El pasado jueves 19 de septiembre, en el Archivo General de la Nación, se puso a circular el reciente libro de Isidoro Santana, ex ministro de economía, planificación y desarrollo entere 2016 y 2019. Al director de Acento le correspondió hacer la presentación del libro, gracias a la benevolencia del autor, y estas fueron las palabras pronunciadas por Fausto Rosario Adames:

En primer lugar quiero agradecer la confianza de Isidoro Santana, economista renombrado, de una larga tradición en los estudios de la economía e historia dominicanas, por aprobar que un neófito periodista fuera quien pronunciara unas palabras sobre su libro “Consumo familiar, desafíos fiscales y economía en un mundo convulso”, que esta noche se pone en las manos de cada uno de los presentes, gracias a la publicación por parte del Archivo General de la Nación.

Isidoro Santana, quien ya ejerció la función de ministro de Economía, Planificación y Desarrollo, entre el 2016 y el 2019, ha tenido también una militancia comprometida con los procesos democráticos tanto a través de la Fundación Siglo XXI como a través de Participación Ciudadana y otras organizaciones de la sociedad civil, académicas y de profesionales de la economía.

Ha sido un analista profundo de nuestras particularidades económicas, sociales y políticas, y ha ejercido como conferencista, ensayista, y articulista en diferentes medios de comunicación, y su última producción entre el 2019 y el 2024 se puede encontrar en las páginas de Acento, el portal periodístico que fundáramos en febrero del 2011 y que se ha convertido un centro de debates relevantes en la sociedad dominicana, en particular de los intelectuales, historiadores, economistas y literatos y periodistas.

Quisiera de inmediato adelantar algunas ideas del trabajo de Isidoro Santana, que se presenta esta noche:

Estamos ante un economista sosegado y profundo, que no ve sólo las ramificaciones económicas de los asuntos que asume para describir, sino que ve las derivaciones políticas, sociales, locales e internacionales, y que ofrece puntos de vista confiables, juiciosos, jamás en el ambito de la improvisación o la radicalidad, sino sustentados en criterios propios, bien sustentados y explicados, tomando en cuenta los puntos de vista prácticos más beneficiosos para el conjunto de la sociedad y no para sectores a los que se considere adherido.

Digamos en este sentido que Isidoro asume la sentencia de Amartya Sen, premio nobel de Economía y fundación de la corriente del desarrollo humano, que sostiene que "el objetivo último de la economía es mejorar la vida de las personas y promover el bienestar social".

En mi criterio, Isidoro Santana camina ese trayecto.

Pero hay algo más. En mis años de periodista, abordando muchos temas del desarrollo social, político y económico, no he encontrado un economista más didáctico, más cercano a la condición de maestro, con experiencia docente, para abordar los temas más complejos de la economía con palabras sencillas, entendibles por el común de los ciudadanos y sin necesidad de alcanzar algún título académico para poder asimilar sus explicaciones y análisis.

Pero no es que Isidoro sea igual en el aula que en los textos periodísticos que publica, o en las conferencias que pronuncia. Está claro en este libro que se da a conocer esta noche, que el autor asume la pedagogía como una cultura, como una costumbre, como un deber, y aunque algunos ensayos se acompañan de gráficos complicados, sus explicaciones son perfectamente asimilables.

Una de las cosas que me sorprende, y que he podido conocer en el contacto esporádico con Isidoro, siendo economista y coordinador general de Participación Ciudadana o siendo ministro de Economía, Planificación y Desarrollo, es su humildad. Pocos profesionales de la economía, una materia tan difícil, compleja y que intenta ser predictiva logran esta condición.Captura-de-Pantalla-2024-09-22-a-las-4.00.25-p.-m.-558x728

Isidoro no se anda por las ramas para decir lo que piensa frente al poder, frente a los empresarios con gordos intereses, o frente al presidente de la República que circunstancialmente pudiera ser su superior inmediato. Esa condición es, a mi juicio, una postura ética que coloca al autor como un simple ciudadano de la calle, como el joven nacido en un campo de Moca o como el profesor en el Instituto Tecnológico de Santo Domingo. Se la canta con sencillez y cordura a cualquier, sin necesidad de ofender, con un talante del hombre sabio que sabe lo que es positivo o negativo para la economía del bolsillo de los ciudadanos y de las familias. Cuando fue cancelado de la función de ministro de Economía y planificación, perdió quien lo destituyó. Por su postura infranqueable contra la reelección, Isidoro se creció y ganó nuevas dimensiones de su condición de hombre honesto, de Estado, y de pensamiento coherente.

Los temas que el autor aborda en este libro, siempre con la economía como centro, van desde la economía de los hogares dominicanos, su evolución histórica, hasta la naturaleza y la explicación económica de las relaciones históricas entre Francia y España, y como consecuencia de ello, entre Haití y la República Dominicana, desde la revolución haitiana de 1794 hasta las condiciones desastrosas del Haití de hoy el rol que corresponde en la solución de los problemas de la media isla a Francia y a Estados Unidos, dos potencias que aprovecharon y esquilmaron las riquezas de la parte Oeste de la Isla La Española.

El análisis del COVID y sus efectos en la economía popular y en las políticas públicas, pasando por los desafíos fiscales de la economía dominicana, por los déficits de las cuentas de la Seguridad Social o la naturaleza del contrato social dominicano. Son temas que pasan por el filtro acucioso y novedoso de Isidoro Santana, para entrar en la naturaleza de los problemas económicos del mundo de hoy, convulso, globalizado y desglobalizado, con la insignificancia de Europa, la emergencia de China, la agresividad de Rusia, para llegar al rol de América Latina en este mundo complejo, disruptivo, con grandes complejidades políticas e ideológicas, entre izquierda y derecha, entre desarrollo humano y pobreza, para llegar a las relaciones entre Haití y la República Dominicana.

