¨Somos retorno
Cifrado de memorias
Un intento cotidiano
De pasos que conducen
Solos y perdidos a la ruta¨
Karina Rieke
Ludwig Wittgenstein, dijo: ¨no se pueden construir las nubes¨, hablando a través de la escritura de Isidoro Reguera[1]. Además, indicó, refiriéndose a lo lúdico del lenguaje, que ¨solo se puede jugar con las palabras. No es que uno se deje llevar por las palabras, es que las palabras le llevan a uno¨. Y terminando, el filósofo, en profundidad, la proposicón, refiere que: ¨Hay que dejarse llevar a propósito, a conciencia¨. Y es así como vamos a ir, braceando, a través de las apacibles y cálidas aguas de la escritura de esta poética conjuntiva, que nos presenta Karina Rieke, en el metatexto Erótica del Instante.
Así, dejándome llevar por el vaivén de las palabras, desde aquí, desde el parpadeo concreto y cercano del ojo a esta propuesta textual, diré que vivir en la literatura o vivir la literatura, diré que vivir en el arte o vivir el arte, conjugado con lo envolvente de sociedades como las actuales, superfluas, disolutas; y hasta, por qué no, insaciables, insociables y disociadas, recurrentemente bajo un cielo de iras y delirios demenciales, de goces desproporcionados y enredados en los tejemanejes de este mundo incivilizado y ensímismado en contemplaciones, materialmente psicosomáticas, psicodélicas, espiritualmente espiritista, sociales y, además, pasajeras, es vivir la existencia a plenitud, en ambigüedades y en posibilidades correctas o concretas, que hacen al caos y al orden, conceptos inseparables de los espacios y de los territorios del inconsciente. Espacios y territorios que producen estos materiales artísticos poéticos por donde recorrerá mi ojo.
La escritura que se dice metapoética, como es la de Erótica del Instante tiende a culturizar los diversos lenguajes empleados en su estructuración y tiende a tener sabores, a tener olores y a tener texturas luminosas en los cuadrantes lingüísticos del hablante, del escritor poeta y analítico del oyente, del lector, del público que se sabe poseedor de los códigos y de las claves visibles en el corpus de lo textual. Y es ese el perfil productivo que veremos y encontraremos en el desarrollo de este ejercicio escriturar.
Estos espacios, estos territorios se argumentan hábitat de sensaciones, de deseos y de sueños, que el ojo de la memoria vital de la poeta, en este caso y, el mío en el otro, observa desde la presencialidad profunda del ser dinamizante que sueña y que se siente, como individuo y como colectivo, estando consciente y estando despierto, en vigía asociada o disociada, al funcionamiento de una semántica de lo referencial y lo preferencial, fundiendo la realidad irreal de la cosa poética, con lo irreal de la realidad que aparenta la vida o la que se aparenta en la vida.
Estas coordenadas sitúan a este conjunto textual en una especificidad tangible de conocimiento
(el lenguaje es conocimiento, Wittgenstein) y de lo social afectivo que hay estructurado e intrínsico en el ser humano y en el ser poético. En este estado de las cosas es donde el lenguaje de lo metapoético (el metalenguaje) gesta y genera el conglomerado dinámico de esta textualidad unificada y unificante.
En esta antología personal, se encontrarán los tres textos metapoéticos que Karina Rieke ha publicado, hasta ahora, avalados por los estudios críticos, acerca de la metapoética de la autora, escritos por eminentes y emblemáticas figuras del mundo de la crítica. Y por otros esctitores y poetas que, como ella, intuyen las revelciones y los misterios de las voces del infinito.
