El Segundo Tribunal Colegiado del Distrito Nacional condenó a 10 de prisión a Jesús Alberto Santana, tras ser declarado culpable de violar a un niño de 12 años años, en el sector Los Rios.
El Ministerio Público, representado por las fiscales litigantes adscritas a la Fiscalía del Distrito Nacional, Elaine Soto y Yuderki Utate, presentó pruebas ante las juezas Claribel Nivar Arias, Yissel Soto y Clara Sobeida Castillo, que confirmaron la culpabilidad de Santana, quien deberá cumplir la sentencia en el centro penitenciario de La Victoria.
Esto, en violación al artículo 331 del Código Penal Dominicano que tipifica y condena la violación sexual. Además de los artículos 12 y 396 letras B y C del Código para la Protección de los Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes de la Ley 136-03. Estos últimos, dan garantías del respeto a la integridad personal de los menores y establecen las penas para quienes cometan abuso sexual contra ellos.
De acuerdo al fiscal investigador, el hecho ocurrió el 17 de abril del año 2023, en horas de la noche. El niño se encontraba en el parque del sector Los Ríos cuando Santana, quien se dedicaba al trabajo de motoconcho, pasó por el lugar con un pasajero. Posteriormente, regresó solo y le manifestó a la víctima que lo esperara en una construcción del entorno y, al llegar al lugar, se aprovechó de su estado de vulnerabilidad y procedió a abusar sexualmente del menor.
La madre de la víctima se dio cuenta de lo sucedido, tras encontrar manchas de sangre en la parte trasera de la bermuda que llevaba puesta. Al cuestionarlo, el menor le indicó que Jesús Alberto Santana había abusado de él y lo había amenazado de muerte a él y a toda su familia si lo denunciaba y, posteriormente, llevó a la progenitora al lugar en que ocurrieron los hechos.
El menor declaró que Santana había cometido el hecho en seis ocasiones y siempre lo amenazaba para que no dijera nada, advirtiéndole que mataría a su familia si se enteraban.
La evaluación del Instituto Nacional de Ciencias Forenses arrojó hallazgos compatibles con el abuso. Además, la víctima presentó afecciones emocionales a nivel conductual; como agresividad, irritabilidad, reactividad y cambios en la alimentación. También tuvo dificultades para conciliar el sueño, debido al miedo por las amenazas recibidas.