Como escritor y ciudadano dominicano, expreso mi rechazo al llamado a boicotear la Feria Internacional del Libro Santo Domingo 2023: ese llamado me parece un acto absurdo, demagogo e hipócrita. Me sabe a mamotreto político en el que, sospecho, la oposición y algunos oficialistas que se han declarado enemigos férreos de esta gestión del Ministerio de Cultura, han encontrado un punto en común (lo hayan acordado o no) para emprender una serie de ataques hacia la Feria Internacional del Libro, movidos por el rencor, la envidia y el egoísmo, escudándose en razones de solidaridad y humanismo. Como dice un meme: no tengo pruebas, pero tampoco dudas.
Los convocantes alegan que el boicot es necesario debido a que el gobierno dominicano ha emprendido una campaña de deportación masiva de nacionales haitianos y todas las actitudes racistas que esta conlleva; dicen, además, que el hecho de que esta edición de la FILSD tenga como país invitado de honor a Israel implica que República Dominicana apoya su régimen de atropellos y racismo contra el pueblo de Palestina, y agregan que el Ministerio de Cultura no ha dado garantías de que habrá libertad de expresión para cualquier artista que tenga participación en la feria.
Eso de manera sintetizada. Para más detalles, leer la convocatoria íntegramente.
Ahora vamos a ver, por partes, por qué este discurso me parece hipócrita, demagogo, egoísta y político.
1-Deportaciones masivas y el racismo
En la carta, los convocantes al boicot parten del indignante atropello que sufrió mi amigo, el escritor y gestor cultural haitiano Jhak Valcourt, hace unas semanas cuando agentes de la Dirección General de Migración se lo llevaron preso de manera arbitraria y abusiva, con intenciones de deportarlo, aun cuando él posee todos sus documentos en orden y ha sido así durante los 11 años que Jhak tiene en el país trabajando y haciendo vida cultural.
Lamentablemente, a mi parecer, Jhak está siendo utilizado mediáticamente por estas personas para colorear de solidaridad sus propósitos demagogos y políticos. Si realmente les importa ¿por qué no hicieron un piquete frente a las oficinas de la Dirección General de Migración en los días en que Jhak fue atropellado por esta entidad? ¿Por qué no hicieron una carta similar para solicitar la destitución o la renuncia de los oficiales, del director y todo el que tuvo que ver con el atropello que sufrió Jhak? ¿Dónde están sus denuncias puntuales sobre los demás casos de atropellos que sufren día tras día ciudadanos haitianos y hasta dominicanos de tez negra? ¿Dónde están sus propuestas para que el gobierno emprenda acciones distintas para resolver el problema de migración de cualquier índole en el país?
Pero sobre todo ¿por qué, entre todas las cosas que se pueden hacer, sabotear la FILSD2023 es considerada una reacción loable ante esa situación? ¿En qué beneficia a la solución del problema? ¿Qué tiene que ver una cosa con otra?
2-Israel como invitado de honor
Pareciera que quienes convocan al boicot de la FILSD2023 no se habían enterado de las buenas relaciones que hace décadas tiene República Dominica con Israel, hasta que este último fue anunciado como país invitado de honor para dicho evento. O quizás fue hace poco que descubrieron la dolosa situación que existe, también hace muchísimos años, entre el pueblo palestino e Israel.
Lo digo porque, no me cabe en la cabeza que, estando ellos tan preocupados por lo que ocurre entre estos dos pueblos, hayan esperado hasta ahora para manifestar dicha preocupación y hayan escogido precisamente la FILSD2023 para canalizar su indignación. Porque es que, yo me pregunto, si tanto les indignan las acciones de Israel contra el pueblo palestino ¿por qué no habían solicitado hace años al estado dominicano que rompiera toda relación con Israel? ¿Por qué no le piden al estado dominicano que se desvincule también de todos los países que tienen relaciones con Israel, incluido Estados Unidos? ¿Por qué no hicieron una carta como la que circula por ahí para pedir que se cierre la embajada dominicana en Israel, y de igual forma la que tiene Israel en República Dominicana? ¿Por qué no pidieron que se boicoteara la conferencia que hace poco más de un mes dictó el embajador israelí Daniel Biran Bayo en la UASD, donde ponderó los beneficios de las buenas relaciones entre nuestro país y el suyo?
