Título original: Licorice Pizza. Año: 2022.Género: Comedia. País: USA. Dirección: Paul Thomas Anderson. Guion: Paul Thomas Anderson. Elenco: Alana Haim, Cooper Hoffman, Sean Penn, Tom Waits, Bradley Cooper, Ben Safdie. Duración: 2 horas 13 minutos
Paul Thomas Anderson posee una particular perspectiva sobre lo que es el amor, aduciendo que este sentimiento no es una ruta fácil.
Esta tesis la ha sustentado en filmes como “Punch-Drunk Love” (2002) y “Phantom Thread” (2017), en las que el amor posee una delicada relación de poder que se manifiesta de un modo impredecible y antojadizo.
“Licorice Pizza” no rehúye a esta afirmación de Anderson, no obstante, aborda el tema desde una rama más jovial, alegre y hasta esperanzadora. De esta manera le permite ir de un lado hacia el otro de la pareja en cuestión para jugar con las ramificaciones que dentro del subgénero de la comedia romántica se han experimentado.
Esta es la historia de Alana Kane (Alana Haim) y Gary Valentine (Cooper Hoffman). Él tiene 15 años y ella, 25; y relata de cómo se conocen, pasan el tiempo juntos y acaban enamorándose en el Valle de San Fernando en 1973.
Así de simple Anderson va construyendo su propia visión del amor juvenil, contextualizando su proeza con esa mirada californiana aparentemente nostálgica e indefinida de una época de grandes cambios y retos.
Pero también le permite al director tomar la carta de ruta y explorar varios temas subsecuentes dentro de la narrativa que van por el camino de emprededurismo, las trampas de política, la crisis del petróleo y el cine.
La narrativa persigue sin compasión la vida de ambos, inclusive cuando no están juntos en escena, para que el público pueda ir percibiendo la naturaleza de unos personajes que poseen sus propias reglas de existencia sin perder el ímpetu de estar juntos.
Hoffman, hijo del fallecido Philip Seymour Hoffman y Haim, de la banda de pop Haim, no usan trucos para definir los puntos esenciales de sus personajes, ellos lo asumen y punto, sin ambages y con todas las contradicciones que estos personajes poseen.
El filme consta de varios episodios que van conformando un mosaico de aventuras que carga la historia de un soporte extraordinario de facetas, relatos y consecuencias. Esto sin avalar mucho algunos de los gags que no logran afianzarse, aunque esto no le resta a la historia.
La fotografía de Michael Bauman quien junto al propio Anderson retratan a California llena de vida, un estado geográfico culturalmente en ebullición constante y de múltiples facetas.
“Licorice Pizza”, cuyo título apunta más hacia la música por ser una tienda de discos que existía en Los Ángeles en esa época que al cine, es sencillamente una idea, una justificación para que Paul Thomas Anderson revitalice la sencillez que puede tomar el cine para contar historias de emociones sugeridas.