Un jurado en Delaware declaró culpable al hijo de Joe Biden, Hunter, tras tres horas de deliberación, según informan medios estadounidenses, por tres delitos relacionados con posesión de armas, al ocultar en la compra su adición a las drogas.

El proceso comenzó hace poco más de una semana en Wilmington (Delaware) y testificaron su exesposa Kathleen Buhle, su cuñada Hallie Biden (con la que Hunter mantuvo una relación) y su hija Naomi Biden.

En el veredicto, el jurado encontró a Biden culpable por los tres cargos que pesaban en su contra y concluyó que el hijo del presidente usaba drogas ilícitas cuando compró un revólver y mintió en dos declaraciones (dos cargos de declaración falsa) y estuvo en posesión ilegal del arma (tercer cargo).

Dos de los cargos podrían acarrearle un máximo de 10 años tras las rejas y el tercero cinco años. A su vez, deberá pagar una multa de hasta 750.000 dólares por cada uno de ellos.

Al ser la primera vez que es declarado culpable y al no tener antecedentes, lo más probable es que Hunter Biden no reciba ninguna pena de prisión, según expertos.

Antes de que la jueza del distrito Maryellen Noreika llamara a los miembros del jurado a deliberar, el abogado defensor de Hunter Biden, Abbe Lowell, resumió su alegato final insistiendo en que no existen pruebas directas de que su cliente estuviera consumiendo drogas en los días cercanos a la fecha en que compró un revólver.

"Hunter no ha pedido a nadie que lo disculpe o perdone por sus errores", sentenció.

Durante el proceso, Joe Biden no ha acudido a la corte, pero la primera dama, Jill Biden, estuvo presente en fechas claves y también este martes, junto a la esposa de Hunter, Melissa Cohen-Biden, y su hermana Ashley Biden.

Hunter es hijo de la primera esposa del presidente, la fallecida Neilia Biden, y fue encontrado culpable de mentir en octubre de 2018 cuando no reconoció que consumía drogas en un formulario para comprar un revólver Colt Cobra de calibre 38, que luego guardó durante 11 días y no usó.

Los cargos contra Hunter Biden son el resultado de una investigación que se abrió en 2018 durante el Gobierno de Donald Trump (2017-2021) y que el propio exmandatario, futuro candidato republicano para las elecciones de noviembre, ha usado para atacar a su contrincante Biden.

El hijo del presidente tiene pendiente otro juicio en California en el que se le acusa de haber evadido el pago de 1,4 millones de dólares en impuestos.