¿Por qué, entonces, tener a Israel como invitado de honor en la FILSD2023 representa un motivo de tan profunda indignación al punto de que es suficiente para llamar a boicotear el evento cultural más importante del país? Hace rato que debieron indignase, y no lo habían hecho, ¿por qué ahora?
3-Garantías de libertad de expresión
Para los que no están al tanto, este grupo alega por estas garantías debido a que, en la FILSD del año pasado, jóvenes de la comunidad LGTBQ+ fueron censurados y atropellados durante sus presentaciones. Se armó un fuerte revuelo en los medios de comunicación y los grupos conservadores del país desataron un pandemonio contra la feria y sus organizadores por permitir que estos jóvenes se expresaran en los espacios de la feria. Además, estos mismos grupos conservadores y ultranacionalistas satanizaron el hecho de que se le diera espacio a una escritora de origen haitiano para presentar su obra en el marco de la feria.
En este punto en específico, lamentablemente, el Ministerio de Cultura la tiene difícil: palo si boga y palo si no boga; si no reacciona un grupo, lo hace el otro, exigiendo lo mismo o peor.
Sin embargo, creo que ciertamente la libertad de expresión es un derecho que debe mantenerse en todo momento, aun cuando lo que se vaya a decir no esté en sintonía con lo que uno piense o crea.
Lo que me pregunto es ¿dónde están las manifestaciones, las cartas y las solicitudes para enfrentar a los grupos ultraconservadores y ultranacionalistas que atentan contra la libertad de expresión de estos jóvenes y ciudadanos? ¿Cuáles son las propuestas y acciones, más allá de simplemente exigirle al Ministerio de Cultura, que se han realizado en busca de tener estrategias para evitar la censura y la persecución? ¿Es boicotear la feria la única manera posible de hacerle frente a ese problema? Yo pienso que no, pero a muchos les conviene hacer creer que sí.
Las razones por las que se llama al boicot pueden parecer nobles, legítimas, pero no lo son en las manos de los que hacen este llamado absurdo porque no me parece que esta indignación, solidaridad y empatía de las que se revisten estén acompañadas de otras acciones significativas y puntuales que nos permitan concluir que su reclamo es honesto. La Feria Internacional del Libro no es el único escenario, ni tampoco el más idóneo, en el que se pueden librar esas batallas, como ha quedado demostrado.
Esto es lo de siempre: aquella vieja actitud mezquina y enfermiza de que, si no soy yo, tampoco serás tú, y no me importa el daño que pueda hacer al atentar contra eventos como la FILSD con tal de afectar a aquel que está donde debería estar yo. Egoísmo por donde sea que se mire.
Llamar a boicotear la FILSD2023 es un acto que pretende defender los derechos de unos mientras atropella los de otros, los de aquellos que, aun con todas las falencias y debilidades que tenga la feria, tienen derecho a contar con un espacio para promover su trabajo literario y a tener acceso al libro, para realizar encuentros y actividades literarias. Los que llaman al boicot al parecer olvidaron que a la FILSD no solo asisten las autoridades, sino también escritores, editores, gestores culturales, estudiantes y ciudadanos en general que esperan con mucha ilusión este evento. Y ellos también tienen derechos.
Veo la lista de los firmantes, y me sorprendo al encontrar algunos nombres de personas a las que respeto, aprecio y también por las que siento ambas cosas y es triste; veo a escritores internacionales, invitados a la feria, revocando su participación y me pregunto con qué clase de mentiras los convencieron para luego utilizarlos como parte de la campaña en titulares de artículos y posts en internet.
Para estos demagogos, la situación de Jhak y los nacionales haitianos en el país, Israel y su actitud frente a Palestina, y la libre expresión de los artistas en la feria, no son razones, sépalo, son excusas; una rabieta bien organizada porque no les tocó la porción del pastel que ellos desean.