El Comité de Auditoría de los bancos representa una pieza fundamental para la transparencia, el control interno y la correcta administración de riesgos. Su objetivo principal es asegurar que las operaciones financieras se realicen bajo los más altos estándares éticos y regulatorios. Sin embargo, a lo largo de los años, han surgido estrategias, intencionadas o inadvertidas, que buscan desviar o manipular la percepción del Comité, comprometiendo así su efectividad.
El Comité de Auditoría es el guardián de la integridad financiera de las instituciones bancarias. Este comité evalúa las políticas, procedimientos y prácticas de control interno, además de revisar los estados financieros y supervisar el cumplimiento de normativas. Sus miembros suelen ser expertos financieros, independientes del equipo ejecutivo, cuyo trabajo es detectar y prevenir irregularidades que podrían poner en riesgo la sostenibilidad del banco.
Existen varias estrategias que pueden dificultar la detección de irregularidades, algunas de las cuales han sido identificadas en análisis de casos de fraudes financieros en la banca. Estas incluyen:
- Fragmentación de la información: Al dividir datos relevantes en múltiples informes o al omitir detalles clave, los responsables de las áreas operativas o financieras pueden "difuminar" la realidad. Esto complica el trabajo del Comité, ya que no siempre es evidente qué documentos contienen la información completa.
- Sesgo en la presentación de datos: Algunos informes financieros pueden ser diseñados para destacar cifras positivas y minimizar resultados desfavorables. Esto puede incluir proyecciones optimistas, donde se resaltan planes a futuro sin explicar adecuadamente los riesgos asociados.
- Controles internos simulados: En lugar de implementar controles efectivos, se crean "controles simbólicos" que simulan un cumplimiento riguroso, pero carecen de profundidad o efectividad real. Por ejemplo, controles que solo verifican un porcentaje limitado de transacciones sin aplicar una revisión exhaustiva.
- Rotación de personal clave: Cambiar continuamente al personal encargado de interactuar con el Comité puede ser una táctica para evitar que el Comité construya una visión clara y consistente de la situación financiera del banco.
- Dificultad para acceder a información sensible: Obstaculizar o demorar el acceso del Comité a ciertos documentos o detalles operativos reduce la capacidad de evaluar los riesgos de forma precisa. La falta de transparencia en áreas específicas genera una "cortina de humo" que puede ocultar problemas graves.
Estas tácticas de manipulación y ocultación no solo socavan la labor del Comité, sino que también ponen en riesgo la sostenibilidad del banco. Al no contar con información precisa y completa, el Comité de Auditoría no puede advertir sobre los peligros inminentes, como operaciones riesgosas, déficit de liquidez o malas prácticas crediticias. Esto puede llevar a que los problemas se acumulen hasta volverse insostenibles, desencadenando pérdidas financieras o incluso la quiebra.
La sofisticación de estas tácticas requiere que los Comités de Auditoría de las entidaes bancarias adopten medidas adicionales para protegerse, tales como:
- Uso de tecnología avanzada: Implementar herramientas de inteligencia artificial y análisis de datos que permitan identificar patrones inusuales, incluso en datos fragmentados.
- Evaluación independiente: Contar con auditores externos que, sin vínculos directos, puedan ofrecer una visión crítica de los procesos internos.
- Entrenamiento constante: Los miembros del Comité deben recibir capacitación en técnicas de auditoría avanzada y en estrategias para detectar fraudes emergentes.
- Cultura de transparencia: Fomentar una cultura organizacional donde la transparencia y la ética sean la base de todas las operaciones. Esto implica que la administración valore la supervisión como un activo y no como una amenaza.
Para los miembros del Comité de Auditoría, es crucial mantener una postura crítica y vigilante en todo momento. Esto comienza con un enfoque proactivo en la revisión de documentos y reportes financieros, evitando confiar únicamente en los informes proporcionados por el equipo gerencial. Solicitar auditorías externas o revisiones independientes puede proporcionar una visión objetiva y sin influencias, permitiendo identificar incongruencias o áreas opacas en los controles internos.
Además, los miembros deben buscar patrones o tendencias a lo largo del tiempo, en lugar de centrarse únicamente en reportes trimestrales o anuales, ya que las irregularidades suelen mostrarse en tendencias inusuales o inconsistencias en el historial financiero.
Además, el Comité debe fomentar una cultura de transparencia y comunicación abierta, en la cual cualquier empleado pueda reportar irregularidades o dudas de manera segura y confidencial. El uso de herramientas tecnológicas de análisis de datos y detección de fraudes, como la inteligencia artificial, puede facilitar la identificación de transacciones inusuales o riesgos escondidos en los reportes.
La capacitación constante sobre técnicas de manipulación y fraude también es clave, ya que permitirá a los miembros del Comité estar alertas ante tácticas engañosas y prácticas de encubrimiento. Al mantenerse informados y preparados, los miembros del Comité de Auditoría podrán proteger mejor a la institución y asegurar que su labor contribuya al cumplimiento y a la transparencia.
El Comité de Auditoría es una barrera clave contra la mala gestión y el fraude en la banca, pero su efectividad depende en gran medida de su capacidad para reconocer y contrarrestar tácticas que buscan desviarlo. Promover una cultura de transparencia y equipar a los Comités con herramientas tecnológicas y capacitación adecuada puede ayudar a que la supervisión sea efectiva y proactiva. De esta forma, las instituciones bancarias no solo protegen sus activos, sino también su reputación y la confianza del público, elementos vitales para la estabilidad del sistema financiero.
Un Comité de Auditoría efectivo debe basarse en una estructura de gobernanza sólida, promoviendo la independencia de sus miembros para evitar influencias indebidas de la dirección. Es esencial que el comité fomente una cultura de total transparencia y divulgación de riesgos significativos, estableciendo una política de "no sorpresas" con la dirección ejecutiva.
Para fortalecer la supervisión, el comité debe garantizar el acceso sin restricciones al Auditor Interno y fomentar la participación activa de todos sus miembros, además de recibir actualizaciones periódicas de otros actores clave, como el director de riesgos y el asesor jurídico. También es crucial contar con un sistema sólido de denuncia de irregularidades, asegurando que las denuncias sean supervisadas e investigadas adecuadamente.
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La columna “La Banca Dominicana por Dentro”, es desarrollada por Jesús Geraldo Martínez, en el interés de aportar al fortalecimiento del Sistema Financiero Dominicano desde una perspectiva analítica y práctica orientada a la formación de conocimientos y divulgación de informaciones exclusivas de dicho sector. Para contactar con el autor. Email jgmartinez20@icloud.com, o seguir a @Jesusgeraldomartinez en Instagram