Desde El padrino II (1974), Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal (2008), Jungla (2017) hasta Capitán América: guerra civil (2016), son muchos los directores que acogieron a América Latina y el Caribe como sede fílmica de sus largometrajes.
Esto es posible gracias a los incentivos fiscales avalados en leyes cinematográficas que han convertido a esta región atractiva para los productores y directores internacionales como los europeos, asiáticos y norteamericanos, y, a la vez, dinamizan las economías nacionales con divisas, creación de puestos laborales e impacto de manera indirecta.
Por ejemplo, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) estima que filmar una película de bajo y mediano presupuesto cuesta entre US$ 6 millones y US$ 20 millones, respectivamente, pero su impacto de manera indirecta influye al desarrollo de nuevas empresas y emprendimientos que suplen bienes y servicios a una producción audiovisual.
Indica que si el impacto directo es de US$ 6 millones, el indirecto en la cadena de suministro es de US$ 4 millones y un inducido de US$ 3 millones, datos que suman US$ 13 millones.
En el caso de República Dominicana, la directora General de Cine (DGCine), Marianna Vargas, indicó que el país trabaja con tres activos para atraer a producciones extranjeras como capital humano, locaciones y set de incentivos similares a los big players.
Citó el rodaje de Arthur the King en Samaná (2021), que conllevó un presupuesto de RD$ 2,000 millones. La filmación destinó RD$ 92,834,485 para el gasto en transporte y RD$ 42,645,398 en alimentos y bebidas durante los tres meses de rodaje, para el 6.7 % del presupuesto total orientado a sectores indirectos.
La película protagonizada por Mark Wahlberg, Simu Liu y Nathalie Emmanuel contó con 148 personas dominicanas en el equipo, es decir, el 66.6 % del total situado en 222.
Durante su tiempo en cartelera, según Box Office, recaudó US$ 34,967,355 o RD$ 2,063.7 millones (RD$ 59.02 por US$ 1, conforme la tasa cambiaria del Banco Central de República Dominicana). Es decir, superó el egreso en el país caribeño.
Al cierre del 2023, el presupuesto de las producciones fue de RD$ 10.2 millones, un -32.7 % menos que los RD$ 15.17 millones del 2022, que según la DGCine fueron afectados por la huelga del Sindicato de Guionistas y Actores en Hollywood de 2023. Sin embargo, los datos indican que el 2021 fue el de mayor presupuesto con RD$ 15.63 millones.
“Entre 2020 y 2021 hemos recibido a los principales estudios cinematográficos como Paramount, Netflix, Universal, Lionsgate y Disney, y el gasto extranjero superó los US$ 250 millones”, resaltó Vargas.
La funcionaria aseveró que esta presencia internacional se debe a gran parte a los incentivos fiscales de la Ley de Cine 108-10, como el artículo 34, donde los productores pueden financiar el 100 % del valor invertido a través del impuesto sobre la renta (ISR), y el artículo 39, con un crédito fiscal transferible del 25 % del gasto que se ejecute en el país.
“Los documentales tienen un tope de RD$ 25 millones, para ficción no hay un tope, pero el presupuesto mayor fue de RD$ 128 millones o US$ 2.8 millones que hemos registrado hasta el momento…”, explicó Vargas, quien agregó cuando la cifra supera los RD$ 85 millones pasa por un proceso de auditoría para validar los egresos.
No solo en Quisqueya esta estrategia fiscal se ejecuta, sino en toda la región donde casas productoras y los independientes ven a la región como un lugar para producir su filmografía.
Diana Díaz, directora de Audiovisuales, Cine y Medios Interactivos del Ministerio de Cultura, Artes y Saberes de Colombia, señaló que los incentivos son fuentes de recursos para la producción audiovisual y cinematográfica nacional y extranjera.
“Los incentivos son políticas públicas para que la gente encuentre mecanismos de financiamiento para que realicen sus proyectos audiovisuales y cinematográficos en Colombia, como las producciones Sonido de libertad y Los iniciados”, explicó.
Señaló que los audiovisuales nacionales cuentan con el Fondo para el Desarrollo Cinematográfico y el programa Nacional de Estímulos, mientras que las extranjeras tienen el Certificado de Inversión Audiovisual en Colombia (CINA), ambos incentivos están avalados en Fondo Fílmico Colombia (FFC).
Sin embargo, resaltó que cada año se fija un tope de recursos al FFC, el cual ascendió a US$ 2,936,640 para 2024, mientras que el máximo por proyecto es de US$ 898,588.
La ley de cine colombiana establece la devolución del 40 % de los gastos ejecutados en servicios audiovisuales y el 20 % en logística, pero para acceder es necesario un gasto de 1,800 salarios mínimos vigentes o US$ 373,000.
Cambio climático afectó el cine puertorriqueño
José Sánchez Acosta, director del Programa de Industrias Creativas de Puerto Rico, afirmó que los eventos atmosféricos afectaron la industria cinematográfica local. Ante esto, el Gobierno asignó una “subvención de US$ 74 millones que dieron grabación a 29 proyectos cinematográficos”.
Afirmó que las autoridades “dan énfasis” a los largometrajes locales promovidos por la originalidad.
“Si bien nos enfocamos en la originalidad, no olvidamos la parte de comercialización del cine boricua, cuyo programa está inscrito al Departamento Económico, y el enfoque que se le da es que procuramos la creación de empleos, además de potencial de distribución”, expresó Sánchez Acosta. O sea, la posibilidad de comercializarse y generar ingresos más allá de la venta de taquillas.
En la nación ubicada en el Caribe, los créditos para producciones fílmicos es del 40 % respecto a los gastos de producción, disminuye a 20 % respecto cuando son extranjeros y 15 % respecto a los gastos de producción de Puerto Rico, hasta US$ 4 millones por proyecto.
Los proyectos fílmicos elegibles deben tener un egreso mayor de US$ 50,000, mientras que los cortometrajes y documentales menor de US$ 25,000.
“El límite de crédito contributivo es de US$ 38 millones hoy en día, es una reserva relativamente baja por lo que estamos promoviendo el proyecto de Ley 5-2023 que ascendería a US$ 100 millones de límite por año fiscal y 10 % destinados a producciones locales y documentales”, aclaró.
El cine aún se recupera
La recaudación de taquilla a nivel mundial se ubica por debajo de niveles prepandemia. Los datos indican que aún faltan US$ 8,300 millones, debido a que en 2023 la cifra se situó en US$ 33,900 millones y en 2019 ascendió a US$ 42,300 millones, lo que significó una variación negativa de -19.8 %.
Pero, la recaudación por concepto de ventas de taquilla de cine se estima en US$ 48,400 millones para 2027, dejando atrás los efectos de la pandemia COVID-19.
Los bigs players, conocidos como Argentina, México y Brasil, conforman la industria cinematográfica más grande de América Latina, cuyos ingresos totalizaron US$ 3,000 millones en 2021, según el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Los ingresos de entretenimiento y medios pasaron de US$ 2,323 billones en 2022 a US$ 2,427 billones en 2023, para un crecimiento de 4.4 %. La ONU estima que, para este año, el monto ascenderá a US$ 2,528 billones, según la Naciones Unidas en su informe “Economía creativa 2024”.