Karina Rieke es una metapoeta, que reside en los Estados Unidados de Norte América. Allí ha producido gran parte de su obra poética y ha desarrollando su labor profesional como sicoanalísta y terapeuta clínica. Esta poeta, desde que surgió, con su primer poemario, en el año 2003, (Semejanza de lo Eterno ), ha venido definiendo una textualidad ontológica y óntica de lo erótico sensorial y de lo humano exponencial; así como de lo social y de lo mítico, endonde sus preocupaciones vitales se convierten en doxa orgánica, enfocada y planteanda hacia una poesía enfática y fática, fresca y de una profundidad liviana, en el sentido de lectura. Una poética sin ataduras sin oscuridades, sin rebuscamientos, sin re-torceduras sintácticas. Fácil de digerir, de discernir y portadora de unos valores humanos extraordinarios. Sus mundos poéticos no son distintos a los de otras poetas de su generación, pero si diferentes en la manera y en la forma del abordaje de su decir, de su hacer… Y es aquí, cuando estoy de acuerdo con Alejandro Santana[2], quien afirma, en el prológo, de Semejanza de lo eterno, que ¨en Karina el poema es en sí mismo esplendor y misterio, asombro y luz¨.
Aprehender los procedimientos del arte metapoético ( sus manifiestos, su decálogo, su filosofia metaonírica y del lenguaje, el metalenguaje) ha sido liberaralizante y enriquesedor para la formación de la metapoeta de Mitología del Instante. Se aprecia el conocimiento de sí misma (mismidad) y de la otra o de las otras y los otros (otredad) en sus procesos de creación; así como los alcances de su relación, su reflexión y de su diálogo con ella misma o con ellas, tensadas en la valentia de su escritura, de su metapoética. Dice Taty Hernandez[3], hablando de la metapoesía de Karina, que ¨es en el discurso reflexivo en donde Karina Rieke comparte su yo íntimo¨. Más de acuerdo con Taty no podía estar.
Así iniciaré, con estos versos del poema Mi mujer, del poemario Mitologia del Intante, enfocándome y lanzándome al redil de su juego léxico y de los susurros delirantes que rezuman para sujetarlos sútilmente al oído sagaz de los espetadores, de los lectores:
…Mujer mía
Repleta de virtudes
Desmesuradas
Tú que aprietas los cambios
De mi alma
Y luego los mezclas sutilmente
Para colgarlos en tu espalda
Agitas la verdad
De mi espíritu
Déjame sujetarte e impedir
La ineficacia de tu continuidad
Lujuriosa y pecadora
Mujer que desnudas y vistes mis inciertos
Para esculpir tus demonios
Cuerpo que duerme
Cuando otros creen amarte…
(Mi mujer, de Mitología del instante)
En estos textos conjuntados en Erótica del Instante se muestra una poética y a una poeta de altísima exquisitez, con unos niveles y dominio lexical impresionante. De una madurez enervante, entanto enrgética y enraízada en sus mundos alucinantes como los mundos de Alejandra Pizarní[4], cuand dice:
"Alguna vez
alguna vez tal vez
me iré sin quedarme
me iré como quien se va".
( Poema 33, de Árbol de Diana, Alejandra Pizarni)
Así, con la misma energía y enfática, delirando hacia el fututo, Karina, nos dice:
¨Tal vez alguna vez seré
Carne viva del presente
Jugando desnuda
Inclinada
En movimientos
Ligeramente alcaicos
Amenazando partir hacia
Ningun lado¨
(Tal vez alguna vez, De Mitologia del istante)
Y es así, porque ella, Karina, la metapoeta, (se) dibuja y (se) describe (en) el mundo real, (en) el mundo espiritual, el mundo maravilloso desmaravillado, (en) el mundo social y (en) el mundo cultural, bajo la égida de una sensualidad erótica consustancial, usual e inusual a su naturaleza; también, perceptual de ritmos y fonías elocuencialmente admirable como los tonos sinfónicos, vocálicos y másicos que arden la atmósfera continental del texto como arden los metatexto de la Pizarní.
Los conceptos, los símbolos, los tropos, figuras e imágenes usados desde la visión metapoética, aquí, y en ambas autoras, son de un dinamismo, de una elocuencia y de una claridad que trasciende el saber y el cononocimiento de todo lenguaje y de toda esctitura convencional. Es de una viveza, es de una trascendencia su metapoética; y, a la vez, es de una armonía lírica y compocisional hermosamente sublime.
