Antes de que amanezca, Anacleta Jiménez se encamina hacia su patio que alberga productos como espinacas, lechugas y tubérculos. A unos kilómetros de su hogar, se encuentra su homóloga Ámbar Rijo, quien irá a vender sus productos a una empresa turística. Ambas trabajarán en su pequeña parcela familiar, y cada día generarán ingresos por la venta de los rubros agrícolas que cosechan al lado de su hogar.

Esta es la realidad de 54 mujeres de La Altagracia quienes han encontrado un oficio en la agricultura familiar con vocación de suplir a las cadenas hoteleras productos frescos y orgánicos en el programa denominado “kilómetro cero”. Estas productoras locales, según Anacleta Jiménez y Ámbar Rijo, han comenzado a comercializar sus productos, como espinaca y lechuga, con la promesa de que su cosecha no se desperdiciará, gracias al interés de empresas turísticas de la región Este.

El Banco Central dominicano (BC) señala que por el Aeropuerto Internacional de Punta Cana arribaron 3,511,663 pasajeros no residentes durante enero-agosto de este año. Esta cifra representa el 58.9 % de los 5,961,484 extranjeros que llegaron a República Dominicana.

Las productoras indicaron a ACENTO que las mujeres rurales están encontrando oportunidades en el sector turístico para generar ingresos, sacar adelante sus familias y aportar su granito de arena al mercado laboral a través de la agricultura familiar. Su afirmación se confirma en el 5 % de las compras del sector hotelero son agropecuarias. Si bien el porcentaje es pequeño, en términos absolutos es US$ 122 millones de los US$ 2,500 millones. 

De acuerdo con el presidente de la Asociación Nacional de Hoteles y Turismo (Asonahores), David Llibre, el sector turístico que a nivel global moviliza 1,400 millones de viajeros, de los cuales el 0.6 % elige Quisqueya, “es una muestra de que el sector está en constante crecimiento y que cada día dinamiza a otros sectores, como la agricultura, y permite a las mujeres incursionar en la cadena de valor con sus productos”.

El sector contribuye a la igualdad de género apoyando las oportunidades de empleo para las mujeres. El Consejo Mundial de Viajes y Turismo (WTTC) señala que esto es importante en países que tienen un mercado laboral dominado por los hombres. 

Citan que aumentar la proporción de mujeres en la fuerza laboral puede apoyar el desarrollo en los países de bajos ingresos aumentando la diversificación económica, mejorando la y resultados de salud, así como reducir la desigualdad de ingresos.

A nivel global, la ONU Turismo estima que la participación de las mujeres en la fuerza laboral del sector turístico es de 54 %, frente al 39 % de la economía general. El informe “Tendencias sociales en el empleo en viajes y turismo” concluyó que empleaba a 42 millones de mujeres y 16 millones de jóvenes al cierre de 2022.

“Ahora no tengo que venderlos a intermediarios, sino directamente a los hoteles y restaurantes… Me siento valorada y reconocida, no había sucedido en el pasado”, señaló Jiménez. 

Las mujeres involucradas en la agricultura están no solo comprometidas con la producción sostenible, sino que también buscan estrechar lazos con el renglón de hoteles, bares y restaurantes, que impactó con US$ 14,498 millones de manera inducida e indirecta.

“La comercialización directa con hoteles locales significa frescura y apoyo a la economía de la comunidad, además como no usamos químicos podemos ofrecer productos más frescos”, sostuvieron, refiriéndose a la reducción de costos de transporte, la calidad del producto que pueden vender y la dinamización de la agricultura.

Aguie Londor, vicepresidente de Asonahores, consideró que la inclusión de las mujeres del campo en el turismo no solo promueve la producción local, sino “que ofrece la oportunidad de ser agentes de cambio en sus comunidades”.

“Vender productos agrícolas al turismo representa un paso importante hacia la inclusión y el empoderamiento de las mujeres del sector, demostrando que sí se puede superar la invisibilidad y construir un futuro más prometedor”, explicó.

Bernardo de la Cruz, encargado de Capacitación y Empoderamiento Económico de la Mujer de la Oficina Sectorial Agropecuaria de la Mujer (OSAM), abogó por el reconocimiento de las capacidades de las mujeres rurales para liderar proyectos agropecuarios sostenibles.  “La inclusión de estas mujeres no solo favorece el desarrollo económico de las familias rurales, sino que también contribuiría a la seguridad alimentaria del país”, dijo, que es del 80 %.

El experto sugiere que, al fomentar la educación y la capacitación de estas féminas, se puede aumentar su impacto en el sector agropecuario, donde se registran el 25 % de las mujeres dueñas de parcelas o tierras productivas. Señaló que esto podría ayudar a mitigar la emigración de las zonas rurales a las urbes y mejorar la calidad de vida en comunidades vulnerables, creando un modelo productivo más equitativo y sostenible.

“La equidad e igualdad de género no debe ser solo un discurso, sino una realidad palpable en las políticas públicas y presupuestos destinados al desarrollo agrícola. La participación de las mujeres en la toma de decisiones es fundamental para promover sistemas alimentarios sostenibles y hacer frente al cambio climático”, aseveró.

El ejecutivo propuso que si el Estado invirtiera RD$ 500 millones en las mujeres rurales dominicanas, la economía recibiría RD$ 1,500 millones en ganancias.

Asimismo, destacó que las mujeres han sido históricamente pioneras en la agricultura, y su inclusión puede ser clave para implementar prácticas innovadoras y sostenibles. “El reconocimiento de su papel es vital para la construcción de un futuro más resiliente y productivo en el sector agropecuario dominicano”, acotó.