En 1965 el mundo de la cultura se hizo eco de la tragedia del pueblo dominicano en la hora de terror que significó la agresión imperialista orquestada por los sectores de poder en Washington. En la Argentina, tan lejos geográficamente de la República Dominicana pero a la misma vez tan cercana a nosotros dada la tradición de hermandad latinoamericana-caribeña, un grupo de poetas, escritoras/es y trabajadores de la cultura alzó su voz en repudio a la invasión estadounidense.

Créanlo o no, en 1965 los sentimientos de impotencia y de rabia empujaron a la movilización de millones de personas en todo el mundo en repudio al genocidio yanqui que estaba siendo perpetrado en Santo Domingo y en Vietnam respectivamente por la administración de Lyndon B. Johnson del Partido Demócrata. Y aunque eran tiempos marcados por otro orden, el de la Guerra Fría, las dictaduras militares y la revolución social a la vuelta de la esquina, existe una similitud con la situación de aquel entonces y el momento actual que se vive en medio del genocidio en Gaza el cual ha generado un contundente rechazo internacional desde el ámbito de la política y la cultura.

En los años setenta, la prensa escrita jugó un papel primordial en la difusión de noticias, análisis y posturas en torno a hechos nacionales e internacionales. Es cierto que hubo manipulación mediática en algunos temas pero en lo general se daba a conocer la realidad contrario a la época actual dada la prevalencia de las fake news. En ese marco, el pueblo argentino (un año antes del golpe militar del 28 de junio de 1966 en contra del gobierno constitucional de Arturo Umberto Illia), estaba bien al tanto de la asonada golpista que derrocó el gobierno constitucional del presidente dominicano Juan Bosch en septiembre de  1963 y de la violencia de los marines en Santo Domingo en abril de 1965 plasmada en los diarios y semanarios de la época como Primera Plana y Panorama entre otros. Sin duda alguna, el pueblo argentino no titubeo ni un instante en expresar solidaridad con el pueblo dominicano que repelía en las calles las botas invasoras despachadas al país caribeño por los halcones de Washington en 28 de abril de 1965. En la Argentina, las calles fueron el escenario principal de la lucha en defensa de la soberanía dominicana:

“El 5 de mayo frente al Congreso unos miles de estudiantes comenzaron a manifestarse contra el desembarco de tropas estadounidenses en Santo Domingo. Gritaron consignas anti- estadounidenses, rompieron ventanas, prendieron fuego a mesas en las terrazas de las calles y arrojaron cócteles molotov a la policía. Las manifestaciones continuaron los días siguientes, aumentaron y se extendieron a otras localidades.”

Roberto Santoro.

Mientras tanto, desde las trincheras del arte combativo y militante la poesía jugaría un rol esencial en la construcción de espacios de solidaridad con Santo Domingo. Entre los colectivos argentinos que dejaron constancia de un firme compromiso con las lucha antiimperialista del pueblo dominicano en el ‘65 se puede mencionar el grupo gestor detrás de la revista El Barrilete.

Mezcla de cultura de vanguardia y cultura popular, la revista El Barrilete fue una zona de combate ideológico enmarcada en la movilización social y sindical, la lucha en contra de la censura y en resumidas cuentas, la revista surgió en un contexto político trazado en la región por el impacto de la revolución cubana de 1959. El investigador, docente universitario y escritor argentino Guillermo Korn hace un breve recuento, con nombre y apellidos, del origen y trayectoria de dicha revista cultural:

“El Barrilete comenzó a remontarse de la mano de Roberto Jorge Santoro, en mayo de 1963. El artículo que antecedía a la palabra ‘Barrilete’ y el subtítulo ‘Salimos a remontarnos’ cayeron en desuso a partir del número 6. En pocos meses, la iniciativa artesanal y casera motorizada por Santoro pasó a ser una tarea colectiva a la que se sumaron Daniel Barros, Ramón Plaza, Miguel Ángel Rozzini, Horacio Salas, Marcos Silber y Rafael Alberto Vásquez. En esta etapa, se moderniza la gráfica; se sostiene una frecuencia bimestral; se añaden secciones, algunas destinadas a acercar la revista a lectores menos propensos a la poesía. La poesía como consumo popular, pero sin sectarismos: desde poetas primerizos a Louis Aragón, de Joaquín Gianuzzi a Allen Ginsberg, de Nicolás Olivari al homenaje a Tristán Tzara. Hubo espacio para los escritores de América Latina, para el teatro, el cine y la polémica.