Los trazados mitémicos y los trazados matémicos, aquí metamitemas, en este conjunto, como las unidades mínimas de conocimiento simple, sencillo, lúcido y lúdico que son, del ser creativo, manifiesto en esta metapoética, generan un aluvión de luz, que desde la memoria y la conciencia de la poeta, se dirigen y llegan al otro, a los otros, a nosotros, que somos los decifradores, los interpretes, los receptores lectores de estas unidades conceptuales y estilíticamente asombrosas.
Estos trazados nos dejan las huellas álgidas de los senderos que llevan hacia los jardines emocionales de las almas en los cuadrantes dimensionales de los tiempos en búsca de su discurso de libertad. Los metamitemas, en unisidad conjugada, que hacen y crean los simientes del juego léxico como espisodios específicos de estructuras significantes del movimiento acentual, gestual y musical en la instrumentalización crítica del texto, configuran la única verdad posible, leída hasta ahora en este espacio de escritura: la creación metapoética. Así, la praxis crea y hace, hace y crea al poeta en libertad. Así la poesía, la metapoesía libera al ser que hay contenido en Ontología de la palabra, el otro vertice de la tríada, que complementa a Semejanza de lo eterno y a Mitologia del instante, puesto en diálogo en esta Erótica del Instante.
Veamos, algunos ejemplos de Ontologia de la Palabra:
1-
¨Me buscaré/
para distanciarme de la mirada
que me asedia desde el otro pasillo¨
(De al otro lado de los cristales)
2-
¨No escribo de rumores/
mis palabras¨
(De En cada mirada)
3-
¨Como dientes
de guayaba y sangre
esta tristeza es mi muerte
corroe mi cruz
y muerde mi lengua
como un desgarrador
espeso viento de vidrio¨
(De Óleo sin nombre)
En Semejanza de lo Eterno, la metapoesía y la metapoeta irrumpen como un río desboldado en busca de las semejanzas que hay entre cosas y seres con ellas y con los otros. Es una iniciación que se sabe y se busca aliatoria y vinculante a la materia, a la memoria y al material de escritura con voces vivas constante y en contraste a la muerte que se espera, desde los gritos de la lengua de la historia que todo ser lleva tras de sí y para sí.
Dice la poerta:
1-
¨…Canto de memorias muertas es mi voz
…paladar que revela lo falso de esta lengua
…Siluetas almacenadas de un cadáver silenciado
Por la espera¨,
(De Ser de migajas)
2-
¨Ángeles rebeldes azotan mi muerte
Ya ofrecida
… …. …. ….
…Reitero mi soledad
Invirtiendo los valores
Pronunciando mi ser irreflexivo
…. ….. ….
…Consumir la propia vida
Es el dialogo
Reflexivo del silencio
(De Diálogo reflexivo del silencio)
3-
¨…Y aun mis palabras
Se pierden
Ante un reflejo
Casi incomprensible
De voces que me nombran
Sin decir nada en este
Tiempo en espera
(De Tiempo en espera)
Y continua, la poeta, con su voz plural y puntual por estas semejanzas que se buscan hacia la eternidad como los seres reales o irreales de los mitos que somos o que anhelamos ser en el manifiesto clarividente del dispositivo del asombro del inconsciente, como, también, expresa la poeta:
1-
¨…Tu lengua angelical
No toca mi cielo y
Sólo basta tu sueño
Entre mis voces traicionada
…. ….. …..
…Soy la historia de tu lengua
Deslenguada
Hoy sólo me urge
El asombro de mi pena que
Emerge de mis huecos¨
(De Semejanza de lo eterno)
2-
¨Respiro mi ser en el poema
en esos breves instante en que Narcisa
Ahoga mi espacio
El poema teje en mis ojos su mirada
Travesía óptica que retoma forma memoria
En su transfigurada obsesión al poseerme
El poema me sigue
Tentadoramente convida mis movimientos a la fuga
Me transforma en vidente de sus pasos
Efigie retentiva de los míos
… …. ….. …..
El Poema soy yo inmutable
El poema sólo es él conmigo
Andrógino ser de confuciones
Que certifica, decreta, y aprueba mi ser¨
(De Poema en fuga)
Hasta este tramo, hemos visto la configuracion de una poética reveladora de pasiones, de valores éticos y humanos, del amor al padre, al hombre que nos habla y decreta una poeta mujer comprometida con su tiempo, con sus semejantes, con sus circustancia de vida, de muerte; en fin, de existencia.
