En un mitin de campaña del candidato republicano Donald Trump, celebrado el domingo en el emblemático Madison Square Garden, en Nueva York, el comediante Tony Hinchcliffe trató de hacer chistes denostando a los inmigrantes, a los hispanoamericanos en general y de manera particular al pueblo puertorriqueño, al afirmar que Puerto Rico es una isla basura.
Puerto Rico es un gran pueblo, que merece respeto. Tierra de educadores e intelectuales como Eugenio María de Hostos, Pedro Albizu Campos y Julia de Burgos, y de grandes artistas de todas las ramas.
El aporte de los puertorriqueños a Estados Unidos no está en discusión, y no puede ser despreciado ni pisoteado a la ligera.
El insulto a los puertorriqueños ofende a toda la comunidad hispana de Estados Unidos y, de paso, a todos los latinoamericanos.
Desde la República Dominicana enviamos un abrazo fraternal al pueblo de Puerto Rico.
El discurso de odio, el racismo y la discriminación no son un chiste, ni siquiera un chiste de mal gusto.
Ojalá que los puertorriqueños que residen en el territorio continental de Estados Unidos respondan en las urnas como se debe ante esta fallida afrenta.