“Además de ser una importante revista cultural de los años sesenta, Barrilete editó informes, veinte títulos que publicó como editorial, el disco de poesía Buenos Aires vuelta y vuelta. El primer informe, publicado antes que el primer número de la revista, fue dedicado a Alejandro Lavorante, un boxeador mendocino que quedó inconsciente tras un combate realizado en Estados Unidos. Entre la pelea y su muerte un año más tarde, aparecieron esos poemas en un pequeño folleto, de bajo costo. Los informes posteriores aparecieron en paralelo a la salida de la revista. Eran tomas de posición, poemas urgentes, escritos en el fragor de los acontecimientos. En conjunto componen un mapa de compromisos propios de los años sesenta y setenta en Argentina: el desocupado, la esperanza, Discépolo, el tango, Santo Domingo, el país.” [1]

Una pieza clave del “mapa de compromisos” de esa época convulsa que menciona Korn es el Informe sobre Santo Domingo (Editorial El Barrilete,1965), pequeño e inmenso registro poético de la rabia generalizada que arropó la sociedad argentina, y en particular, los sectores juveniles del Cono Sur y del resto de los pueblos del mundo en rechazo a la intervención militar estadounidense en Santo Domingo que buscaba el objetivo de aplastar la revuelta popular del 24 de abril de 1965.

Previo a la publicación del folleto poético Informe sobre Santo Domingo, el equipo gestor de El Barrilete hizo pública su rechazo a la injerencia imperialista a través de una punzante breve nota editorial bajo el encabezado “!Apunten fuego!” aparecida en la edición número 11 de mayo de 1965:

“En el momento de entrar en máquina esta edición de “El Barrilete” entraban en acción los carros blindados y las ametralladoras del imperialismo norteamericano. Creemos que el nuevo crimen no merece comentarios. Solo queremos afirmar que las cosas están bien claras: el imperialismo necesita asesinar la paz, el trabajo para poder subsistir. La República Dominicana es un ejemplo doloroso y actual, pero nada más que un ejemplo. Atrás de los muertos de Santo Domingo están el dolor y la rabia de toda Latinoamérica.”

Revisando el contenido de ese número de Barrilete notamos que la única referencia a Santo Domingo es ese breve editorial el cual se podría deducir fue escrito a vapor, posiblemente redactado e insertado en ese número de la revista de último minuto en respuesta a los acontecimientos fugaces en Santo Domingo con la intención de dejar una huella palpable del profundo sentimiento fraterno que une a los pueblos dominicanos y argentinos. Las líneas que concluyen esta potente nota editorial representan un registro fehaciente de solidaridad:

“Por eso solo estas líneas, para que quede constancia de nuestra rabia y de nuestro dolor. Que son las formas menos cómplices de la impotencia.”

Informe sobre Santo Domingo

 El Informe sobre Santo Domingo estaba hace poco olvidado o relegado al margen de la historia pero gracias al Archivo Histórico de Revistas Argentinas (Ahira), que está llevando una importante labor de digitalización, este libro de poemas desconocido hasta ahora en Santo Domingo, tendrá en lo adelante mayor difusión. 

Con una tirada de 4,000 ejemplares, Informe sobre Santo Domingo, número 5 en la serie de informes de la editorial El Barrilete, reunió en sus 32 páginas el trabajo de diecinueve autores y trabajadoras/es del arte argentinas/os. El texto comprende una presentación de la autoría de Arnaldo Liberman y Héctor Yanover seguida por diecisiete poemas de la autoría de Alicia Dellepiane Rawson, Enrique Courau, Cristina Brignolo, Roberto Santoro, Rafael Alberto Vásquez, Felipe Reisin, Daniel Desaloms, Julio César Silvain, Alberto Luis Ponzo, Marcos Silber, Alberto Costa, Martín Campos, Humberto Costantini, Vicente Zito Lema, Carlos Patiño, Horacio Salas y Juan José Folguera.

Los diecisiete poemas recopilados en Informe sobre Santo Domingo representan una suerte de “informes” acerca de la ocupación militar norteamericana y el imperialismo en general. Tipografiado, y al contrario a otros informes de la editorial, Informe sobre Santo Domingo carece de ilustraciones. En ese sentido, los poemas ponen en relieve el potencial de la poesía en la visualización de la sangre derramada en una contienda armada asimétrica y el clamor de justicia en Santo Domingo. En el texto introductorio Arnaldo Liberman y Héctor Yanover, por ejemplo, dejaron plasmados el dolor y la impotencia que los arropaba:

“Intentamos, muchos de nosotros, un poema que lo dijera. Un poema que no le quedara chico a tanto grito ahogado, a tanta sublevación inútil. Un poema que no nos traicionará, que dijera de nuestro asco y nuestra cólera y nuestro aturdimiento y nuestro asombro y nuestro torpe compromiso de palabras alineadas. Vanamente. Lo es también esta prosa esta manera de decir a la que no estamos habituados, que nos queda desajustada, extraña, distante. Todo es inútil en momentos de tanta impotencia, en momentos que cultivamos dolor y puños apretados porque no tenemos otra forma de cultivar nada.”