Aquí, se sabe que la metapoeta y su metapoesía, están y viven en fuga hacia lo eterno en y desde las palabras. El ser del poema respira, vuela por y hacia la vía transhumana para reconfigurarse en la memoria del signo palpable, visual y tangible de lo contenido en la cosa vista como metapoema.
En Mitoligia del Isntante, el metapoema dice, habla, dirije la orquesta hacia una sinfonía de sentidos polisemántico y politemático desde la coralidad que la poeta Karina avala, goza, sentencia y sostiene. Su voz arde el cielo del metalenguaje. En las esquinas del significante, del continente contenido, de estos y todos los metaversos que transitan la morfología semántica de este texto, Erótica del Instante, producido desde la provocacion estimulada del metalenguaje y desde el inconsciente y los distintos reflejos especiales y espaciales de la sonoridad visual de lo contenido en la unidad identitaria de esta entidad poética.
Dice la voz de la metapoeta:
¨Estoy aquí sin rostro
En la esquina donde
Se disipan mis angustias
Con ese grito esforzado
Angustoioso
Encontra
Y defrente a los demas
…. …… ….. ….
Estoy aquí sin tiempo
Arañando el significado de esta voz
….. …… …… …..
Estoy y desaparesco
Hacia los limites
Que se rigen oscuramente
Con una precisión casi feroz¨
(De Epitafio a la locura)
Como una mujer de su tiempo, del territorio donde va dejando su huella, amiga del hombre, del arte, del folclor, la danza, ella, Karina Rieke, entra a la teatralidad dramática de la textualidad fertilizada de verbos que tocan la trama de los abismos emosionales impregnados, de principio a fin, en lo poetizado como verdad soñada de la Historia y de las historias manifiesta en la soledad del ser.
Dice, Jose Acosta[5], de Mitología del instante, que es ¨un poemario de un lirismo hermoso y seductor, repleto de imágenes frescas y bien logradas¨ y que, además, lo hace ¨combinando el lado erótico y melancólico del ser humano, en unos poemas escritos con una pasión valiente y conmovedora¨. Esta reflexión de Acosta, como hemos visto, vale y reafirma el sentido y valor de toda la obra de Karina Rieke.
Con una ardiente emotividad de nostalgia, con el dolor que dan las pérdidas, las ausencias, las carencias, las anciedades y silencios como intersticios que se adieren al tejido viceral del contexto del texto contextualizado en su espacio, en su tiempo y desde una amargama de ritmos y pulsiones temáticas, estos metamitemas, aluden a los deseos del mito por rosar las paradojas de los instantes que ontológicamente se asemenjan al ser que hay manifiesto en nuestra autora.
¨Acabo de morirme con tu muerte
Cuando tu verbo toca la franja oscura de mi pervis
…. …. ….
Invéntame otra vez que quiero pertenecer
A tus demonios
A la eternidad imperceptible de tu ritmo
De tu tacto
De la risa que aguanta mis quejidos
(De Apologia del deseo, De Mitología del instante)
Esa ardiente vocación de pasiones, de ternuras, de prioridades, de interioridades, de decir y decirse desde el poema, es lo que se descubre al posar los ojos en este mar de mixturas témicas enriquecidas de sueños, de amor, de soledades. Son estas sensaciones las que, Karina, como escritora como autora, anela y desea dejarle a sus lectores. Quiere que su esctitutra reivente y revierta el mundo desde la palabra, desde el habla, desde el lenguaje consigo mismo y desde ella, a un espacio verde de paz, solidaridad y bienestar. Porque ella es su metapoesía. Veamos:
1-
¨Voy a insinuar tu imagen
En mis mitos y leyendas
Fertilizaré tu voz
En breves cantos irrefutables
Que le den vida
A mis ternuras interna¨,
(Presente eterno, De mitología del isntante)
2-
¨Me miro a mi misma/
a traves de mis ojos/
y descubro mi peopia soledad¨
(A traves de mis ojos, De Mitología del instante)
3-
,¨…Quiero ser todas las mujeres
Y sus huellas
Habitar en sus huecos muy adentro
Y reiventar alli la dicha de mis sueños
…. ….. …… …… …..
