Una taza de café es más que pagar RD$ 250 en una tienda o cafetería para disfrutar de un momento sublime al degustar ese líquido negro, amargo y con un toque de azúcar añadida – muy a pesar de los puristas del café -. Es cultura, tradición y fuentes de empleos e ingresos.

De hecho, el Instituto Dominicano de Café (Indocafé) registra 28,211 productores de este cafeto en 30,802 fincas que cuentan con 1,618,058 tareas.

Al desglosar los datos, la región Sur registra 6,958 productores, la zona de mayor producción, con el 24.6 %. A este le siguen las regiones Suroeste, con 6,017 productores, el Norte, con 3,638, y Sureste, 2,543.

En República Dominicana, la producción cafetalera está en manos de pequeños productores quienes poseen 100 tareas dedicadas al cultivo, del cual un 78 % dependen para vivir, de acuerdo con el Departamento de Ayuda Humanitaria de la Comisión Europea (ECHO).

Durante el 2010 y 2020, Indocafé registró 2,309,247 quintales de café verde importado por un valor de US$ 290.1 millones, US$ 99.3 millones en déficit respecto a los ingresos de US$ 190.8 millones de las exportaciones. En ese período, el país vendió 864,280 quintales.

En 2010, República Dominicana exportó US$ 10.3 millones por el envío de 54,389 quintales de café verde, al año siguiente las divisas aumentaron a US$ 26.3 millones por la venta de 113,893 quintales.

En 2012 inició la importación de café verde. De acuerdo con estadísticas del Indocafé y la Dirección General de Aduanas (DGA) señalan que se compraron 7,667 quintales que requirió US$ 1.8 millones. Pero, la exportación se situó en US$ 35.6 millones por los 171,723 quintales vendidos.

En 2013, la exportación cayó a US$ 15.7 millones al igual que los 82,009 quintales de café verde vendidos en el extranjero. La importación ascendió a US$ 4.1 millones.

A partir del 2014, la exportación inició su descenso y la importación aumentó al momento de la propagación del brote de la roya, un hongo que provoca la caída prematura de hojas, el debilitamiento de árboles e infecciones del cafeto.

En América Central y República Dominicana, el brote de la plaga produjo pérdidas de US$ 2,250 millones.

En Quisqueya, el gobierno emitió un decreto el que declaró de alto interés nacional el control de la roya del café, a fin de adoptar las medidas necesarias para combatir la expansión de esta enfermedad, que según la Organización Internacional del Café (OIC), ha afectado un 80 % de los cultivos con una pérdida de US$ 15 millones.

En 2020, el Ejecutivo indicó que el Gobierno prestará RD$ 1,000 millones a tasa cero para productores de café con el fin de mejorar los campos. Recordó que la roya “se llevó el 70 % de la producción nacional”, razón por la que hubo que eliminar más de 2,000 tareas del producto.

Conforme los datos, el sector inicia su recuperación lenta y sostenida a partir del 2021, con un volumen exportado de 51,854 quintales que generaron ingresos de US$ 11.2 millones. En 2022, la exportación se fijó en US$ 34.4 millones por 151,765 quintales.

Entre enero-junio del 2024, el Instituto Dominicano del Café (Indocafé) registró que se intervinieron 81 fincas con 9,551 tareas por concepto de químico de roya, mientras que por el trampeo de broca fueron instaladas 40,142 trampas distribuidas en 1,019 fincas con un total de 50,332 tareas.

De acuerdo con el reporte del 2023-2024, se realizó una cosecha de 217,041 quintales, una tercera parte de la producción esperada de 604,725.

Taza cafetera a nivel regional

El cultivo del café inició en Etiopía, sin embargo, América Latina ha tomado protagonismo en la industria cafetera tanto en producción como en comercialización. En términos de ingresos, Estados Unidos lidera el mercado cafetero, con ingresos de US$ 10,500 millones en 2023, seguido de Brasil con US$ 7,223 millones.

Su consumo a nivel global se estima en 177 millones de sacos de 60 kilogramos para este 2024. Finlandia con un consumo anual de 9.6 kilogramos per cápita se posiciona en primer lugar, República Dominicana se posiciona en la decimosexta posición en el ranking global, con un consumo de 3.7 kilogramos por persona, de acuerdo con World Of Statistics.

En Brasil se registran 265,000 productores de café, según el censo agrícola brasileño de 2017, de acuerdo con el Fórum Cultural del Café, que cultivan 2.25 millones de hectáreas.

En mayo del 2024, la Compañía Nacional de Abastecimiento (Conab) del Ministerio de Agricultura, proyectó una cosecha de 58.8 millones de sacos de grano (de 60 kilos), superando con cuatro millones más su producción del 2023, situada en 54 millones.

Cinco de cada 10 colombianos toman entre una y dos tazas de café al día, mientras que cuatro de cada 10 lo llevan a cinco tazas cada día. En Colombia, el volumen de café producido se situó en 11.6 millones de sacos de 60 kilogramos durante el año pasado. 

Durante la temporada de cultivo 2023-2024, se estima que la temporada de cultivo se consuma dos millones de sacos, de los cuales 1.5 millones serían de café tostado molido y 600,000 de café soluble.

En Panamá, la mayor área de producción de café arábica y robusta se encuentra en la provincia de Chiriquí con 7,714 hectáreas, pero a nivel nacional, la producción alcanzó 248,997 quintales durante la temporada 2021-2022 y una superficie cosechada de 18,064 hectáreas.

En el caso de esta nación ubicada en Centroamérica, su café Geisha, según la Asociación de Café Especiales de Panamá, es el más cotizado a nivel mundial. Solo en agosto del 2024, un kilogramo alcanzó un valor de US$ 10,013.

Oportunidad para el turismo agrícola

“Ponme a colar el negrito”, “¿Hay café, doña?” ¿Vamos por un café?”, más aún, la canción de Juan Luis Guerra Ojalá que llueva café y la bilogía Colao (2017-2023), de Frank Perozo, son elementos que resaltan la cultura cafetalera de República Dominicana.

Ante esto, el agroturismo representa una oportunidad para incrementar los ingresos de los pequeños productores y diversificar la industria turística dominicana al combinar rutas para conocer desde la siembra hasta la comercialización del café y la experiencia holística de estar en contacto con la naturaleza y las comunidades productoras.

La Organización Mundial de Turismo (OMT) junto a la (FAO) indicaron que la promoción del ecoturismo y el agroturismo puede ayudar al bienestar de las comunidades ubicadas en las zonas de montaña.

“El turismo comunitario bien gestionado aumenta y diversifica los ingresos de los hogares, mejora las oportunidades de empleo y de subsistencia, aumenta la resiliencia y ayuda a conservar el patrimonio natural en todos los paisajes”, dijo el secretario general de la OMT, Zurab Pololikashvili.

Esto se debe a que entre el 15 % y 20 % del turismo mundial es generado por los destinos de montaña.