Al 24 de noviembre de 2024, un total de 1,445,549 emigrantes constaban en el registro del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de EEUU (ICE) listas para ser deportadas por el departamento de Operaciones de Ejecución y Deportación (ERO) de esa nación, de los cuales 12 mil 699 eran dominicanos, según un listado estadounidense conocido hoy.

Se trata de personas con "órdenes finales de expulsión", entre los que no figuran los emigrantes apresados durante diciembre ni en el transcurso de este mes de enero cuando se formalizó la toma de posesión de Donald Trump como presidente de EEUU y con ello la multiplicación de los indocumentados detenidos con fines de expulsión.

En el primer día de Trump como presidente, los agentes del ICE arrestaron a 308 personas y a 538 el jueves. Para el domingo la cantidad de detenidos era de casi 1000.

El presidente republicano, según varias fuentes, se siente “decepcionado” con estos números  y sostuvo que los agentes tendrán que redoblar esfuerzos o pagarán las consecuencias de no ayudarlo a cumplir la meta de la deportación más grande de la historia de los Estados Unidos.

Trump no quiere que sean cientos los arrestos que se reporten cada día sino miles, específicamente entre 1.200 y 1.500 diarios, según le han encomendado a los agentes de migración.

La información fue revelada por el diario The Washington Post, tras sostener conversaciones con cuatro altos funcionarios de ICE.

Para llegar a tal número, cada una de las 25 oficinas que la agencia tiene localizadas en todo el país deberá cumplir la “cuota” de realizar 75 detenciones diarias. Algunas de estas ya se están haciendo en numerosas ciudades del país. Este martes por la mañana, ICE lanzó una redada en Nueva York en la que participó la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem.

Los directores de estas oficinas, según las fuentes, serán los únicos “responsables” si no se alcanza la suma indicada de detenciones que deberán llevarse a cabo durante las “24 horas del día”.

El ultimátum ha causado recelos entre quienes consideran que los agentes de migración podrían estar haciendo no solo “arrestos criminales”, sino que en un afán de cumplir la “cuota” estarían arrestando a muchos otros migrantes y aplicando “tácticas más indiscriminadas” e, incluso, podrían enfrentar “acusaciones de violación de los derechos civiles”.