Quiero ser todas las mujeres
Reescribir su historia en el pecho/
Que cubre mis tibiezas
…Ser risa y alineto en su tiempo
Ser diosa que dibuja las tinieblas
Y esperar quieta…
El arribo
También de ellas.
(Ser todas las mujeres, De Mitologia del instante)
4-
¨Quiéreme grande
Que he inventado mis propias
palabras para referirme al ser
Y hablar
Conmigo misma.
…. …… ……. …..
No me defiendas
Para más tarde oprimirme
que soy mi propia voz
Que se niega a ser fruto
De una historia inerte
(Qiéreme grande, De Mitolorgia del isntante)
Estos ejemplos de versos, de poemas, de ideas, resumen y rezuman las preocuapaciones temáticas de la metapoeta de la Erótica del Instante. Esta muesta de su universo de escritura, roza los bordes del cielo y roza, también, los bordes del infierno como colofón del drama universal puesto en escena en esta metapoética avalada y que se avala por la referencialidad de la memoria cósmica de Bruno Rosario Candelier[6], cuando dice: que revela que ¨su autora canaliza en su obra una antigua memoria procedente de una voz cósmica, la voz de una lengua genuina y prístina, la del Protoidioma¨. Ella, añade, ¨ha sido elegida por una voz honda, secreta y misteriosa que su lírica expresa, a la que suma el mundo interior de sus vivencias con aliento estético, erótico y simbólico¨.
Si se observaran las imperfecciones perfecta de lo creado y las perfecciones imperfecta elemental de su funcionamiento, desde el principio del orígen de la vida, en este planeta, se dará uno cuenta que su creador es un Ente incomprensiblemente perfeccionista de lo imperecedero, de lo inmutable y de lo imperfecto de todo lo creado, en todos los tiempos, en todos los planos y espacios dimensionales del cósmos y sus sistemas funcionales. Y es, en esta centralidad, donde gravita lo esencial de la humanidad y lo esencial del poeta como ente social. Y, Karina Rieke, es cósmicamente a conciencia mujer metapoeta de esta universalidad versal y existencial.
Aquí, lo apacible y apetesible, en la dinámica del dominio técnico y espitémico del escenario de ese hombre o de esa mujer poeta. Aquí, que lo natural diferente, difiera, de lo humano indiferente, de ese hombre o de esa mujer que dicen ser dioses, entanto son creadores de vida en la obra. Mientras la naturaleza se re-hace, se re-crea, la humanidad, el hombre o mujer o el poeta se aniquila asímismo y desde símismo para rehacerse en el lenguaje metalenguaje como metatexto. Y el inconsciente es el almacén o la memoria que guarda y registra todos los eventos y escenificaciones que nuestra metapoeta nos deja leer en el conjunto de su obra.
Toda creación que se entienda divina es hermosa, es razonablemente bella, es inmensamente positiva y cristalina por antonomasia. No importa si su temática es de desaliento, de ahogo- desahogo o de esperanza. Si su sentido funcional y fundacional es singular, es dinámico, es, cualitativamente excelso, inefable e infalible, tiene valor estético. Y, aquí, la perfección perfecta del tablero ajedrecista de la existencia se hace, se sabe, se dice escritura y se hace, se sabe, se dice metapoema que nace en esos mundos que se generan en el inconsciente y en la memoria la obra de análisis.
La existencia, en este mundo poetematizado, se hace, se sabe y se dice metapoesía. La creadora de estos universos confluyentes, explora, el universo metapoético desde unas vertientes endógenas y exógenas de la gramática erótica pasional, desde una sincronía de fuerza simbólica verbal y desde unas miradas del hacer amatorio sensual y antropológicamente andrógino.
Así, también, esa visión existencialista de la sinrazón razonada, de la angustia angustiante, de la muerte y de la vida; de los abismos laterales, latentes en el hombre: pezares, miedos, temores, oscuridades. Todo ello, anclado bajo una manta escritural que, en apariencia, refleja o es parte prolangada de ese entuciasmo, de esa alegría, de esa felicidad, de esa fuerza, de ese compañerismo o de esa sinceridad solidaria que se expresa abundante, explayada, en el texto, sin ocultamiento desde el inconsciente consciente.