En Informe sobre Santo Domingo hay poemas breves y largos, experimentos tipográficos, giros lingüísticos, apuntes íntimos y colectivos que denotan una amplia gama de diversidad estética y estados de ánimo. Por intermedio de la poesis, Informe sobre Santo Domingo hace un recuento de la realidad dominicana, caribeña y latinoamericana, sintetizando a través de la palabra y el canto, el historial criminal del imperialismo norteamericano en estas islas, en esta tierra del merengue y la mangulina, pedazo de tierra rebelde y cimarrona como el espíritu del pueblo argentino. Presentamos a continuación, tal como aparecieron en el texto original, algunos fragmentos que bien pudieron ser estrofas, letras de tango, canciones de gesta, recortes de prensa y memoria colectiva que dieron vida y forma a este Informe sobre Santo Domingo.  

De “Homenaje póstumo” por  Daniel Desaloms 

Te han quemado la boca again otra vez

y en cada puerta han dejado un muerto inmenso

de negra piel.

Santo Domingo coágulo de tierra y sol

te han quemado la boca

again

otra vez

 

De “Santo Domingo” por Cristina Brinoglo

 

Esta vez ya no es posible

ya es más que el hermano

y hace tiempo que el hermano

hombre se destroza

ahora ya no hay lastima

de tanto odio lacerado

da no tengo lastima del dominicano

sino que quiero gritarle

quiero que sigan exigiendose

quiero que sigan para siempre

que agiganten su dureza

su dolor

 

De “El nombre que me falta” por Martin Campos

 

Tengo datos oscuros de tu nombre

Hay que buscar la crónica en las letras

Inútiles y falsas en los diarios.

Hay que buscar las cosas prescindibles

detrás de las firmas y los sellos.

das oeas, las onus y los viajes

silenciosos y graves,

Tu nombre, en cambio, es una voz,

Un grito que me falta.

 

Carta abierta a un “marine” por Vicente Zito Lema

 

Y ahora dime, john —sam o peter—, cómo les contaras lo de Santo Domingo.

Acaso le restaras importancia, diciendo que eran negros

sucios apestando el aire que sabe a mar, o indios

que fornican a la luna engendrando cuervos que picotean

las parras de la abuela allá en el valle.

 

De “Santo Domingo” por Alicia Dellipiane Rawson

 

Ya no es posible callar la rebeldía

y hay que salir del costado del camino.

Inventar cada dia una palabra

nueva.

con gusto a sangre

con calor de rabia

porque el silencio es esteril.

asesino

cuando la cobardía aprieta

la garganta.

 

Santo Domingo

que América sea libre.

Libertad

vuelve a ser nuestra palabra.

 

Memoria-documento, Informe sobre Santo Domingo es un poemario poblado de voces y referentes de la cultura y la izquierda argentina. Al no tener a mano información detallada acerca de las/os poetas que aparecen en este libro, podríamos aducir que es probable que algunas voces hayan participado en la izquierda como militantes en organizaciones y otras voces hayan permanecido al margen de la política partidaria pero manteniendo un compromiso con la transformación social. Fruto de un momento clave de la lucha antiimperialista mundial, el libro gemelo, aunque con rasgos distintos, de Pueblo, Sangre y Canto, poemario publicado por el Frente Cultural en el mes de julio de 1965. Las dos publicaciones fueron ensambladas a vapor en el fragor de la lucha.

La importancia de este poemario de sello argentino surgido desde la izquierda como acto solidario con Santo Domingo no ha sido del todo estudiada a causa de la poca divulgación que ha tenido. Aun así, la publicación de Informe sobre Santo Domingo en 1965 y su posterior rescate por las nuevas generaciones nos hace pensar y repensar los lazos históricos silenciados y olvidados. Y también que muchas veces la construcción de la memoria histórica requiere de una labor conjunta en diálogo solidario con diversos actores sociales fuera de las fronteras nacionales contrario a los preceptos de los guardianes de la historiografía tradicional.

Indudablemente, Informe sobre Santo Domingo es un texto anti- canónico de la literatura argentina y latinoamericana que mantiene viva la memoria colectiva del pueblo argentino y su defensa incondicional del pueblo dominicano desde la franja revolucionaria de la cultura, y a la misma vez, recupera la memoria colectiva dominicana que se niega a ser borrada y olvidada.

Lea el texto completo de Informe sobre Santo Domingo aquí

Notas

1.Korn, Guillermo, “El Barrilete. Salimos a remontarnos (presentación de la revista Barrilete)”, Ahira. Archivo Histórico de Revistas Argentinas, https://ahira.com.ar/revistas/barrilete/, Buenos Aires, abril de 2020. ISSN 2618-3439. 

Mis agradecimientos al equipo del Archivo Histórico de Revistas Argentinas (Ahira) por digitalizar la fuente primaria resaltada en esta entrega. Mis agradecimientos a Claudia Román del Archivo Histórico de Revistas Argentinas (Ahira) por su apoyo, profesionalismo y gentileza. Finalmente, gracias a Guillermo Korn por su aporte a la preservación de la memoria histórica argentina y latinoamericana.