Durante todo estos vaivenes del boicot y discusiones mediáticas en relación a la Feria Internacional del Libro de Santo Domingo de este año, han surgido también muchas inquietudes del entorno cultural que creo son importantes dialogar, dilucidar y llegar a mejores conclusiones.
Para nadie es mentira que la República Dominicana adolece de espacios y eventos culturales de alta escala. Tenemos necesidades culturales importantes, así como también mucho talento entre escritores y artistas, mucha tela de donde cortar… que también necesitan de estos espacios.
La cultura es un aspecto central para el desarrollo de los individuos y las sociedades, es un camino importante para el bienestar y el futuro próximo y lejano de nuestro país.
“La cultura es el alma de una sociedad vibrante, expresada de muchas maneras en que contamos nuestras historias, celebramos, recordamos el pasado, nos entretenemos e imaginamos el futuro. Nuestra expresión creativa ayuda a definir quiénes somos y nos ayuda a ver el mundo a través de los ojos de los demás. Además de su valor intrínseco, la cultura proporciona importantes beneficios sociales y económicos”. (Diario Alhurin, 2019).
Por tanto, ¿Cómo podemos hablar de intentar librar a los dominicanos de un espacio que propicia tanto beneficios y oportunidades? ¿Cómo le respondemos a miles y miles de escritores y artistas que esperan este evento año por año para expresar su arte, conocer a sus lectores y compartir con otros colegas? Arte con tanto derecho de promoverse y gestionarse como cualquier otro arte, como la música, el teatro, el cine o cualquier otra disciplina en nuestro país.
Estamos hablando de que la Feria del Libro de Santo Domingo es un pulmón cultural, que hay que seguir gestionando, evaluando y mejorando, no solo por las instituciones y por el Estado que tienen la mayor responsabilidad, sino por todo el entramado y el ecosistema cultural y literario del país.
Luego de dirigir el colectivo de escritores CUENTARD, durante estos últimos 5 años, hemos observado y analizado importantes falencias en el sistema literario dominicano, que seguimos trabajando y estudiando, sobre todo lo que afecta al escritor dominicano, como actor principal. Sin embargo, creo que la Feria posee un potencial que muchos subestimamos y subvaloramos, y que no estamos priorizando la cultura, ni defendiendo algo que verdaderamente importa para la sociedad dominicana.
Es importante ante esto, que nosotros los actores literarios y culturales no perdamos el foco en esfuerzos innecesarios y no prioritarios y que podamos seguir defendiendo la Feria y otros eventos culturales y literarios de importancia.
Respeto mucho la lucha activista de los derechos humanos, la igualdad y las libertades, pero creo que es hora que prioricemos la cultura, como una salida para llegar a esos objetivos humanitarios, para que también tengan un mejor resultado.
Creo sin lugar a dudas, que sin cultura no hay país, y sin literatura no tendremos dominicanas y dominicanos pensantes que puedan ofrecer mejores soluciones a esos problemas que se presentan.
Estoy segura que la formula no es al revés.
Esperamos que todo el pueblo dominicano disfrute la Feria del Libro como se la merece, igualmente todos los actores que trabajamos con tanto esfuerzo por la literatura dominicana.