Esta metapoética, además, de cualitativamente audaz, feroz y locuaz, es significativamente sínica e irónica, en tanto se ríe de ella misma, del entorno, de los escenarios y de los parlamentos como personajes vivos que desarrollan y dinamizan la trama existencial, que aquí se plantea.
La mujer poeta, Karina Rieke, en este conjunto, manifiesta un ser que se evidencia, en esencia y en lo esencial, dentro de una trayectoria de lo humano específico y frágil, que se sigmenta en los sentidos politemáticos que van más allá de la obra poema misma dentro del entorno de lo divino, lo social, lo cultural y los encuadres emocionales y ecuánime de la perfección y grandeza estructurada de lo expuesto y lo dicho en la escritura de esta Erótica del Instante expresivamente singular.
Karina juega en este conjunto con el silencio y juega con la palabra fundamentalmente. Silencio y palabra, palabra y silencio son dos categorías conceptuales que nuestra metapoeta ha situado en el espacio de los opuesto. Los silencios en esta poética es memoria que enriquece la textura metapoética con sus tonos y matices de voz callada en los ruidos de estas culturas. Las palabras, en el otro extremo del significado, configuran los significantes que dan altura de rigor a los sentidos absolventes de la sonoridad musical de estos textos. En esta poética silencio y palabra tensan los sentidos de los opuestos hasta a traerlos a los límites de lo céntrico. Y aquí se encuetra el mayor hallazgo de Karina como metapoeta. Que es hacer el y del juego de sentidos, opuestos, entre los silencios y entre las palabras, como bien señala Jose L. Peralta[7], en su estudio acerca de la obra de Karina Rieke.
La poeta, Karina Rieke, ha hirvanado, para su metapoesía, un discurso lírico de dimensiones cósmica. Un discurso blanco, límpido, diáfano que como dice Franklín Gutierre[8], de Ontología de la Palabra va ¨in crescendo¨, sostenido por una voz alimentada por múltiples recursos literarios que lo solidifican y encumbran¨. Con la clara vision del conocimiento de esta metapoeta y con el permiso de Gutierre, me aventuro a decir, que ese discurso envolvente y claro, además, se encuentra enraízado en la textualidad de Erótica del Instante como elemento vital de la obra.
Llegado a este punto, hay que decir, también, que no todo es luminocidad en la poética de Karina
Rieke. Que hay lagunas y agujeros en la textura de su textualidad. Que hay desconocimiento del lenguaje, mejor, del metalenguaje. Es decir, que se desconocen las herramientas con la que se estructuró Erótica del Instante. Así razona y entiende y atiende, el narrador y poeta Virglio López Azuán[9], la metapoética de Karina. Razonamiento éste, que se aleja en su globo aerostático, de lo que se puede ver y sentir al leerse esta breve mirada.
Sin embargo, dice el mismo López Azuán, que ¨en las transparencias, en el vacío y las zonas oscuras del lenguaje riekeano está el desafío crítico para definir lo eterno y la existencia¨. Desafío que afrontamos y atravesamos, para preguntar: ¿¨lo eterno¨ y ¨la existencia¨ no son conceptos definidos y definitorios en la Erótica del Instante, enfatizado desde Semejanza de lo eterno? Suponemos, más que supener, aseguramos que sí.
Natalia María López Penso[10], refuerza nuestro argumentario al afirmar que ¨la búsqueda de sentido en medio de la oscuridad, su sabia elección de palabras y la disposición de los versos generan una sensación de flujo y ritmo que reflejan el caos emocional y la lucha interna del hablante¨. Así, que la transparencia, el vacío -lo mismo, la nada- las zonas oscuras, al igual que, las zonas claras del lenguaje son elementos explorados y bien definidos por el metalenguaje dándole razón de ser a sus significados en la metapoesía de Rieke.
