La República Dominicana es un país altamente vulnerable a los efectos del cambio climático, incluyendo huracanes, lluvias intensas y el aumento del nivel del mar. En las últimas décadas, las inundaciones urbanas se han convertido en un desafío significativo, especialmente en ciudades como Santo Domingo, donde los sistemas de drenaje obsoletos y la rápida urbanización han agravado la situación. Ante estos desafíos, es crucial adoptar soluciones sostenibles para mitigar el impacto de futuros eventos climáticos extremos. Una fuente de inspiración puede encontrarse en los Países Bajos, reconocidos mundialmente por su experiencia en la gestión del agua y el control de inundaciones.
Las inundaciones urbanas en la República Dominicana son el resultado de una combinación de factores. Uno de los principales es la falta de infraestructura adecuada para el drenaje de aguas pluviales. Muchas zonas urbanas carecen de sistemas eficaces que permitan la rápida evacuación del agua durante lluvias intensas, lo que lleva a la acumulación de agua en las calles, la inundación de viviendas y el colapso de vías de transporte. Este proceso se complica porque muchas personas desafortunadamente todavía botan su basura, botellas de plástica, bolsas y foam de comida etcétera en la calle lo que tapa la infraestructura precaria. Además, la rápida expansión urbana, en muchos casos sin planificación adecuada, ha reducido las áreas naturales que podrían absorber el exceso de agua, como los humedales y los espacios verdes. Esto, junto con la deforestación y la construcción en áreas vulnerables, ha aumentado la frecuencia y gravedad de las inundaciones.
El impacto económico, social y sanitario de las inundaciones es enorme. Las pérdidas materiales afectan tanto a los hogares como a las empresas, interrumpen las actividades económicas y exponen a la población a enfermedades transmitidas por el agua, como el dengue y la leptospirosis. Frente a esta realidad, la búsqueda de soluciones efectivas es urgente.
Los Países Bajos han sido durante mucho tiempo un referente mundial en la gestión del agua. Con una gran parte de su territorio bajo el nivel del mar, han desarrollado innovadoras estrategias para controlar las inundaciones y gestionar el flujo de agua. Algunas de estas prácticas podrían ser adaptadas a la realidad dominicana para mejorar la resiliencia urbana frente a las inundaciones.
Entre las estrategias más destacadas se encuentra la construcción de diques y barreras multi-capa, que no solo protegen de las inundaciones, sino que también permiten un control más preciso del nivel del agua. Otra práctica clave es el enfoque de “Espacio para el Río”, que consiste en crear áreas específicas donde el agua pueda desbordarse de manera controlada, minimizando el impacto en las áreas urbanas densamente pobladas. Este concepto podría aplicarse en la República Dominicana mediante la creación de zonas de retención de agua y parques inundables en áreas vulnerables. Asimismo, se podría integrar soluciones basadas en la naturaleza en sus ciudades, como techos verdes, pavimentos permeables y estanques. Estas soluciones no solo ayudan a gestionar el exceso de agua, sino que también mejoran la calidad de vida urbana al reducir el calor urbano y aumentar los espacios verdes. Y finalmente es fundamental modernizar los sistemas de drenaje pluvial utilizando tecnologías inteligentes que permitan monitorear y gestionar el flujo de agua en tiempo real.
En conclusion, abordar el problema de las inundaciones urbanas en la República Dominicana es una tarea urgente que requiere la implementación de soluciones sostenibles. Adoptar mejores prácticas no solo mejoraría la seguridad pública, sino que también reduciría las pérdidas económicas y promovería un desarrollo urbano más sostenible.