“Se trata de un conjunto de ensayos cortos, construidos a partir de artículos publicados en revistas especializadas…” y en medios de comunicación. Es lo que nos dice el autor. Pero les puedo confirmar que es mucho más que eso. Es un autor humilde, sencillo, que no quiere que lo vean ni le señalen ninguna grandilocuencia o pretensión de sabiduría o grandeza. Es mucho más que eso. Cada texto aquí incluido es un ensayo profundo, bien documentado y mejor sustentado en su análisis y explicación de lo que trata. Isidoro nos traduce a los legos los temas fundamentales de la inequidad que prevale en el economía dominicana: Por ejemplo, que “Un hogar del 1 % superior recibe en promedio el equivalente de 117 veces el monto medio percibido por el ubicado en la mitad de abajo”.

No me lo crean. Adquieran el libro y comprueben, que en el país no hay una canasta básica, como afirma el BC, sino que “hay tantas canastas familiares como familias existen”.

Desmitifica conceptos equivocados, que el BC coloca como elementos del crecimiento de la actividad económica, y los denomina “Hoteles y restaurantes”. Pero esa denominación no hace honor al contenido, nos dice el autor, porque puede parecer consumo suntuario propio de clases medias y alta, “pero en realidad lo que es propiamente hoteles es una ínfima parte, ya que más del 90 % corresponde a la comida que muchos obreros y empleados consumen en establecimientos que ni siquiera llegan a la categoría de restaurantes, sino que son fondas, comedores, lugares de expendio incluso de ambulantes o sencillamente comida adquirida o suministrada en los propios centros de trabajo”.

Es interesante, ahora que se comienza a hablar de una reforma fiscal en la que el Estado aumente las recaudaciones y maneje por la vía del gasto los temas relacionados con el desarrollo, ya Isidoro nos había advertido de ello: “En una sociead en que nadie apoya el Estado, porque no lo percibe como algo suyo ni confía en él, la pandemia ofreció una oportunidad para que aparezca una nueva visión en que, al entender que todos podemos necesitar del Estado, lo reconstruyamos, comenzando por mirar con nuevo prisma el accionar del liderazgo político, reconsiderar la tolerancia frente a la evasión fiscal, la corrupción, el mal gasto del dinero público…”.

Estamos ante un clarividente, y no del estilo de los economistas que hizo referencia John Kenneth Galbraith, quien dijo que "La única función de las predicciones económicas es hacer que la astrología parezca respetable.” Isidoro Santana nos está diciendo desde hace años lo que los economistas y planificadores del gobierno están descubriendo y tratando de poner en práctica ahora.

En este sentido hace falta recuperar una propuesta contenida en este libro: La necesidad de un gran acuerdo fiscal para aumentar la carga tributaria, porque ningún país con un 15% de presión tributaria ha podido salir adelante.

La República Dominicana tiene la recaudación tributaria más baja de toda AL, después de Guatemala. Países como Panamá y Paraguay tienen otras fuentes de inglresos fiscales aparte de los impuestos, como son el canal, y las presas de Itaipú, Yacyretá y Acaray, que les genera altos ingresos a esos dos países, diferente de la RD.

El autor sugiere no esperar mucho tiempo y reformar el sistema tributario, antes de que ocurra algún evento que desencadene el caos, como una nueva quiebra bancaria, una crisis en la seguridad social, la pérdida de confianza de los mercados internacionales en la capacidad de AL para afrontar la deuda, una crisis política nacional derivada de reclamos populares por servicios públicos, carestía o inseguridad.

Sugiere que los impuestos no son el problema, son la solución, pero las élites no quieren pagar ningún impuesto y está enraizada la cultura de que la creación de un fondo social, común, con impuestos, no garantiza la cohesión social, por tanto son los políticos los que deben disponer de solución por la vía de hacer cumplir las leyes, hacer pagar los impuestos y crear el fondo de cohesión social común.

Hay que fortalecer la rol del Estado. El Estado dispone pero no impone, dice el autor. “Aprueba leyes, decretos y resoluciones, pero no tiene poder. El poder lo ejercen otros. Esto dificulta la gobernanza, es decir, la capacidad del Estado de formular políticas correctas y eficaces”.

A mi me interesa llevar el mensaje de que este libro es un excelente ensayo, que posiblemente ha sido ponderado, tomado en cuenta, por los actuales gestores de la reforma fiscal, porque algunos elementos parecieran estar tomados de los que propone Isidoro Santana en la parte V de este libro sobre el contrato social dominicano.

Con el deseo de continuar dialogando y describiendo lo que aquí se propo, incluyendo el espinoso asunto de las relaciones domínico-haitianas, me gustaría concluir diciendo que este libro es un gran aporte a la bibliografía que analiza, describe y propone soluciones a los temas de la economía dominicana, sin dejar fuera los informes de Attali o Harvard, dados a conocer hace algunos años.

Entiendo que este libro es un documento didáctico, explícito, valiente, ideológicamente libre, inclusivo, justo y democrático sobre los temas de alto interés para la sociedad dominicana, no únicamente sobre la economía.

Muchas gracias a Isidoro Santana sobre este compendio excelente, extraordinario, maravilloso y audaz.