que el del diésel está fijado en US$ 1.75 por galón.
En Argentina, la nafta 'súper' (la más económica) se vende a 87 centavos de dólar por litro en las estaciones de servicio de YPF, petrolera controlada por el Estado, en Buenos Aires. Desde diciembre pasado, el Gobierno de Javier Milei ha aplicado varias medidas que han elevado el precio para llevarlo a un nivel acorde con los mercados internacionales y que sea más rentable para las empresas del sector.
El precio de la nafta acumula desde diciembre un alza del 139.2%, en un contexto de elevadísima inflación y pérdida del poder adquisitivo, los argentinos han recortado sus cargas en las gasolineras en una bajada general de casi el 10% en enero.
En Colombia, el precio de la gasolina ha tenido un alza gradual desde 2022 hasta diciembre de 2023, período en el que el galón (3,785 litros) pasó de unos US$ 2.10 (al cambio en ese año) a unos US$ 3.92 (al cambio de hoy).
La medida se tomó para reducir el déficit fiscal, en concreto el del Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles (FEPC), que depende del Ministerio de Hacienda, un mecanismo con el que se subsidia al consumidor final para proteger al mercado interno de las variaciones bruscas del precio internacional del crudo.
En México se controla el precio para que no sea mayor al de la inflación, aplicando mecanismos como la reducción en el cobro del impuesto especial sobre producción y servicios (IEPS) por cada litro de gasolina, lo que ha permitido subsidiar la volatilidad de los combustibles a costa de reducir sus ingresos tributarios.
El precio promedio de la gasolina es de US$ 1.3 por litro; US$ 1.4 la premium y US$ 1.4 el diésel.
Compra en el mercado externo
La demanda de combustible en la región cada vez es mayor y algunos países se han visto obligados a comprar por fuera el faltante como es el caso de Brasil, Chile, Paraguay y Bolivia, que por años fue uno de los principales abastecedores de gas.
El valor de la gasolina en Brasil está en unos US$ 1.11. En 2023, "a pesar de que Petrobras declaró que sus precios dejarían de estar vinculados a la paridad de importación, el valor de la gasolina mantuvo una correlación con los precios del mercado internacional", dijo a EFE Sérgio Araújo, presidente de la Asociación Brasileña de los Importadores de Combustibles (Abicom).
"Para 2024, creemos que los precios de la gasolina seguirán los precios del mercado internacional y que será necesario importar aproximadamente el 10% de la demanda anual", agregó.
En Chile, donde casi todo el combustible que se vende es importado, el precio de la bencina no varía mucho, a excepción de 2021, cuando el valor de la gasolina de 93 octanos rompió por primera vez la barrera de los 1,000 pesos chilenos (cerca de US$ 1 al cambio de hoy actual) promedio el litro. Actualmente el costo es de US$ 1.21.
Paraguay importa el 100 % de los hidrocarburos y, al no ser un país productor, ha desarrollado una industria de agrocombustibles.
El economista jefe del Banco Central de Paraguay (BCP), Miguel Mora, explicó a EFE que el abaratamiento de los carburantes en Argentina llevó a los paraguayos a llenar sus tanques en territorio argentino, lo que ayudó a que el Gobierno redujera en 2023 la importación de combustibles.
En Cuba los precios de la gasolina y el diésel –que son fijos y por decreto– se han mantenido estáticos desde que el Gobierno anunció a finales de enero aplazar hasta nuevo aviso su incremento en más de un 400 % tras detectar un virus informático que afectó la ciberseguridad de las gasolineras.
En cuanto se aplique esa medida, un cubano deberá pagar US$ 44 para llenar un tanque de 40 litros, cuando el salario promedio apenas supera los US$ 35, al cambio oficial pero US$ 14.5 en el extendido mercado informal.
Nicaragua tiene el precio de la gasolina más alto. Ese valor está congelado desde abril de 2022 en US$ 1.30 el litro. Mientras, que Costa Rica, país que no produce petróleo, registró en 2022 precios históricos superando por primera vez los US$ 1.5. En el último año, el valor se ha mantenido en US$ 1.2.
En Panamá desde julio de 2022 el precio está congelado en US$ 3.25 el galón de gasolina de 91 octanos y el diésel. El valor del galón de la gasolina especial, la regular y el diésel en El Salvador oscilan entre los US$ 3 y US$ 4.
En Uruguay, las gasolinas Premium 97 y Super 95 se mantienen, respectivamente, en dos dólares y en US$ 1.97 el litro desde diciembre.
A diferencia del resto del continente, la demanda de los consumidores en Estados Unidos y Canadá ha disminuido en los últimos años por factores como una mayor producción de automóviles que consumen menos combustibles y el aumento del uso de vehículos eléctricos.