Desde hace casi dos décadas, Roger Federer es el encargado de dar la hora para la firma de relojes Rolex. Es la imagen histórica de la marca. Pero se huele el cambio. Un sucesor ya hace méritos. No es otro que Carlos Alcaraz, el chico de moda en el mundo del tenis y que ya trabaja para la empresa suiza como un imán para sus seguidores.
El tenista adolescente español, ganador en Miami de su primer Másters 1000 con solo 18 años hace apenas una semana, ya atrae a marcas de prestigio. En enero firmó un contrato con Rolex, que seguro que ya ha comenzado a amortizar a su nuevo fichaje, un jugador joven, con un futuro prometedor y un comportamiento exquisito dentro y fuera de las pistas.
Igual que Federer, que en 2006, cuando tenía 25 años, comenzó su relación con la empresa suiza. La inversión era un claro "win-win" para ambos y más por la especial relación de una marca y un jugador que proceden del mismo país. El contrato de diez años que firmó Federer por aquel entonces ascendió a los 15 millones de euros. Después, renovó y hasta hoy continúa la relación.
Durante 16 años Federer ha sido el modelo de la firma de relojes de moda. Ha lucido sus modelos en carteles, vallas publicitarias, anuncios de televisión y, sobre todo, en el momento cumbre de recoger sus títulos más importantes. En cada uno de ellos, acomodaba siempre el reloj en la muñeca izquierda para que apareciera en la foto. Y, de momento, a sus 40 años, y después de ganar 20 títulos de Grand Slam, se mantiene en la plantilla de Rolex.
Pero la empresa suiza ya mira al futuro. Y el futuro es Alcaraz, que recogió su trofeo de campeón con un reloj reluciente en su muñeca izquierda. Después de Río de Janeiro, es la segunda foto en la que el tenista español aparece con un título y un modelo de la marca que le patrocina. Y, seguramente, habrá más. El destino parece tener reservado a Alcaraz un futuro lleno de éxitos y, si aguanta como Federer, Rolex tiene imagen para dos décadas.
Y es que la firma suiza tiene una grata relación con el mundo del deporte en general y con el tenis en particular. Desde el comienzo del siglo XX, muchas han sido las figuras que han lucido sus relojes.
En 1926, incorporó a Mercedes Gleitze, la primera británica en cruzar a nado el canal de la Mancha; en 1953, dos miembros del equipo de Edmund Hillary portaron un Rolex en la primera ascensión al Everest; en 1960, Don Walsh bajó a la fosa de las Marianas, a 10.916 metros, con otro reloj de la marca suiza; Jack Nicklaus, Gary Player y Arnold Palmer y Tiger Woods han representado a la empresa en el mundo del golf.
Y a finales de los años 70 Rolex apuntó al mundo del tenis. Desde 1978 ha marcado el tiempo oficial en Wimbledon. Ahora patrocina los cuatro eventos de Grand Slam así como las principales competiciones por equipos, como la Copa Davis y la Laver Cup. Además, aparte de Federer, también han sido imagen de la empresa suiza Rod Laver y Björn Borg y ahora lo son Garbiñe Muguruza, Stéfanos Tsitsipás, Dominic Thiem o Jannik Sinner, entre otros.
Pero la más que probable línea sucesoria de tres monstruos del tenis como Laver, Borg o Federer, en una inversión en el tiempo que puede durar más de una década, la representa Carlos Alcaraz. Si todo marcha según lo previsto, en un tiempo podría ocupar el hueco del tenista suizo en la web de Rolex.
De momento, Alcaraz tiene una esquina reservada junto al resto de tenistas. Pero, por encima de todos, Federer tiene su espacio para él solo, bien ofertado, más grande y con vídeos y mensajes como "grandeza", "belleza de su tenis", "elegancia dentro y fuera de la pista" y "legado perpetuo".
Alcaraz tiene un largo camino por delante para acercarse a una leyenda como Federer. De momento, ya ha conseguido un buen contrato siete años antes que Federer. Su cuenta corriente engorda gracias a su trabajo y profesionalidad. En Miami ganó en premios 1,1 millones de euros y los patrocinadores ya empiezan a rifarse al español. Y, para uno de ellos, Rolex, Alcaraz ya da la hora. (Juan José Lahuerta)
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