La cuestión del malentendido es un viejo problema hermenéutico que ha tenido diversas perspectivas de solución, aunque en el fondo no existe ninguna. Pues, tan solo encontramos propuestas debatibles, algunas más acertadas que otras, pero nunca solución definitiva.

El malentendido no se da únicamente en el ámbito de la comprensión lectora; en la enseñanza-aprendizaje o en alguna actividad que conlleve el fenómeno humano de la comunicación. Igualmente, en el ámbito de la interacción social y cultural, el malentendido azora. Y logra muchas veces imponerse sin que exista posibilidad de reconciliación o la búsqueda de un mayor entendimiento.

Por mi parte, me inclino por abordar el problema en este ámbito. Y lo hago a propósito de una ética del diálogo que sigue muy de cerca el momento multiculturalista en que se encuentran nuestras sociedades. Pero ante la amplitud del tema, solo voy a fijar mi mirada hacia las minorías y las diferencias culturales, que en algunas ocasiones suelen coincidir como “expresiones” de malentendidos socioculturales, sea por los prejuicios heredados o por la distancia en la que nos encontramos frente a esas minorías y diferencias. Distancia que suele producir un aire de extrañeza, celo o apatía.

Desde el punto de vista cultural, todas las minorías se sitúan en el horizonte de “lo diferente”. Constituyen, además, una pluralidad que no se deja dominar por la cultura hegemónica pese a los intentos de excluirla y a veces eliminarla del mapa histórico. Hoy, más que nunca, a las minorías y diferencias las tenemos a nuestros ojos y no podemos soslayarlas, ya que son una realidad social que nos interpela.

Una aclaración. Cuando hablamos de minorías, nos referimos a un grupo muy heterogéneo en la que incluimos los grupos étnicos, culturales, religiosos y sexuales. Este grupo social se encuentran siempre en una “situación de inferioridad” porque frente a la cultura hegemónica tienen que hacer un esfuerzo mayor para su afirmación. En este sentido, tal y como lo habíamos planteado en un artículo anterior (https://acento.com.do/cultura/igualdad-y-reconocimiento-la-perspectiva-etica-hermeneutica-9089695.html), un concepto fundamental que ha de acompañar a una ética de carácter pluralista que las incluya, es la noción de “reconocimiento”. Que se traduce a la exigencia de igualdad básica de todos los humanos y las libertades políticas que le confieren a un individuo, situado en cualquier espacio de una sociedad multicultural. Reafirmamos que este reclamo no es más que el preconizado, desde la antigüedad hasta hoy en día, “derecho a la libertad”.

En esencia, estas diferencias pretenden ser reconocidas y escuchadas, pero, sobre todo, interpretadas desde su contexto. Y esta es la única razón por la que se exige el que debemos transformar nuestra mirada respecto a sus valores y sus perspectivas morales con el único objetivo de comprenderlas.

En este sentido, lo que planteamos es una reconceptualización de las minorías y las diferencias culturales a la luz de una ética hermenéutica, por entender que nos proporciona otro enfoque de la «razón práctica», aplicada en el marco del conflicto social y político. Creemos que situar dicha razón práctica en ese contexto es vincularla al principio de responsabilidad junto al respeto como categoría ética. Enfoque que nos ayuda a superar una visión instrumental del “otro”, acercándonos a un modelo más histórico, narrativo e interpretativo de los valores morales.

Esta mirada supone entender que estos valores no se construyen en una esfera ideal separada de la vida. Que todo grupo cultural tiene su modo de revelarse en el marco de unos principios y valores que se construyen al interior de un mundo. Precisamente, este hecho nos invita a entender que aquello que es diferente a nosotros tiene una perspectiva o criterios de valoración y de juicio que necesitan ser considerados para tomar decisiones que afectan a la ciudadanía.

O sea, no debemos partir de una cancelación de su existencia, en cambio, sí abrirnos a un diálogo permanente de su sentido, con el objetivo de negociar las tensiones y la concesión de derechos.