Las pymes (pequeñas y medianas empresas) juegan un rol fundamental en la economía de la República Dominicana. Representan alrededor del 39% del Producto Interno Bruto (PIB) del país y generan aproximadamente el 61.6% de los empleos formales, lo que demuestra su importancia en la generación de riqueza y empleo

Actualmente, se estima que existen alrededor de 1.5 millones de pymes en el país, lo que las convierte en un pilar del tejido empresarial, especialmente en sectores como comercio, servicios, y manufactura. Sin embargo, las pymes enfrentan desafíos significativos, incluyendo un alto nivel de informalidad, la falta de acceso a financiamiento y la falta de educación tributaria dificultan su crecimiento.

A pesar de su importancia, las pymes enfrentan serios obstáculos al intentar acceder a servicios financieros formales, como la apertura de cuentas bancarias. Este artículo analiza las barreras más comunes que enfrentan las pymes para abrir una cuenta bancaria y presenta recomendaciones a las instituciones clave que pueden mejorar esta situación: el gobierno, la Superintendencia de Bancos y las entidades bancarias.

Una de las barreras más comunes es la extensa cantidad de documentación requerida por los bancos. Para abrir una cuenta bancaria en la República Dominicana, una pyme debe cumplir con una serie de requisitos que incluyen el Registro Nacional de Contribuyentes (RNC), certificados de registro mercantil, estados financieros firmados por un contable y una variedad de otros documentos legales y fiscales. Sin embargo, muchas pymes, especialmente las más pequeñas o aquellas que operan en la informalidad, no tienen acceso a estos registros o no cuentan con los recursos para obtenerlos de manera oportuna.

La informalidad es un problema particularmente relevante en el país. Se estima que más del 60% de las pymes dominicanas operan en condiciones informales, lo que significa que no están registradas oficialmente ante las autoridades fiscales ni cumplen con los requisitos legales necesarios. Esto crea un círculo vicioso: las pymes no pueden formalizarse sin acceso al sistema financiero, pero tampoco pueden acceder al sistema financiero sin estar formalizadas. Esta situación impide que muchas de ellas abran cuentas bancarias, accedan a créditos y, en última instancia, crezcan.

Otro factor que actúa como una barrera para las pymes es la percepción de riesgo que tienen los bancos hacia este tipo de negocios. Las pymes son vistas como empresas de alto riesgo debido a su falta de historial crediticio, ingresos variables y su alta tasa de mortalidad empresarial. La ausencia de un historial crediticio formal también complica el acceso a otros productos financieros, como las líneas de crédito y préstamos a tasas competitivas.

Además, los costos asociados a la apertura y mantenimiento de cuentas bancarias son otra barrera importante. Muchas pymes consideran que los costos son demasiado elevados en comparación con los beneficios percibidos. Las tarifas mensuales, los requisitos de saldo mínimo y los cargos por servicios bancarios adicionales pueden ser casi prohibitivos para empresas que operan con márgenes de beneficio muy reducidos, especialmente en las etapas iniciales de sus operaciones.

La transformación digital ha mejorado el acceso a los servicios bancarios en muchas áreas, pero en la República Dominicana todavía existen barreras tecnológicas y geográficas que limitan el acceso de las pymes al sistema financiero. Muchas de las pequeñas empresas ubicadas en zonas rurales no tienen acceso a servicios bancarios debido a la falta de infraestructura física, como sucursales o cajeros automáticos. Aunque el uso de la banca digital ha crecido, no todas las pymes cuentan con las herramientas tecnológicas necesarias para acceder a estos servicios. Además, la falta de conocimiento sobre cómo utilizar las plataformas digitales bancarias es un obstáculo adicional.

Recomendaciones:

El gobierno dominicano tiene un papel crucial en la mejora del acceso de las pymes al sistema bancario. Una de las primeras medidas que se deben tomar es fortalecer los programas de formalización de empresas, especialmente aquellos dirigidos a las pymes. El Ministerio de Industria, Comercio y Mipymes (MICM) puede ampliar sus programas de capacitación y asesoría para que más pymes puedan cumplir con los requisitos documentales necesarios para abrir cuentas bancarias. Crear incentivos fiscales para las empresas que se formalicen también ayudaría a reducir las barreras.

Otra recomendación es que el gobierno simplifique los procesos de registro empresarial y digitalice los trámites. Una ventanilla única que integre todos los requisitos legales y fiscales facilitaría que las pymes formalicen sus operaciones de manera más rápida y eficiente. Además, es importante que se cree un sistema de apoyo que permita a las pymes tener acceso a asesoría financiera para que puedan prepararse mejor para cumplir con las exigencias bancarias.

La Superintendencia de Bancos debe desempeñar un papel activo en la promoción de la inclusión financiera de las pymes. Una recomendación clave es la flexibilización de las normativas para la apertura de cuentas bancarias para pymes en proceso de formalización. Esto implica crear un marco regulatorio específico que permita a estas empresas acceder al sistema bancario con requisitos reducidos mientras completan su proceso de formalización.

Asimismo, la Superintendencia podría fomentar la creación de productos financieros más accesibles para las pymes, como cuentas bancarias de bajo costo. Otra iniciativa importante sería implementar programas de educación financiera dirigidos a las pymes, ayudándolas a mejorar su conocimiento sobre el manejo de cuentas y otros productos bancarios.

Las Entidades Bancarias también deben adaptarse para mejorar el acceso de las pymes al sistema bancario. Los bancos pueden desarrollar productos financieros más personalizados, que se ajusten a las características y necesidades de las pymes. Estos productos podrían incluir cuentas bancarias con tarifas reducidas, la eliminación de saldos mínimos obligatorios y la creación de líneas de crédito adaptadas a las fluctuaciones de ingresos de las pequeñas empresas.

Además, las entidades bancarias deben fomentar una mayor cercanía con las pymes. Esto puede lograrse mediante el establecimiento de programas de asesoría financiera que ayuden a las pymes a entender mejor cómo manejar sus cuentas y utilizar productos bancarios de manera eficiente. La expansión de la banca digital en las zonas rurales también es crucial, ya que permitiría que más empresas tengan acceso a los servicios bancarios sin la necesidad de desplazarse a centros urbanos.

La inclusión financiera de las pymes en la República Dominicana es fundamental para impulsar su crecimiento y, por ende, el desarrollo económico del país. Sin embargo, las barreras documentales, la percepción de riesgo, los altos costos y los desafíos tecnológicos siguen limitando el acceso de muchas empresas al sistema bancario. Para superar estos obstáculos, es necesario que el gobierno, la Superintendencia de Bancos y las instituciones financieras trabajen en conjunto para crear un entorno más inclusivo y accesible para las pymes. Solo así se podrá aprovechar plenamente el potencial de este sector y contribuir al fortalecimiento de la economía nacional.

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La columna “La Banca Dominicana por Dentro”, es desarrollada por Jesús Geraldo Martínez, en el interés de aportar al fortalecimiento del Sistema Financiero Dominicano desde una perspectiva analítica y práctica orientada a la formación de conocimientos y divulgación de informaciones exclusivas de dicho sector. Para contactar con el autor. Email jgmartinez20@icloud.com, o seguir a @Jesusgeraldomartinez en Instagram