Y, como bien dice, el mismo Azuán, en evidente contradicción – talvez adrede- a lo expresado en su primer razonamiento, aprueba ¨la visión portentosa de la autora, sus imaginarios, realidades y experiencia estética¨. Y agrega que sus textos ¨nos hablan de honduras místicas, cuestionamientos, libertad sexual, el ser en agitación y la pasión al desborde¨. Esta es la cosmovisión fascinante y salvística de la Erótica del Instante.
La poética de la mujer dominicana, mas de la mujer de la diáspora, se afianza y equilibra la balanza, con la aparición de la Erótica del Instante dentro de la Historia Literaria de la República Dominicana. Y como dije antes, con las poetas de su entorno generacional, desde la sustentación de que todas las mujeres poetas, escritoras o no, están contenidas en ella.
Así, quiero invitar a que se navegue por esta textualidad, en un viaje placentero de lectura como el que hiciera Ibeth Guzmán[11], porque con texto como este y poeta como Karina Rieke, la literatura se fortalece y se ilumina su cielo. Después, nos quedará la luz del conocimiento, del gusto y del goce de haber conocido a esta autora, a través de su obra.
Finalmente, debo confesar, de Mitología del Instante, que al leerlo, me causó un asombro, una impresión y una satisfacción de grandeza agradable y profunda, que mí ser poético inquietado produjo un texto, el que comparto aquí y con el que termino mis reflexiones acerca de Erótica del Instante.
A Karina Rieke
Por Mitología del Instante
El instante[12]
es un vuelo condensado en el mito
alivio suave
encendido en el rostro
llama plural que asciende
a los laberintos dípticos del gozo
inventando
los nuevos minotauros
para el giro
en los gestos
como replicas
y espejos
extasiados
a un palmo y medio
de estos pasos
sedientos
que se abren camino
entre temblores de piernas
para tocarte
desde el recuerdo
este instante
se inventa rito
cúmulo de labios
para el beso
esquela en plegaria
cielo y lengua
marejada del ojo
cifra de agua
soplo
aliento
rostro
en el rostro
como intersticio
creciendo
en el vórtice
del viento
este instante
es la equidistancia
entre el vuelo del alba
y tu mirada
es la mitología
de todas las voces
cabalgando la risa
como axiomas abiertos
para trazarle diademas
a tu nombre
este instante
condensado en el mito
diagrama para el alma
espirales y piras
por donde se deslizan tibias
las caricias del tiempo
hacia la ciudad habitable
del poema
donde lo distante
se comprime en punto
como susurro adormecido
en el oído cósmico del viento
o como vértice de todas las aristas
y de todas las huellas poliédricas
que perturban
el sueño colectivo de la era
mujer y hombre en palabra
idioma improbable de la carne
mito en el vuelo
y el deseo
sabor
juego
diseño en el mapa
de los cuerpos
donde el gozo edifica
la luz jugosa del acto
ahí el instante
es lo divino.
(Del poemario Instante en Brevedad)
[1]Ludwig wittgenstein. Isidoro Reguera. 2002, Editorial EDAF, Madrid.
[2] El poema como espacio vital en Semejanza de lo eterno de Karina Rieke. Octubre 20003. Alejandro Santana El p
[3] La Metapoiesis eterna de Karina Rieke. Taty Hernández Durán. Erótica del Instante
[4] Poema 33, de Árbol de Diana, Alejandra Pizarni
[5] La Seductora Melancolía en Mitología del instante. José Acosta. Mkitologia del Instante, Editorial Isla Negra, 2009
[6] Memoria Cósmica Por: Bruno Rosario Candelier. Erótica del Instante.
[7] La pasión en la tinta de Karina. Jose L. Peralta. Erótica del Instante
[8] Ontología de la palabra: entre el desenfreno del placer y el desgarre del espíritu. Franklín Gutierre. Erótica del Instante
[9] El poemario Semejanza de lo eterno, de Karina Rieke. Virgilio López Azuán. Erótica del Instante
[10] “En el silencio” de Karina Rieke. Natalia María López Penso. Erótica del Instante
[11] Invitación a la lectura de Karina Rieke. Dra. Ibeth Guzmán. Erótica del Instante
[12] Instante en Brevedad (inécdito). Bernardo Silfa Bor