Monina Solá, fallecida este sábado 29 de abril a los 89 años, es más que la actriz más importante de su generación para el teatro dominicano debido a que hay una parte de su trayectoria que no tuvo "despliegue en los medios" y que se expresó en una labor más allá de su actuación en los escenarios.
Solá, que también fue una activa gestora teatral y maestra que inspiró a decenas de estudiantes de teatro, expiró hoy sábado -lo informó su hijo Homero Luis Lajara-, dejando sin dudas un vacío imposible de llenar en la historia del teatro dominicano.
La partida de la Dama del Teatro se produce a sus 89 años. Había nacido el 23 de mayo de 1933, hija del inmigrante puertorriqueño Narciso Solá, que se radicó en San Pedro de Macorís. Era actor, músico y escritor de obras teatrales, tales como “El Intruso” y “Temblor Político”, y de quien se considera responsable de la inclinación que desarrolló la maestra hacia el teatro.
Doña Monina Solá se había retirado de la vida artística tras una extendida carrera debido a padecimientos progresivos en su salud.
Ofreció clases a estudiantes de teatro e infinidad de talleres a lo largo del territorio nacional, procurando que el arte escénico lograra mejores y nuevas figuras.
Dejó su impronta además en más de 200 obras de teatro a lo largo de más de 50 años de carrera, con un diversificado talento interpretativo adecuado para el drama, la comedia, el teatro clásico y algunos montajes de corte moderno.
”Lo que debe hacer todo el que quiera parecer real actuando es olvidarse de quien es y de lo que le duele o le preocupa y meterse en el personaje, asumiendo los problemas de este, las desgracias y las felicidades que les toquen en el escenario”. comentó en una oportunidad sobre el deber actoral de caracterizar personajes.
Su trayectoria
Fue reconocida en el programa Que se sepa, transmitido por Digital 15 como homenaje a su vida ininterrumpida en la escena teatral que comenzó muy temprano, a los 4 años de edad: en 1937 debutó en el desaparecido Teatro Independencia en la compañía de teatro que tenía su padre.
A los 11 años de edad trabajó con Emilio Aparicio y a los 14 años de edad perteneció al Teatro de Bellas Artes. Trabajó en televisión y radio. En 2001 fue inaugurada la Galería del Teatro Dominicano, como reconocimiento a los artistas que han hecho del teatro una realidad en el país, y obviamente ella destacó por todo lo alto.
Fue condecorada con la “Orden de Duarte, Sánchez y Mella”, en los grados de Caballero y Comendador, por Joaquín Balaguer y Leonel Fernández. Fue distinguida en Mujeres de Éxito Vestidas de Esperanza, junto a otras estrellas del arte nacional. Ganó en su momento para el renglón Teatro los premios El Dorado, Premios Casandra de ACROARTE, Premios ACE (de los cronistas de arte en NY) y El Talía de Plata, como actriz protagonista.
El Ministerio de Cultura le rindió homenaje en marzo de 2015 junto a otras actrices, por iniciativa de José Antonio Rodríguez, en ocasión de conmemorarse el domingo 8 de marzo del 2015 el Día Internacional de la Mujer.
En 2008 fue inaugurado en Villa Juana el Centro Cultural Narciso González, con una sala de teatro con capacidad para 360 personas que lleva su nombre.
En 2009 participó en la obra teatral Ojalá hoy fuera ayer, del dramaturgo Franklin Domínguez junto al elenco de actores compuesto por Salvador Pérez Martínez, Iván García, Augusto Feria, Lumy Lizardo, Carlota Carretero y Karina Noble.
Durante décadas estuvo casada con Luis Homero Lajara Burgos, militar y político dominicano, con quien procreó dos hijos. De un matrimonio anterior tuvo sus dos primeros. Se le consideraba familiarmente como el eje esencial de su núcleo familiar.
Mensaje de su hijo
Su hijo, Homero Luis Lajara Solá, quién informó la noticia de su deceso, le dedica estas palabras (resumidas) de: “Este es un capítulo de luto para nuestra familia, el arte y la cultura dominicana por la partida al cielo, este 29 de abril del 2023, de mi adorada madre, la primerísima actriz, doña Monina Solá viuda Lajara, en la víspera de sus 90 años, este 23 de mayo. Qué mejor momento para recordar sus enseñanzas que con conceptos esenciales para la convivencia humana como la lealtad, la honestidad y la solidaridad. Monina Solá fue maestra y compañera a la vez de generaciones de actrices y actores que hoy son sus cronistas, inspiración motivadora que refrenda su legado de virtudes. En estos momentos el dolor tiene el bálsamo de la paz por el amor y las atenciones que le dimos en vida, bajo el protagonismo de mi hermana Rosario, de sus dedicadas y fieles enfermeras, encabezadas por Casimira, y por supuesto, de los médicos que en cada etapa del proceso intervinieron solícitos salvaguardando su salud. Mi madre, nuestro buque insignia familiar, duerme en merecida paz el sueño eterno de sus aguas, tal y como vivió, con la dignidad en lo alto, haciendo un símil con las luces y el aplauso en la profesión que amó y abrazó con vocación desde la edad de 4 años.
Su legado permanecerá no solo en el recuerdo de la familia, amigos y de sus compañeros e hijos del teatro, sino también con tinta indeleble. Vivirá por siempre, actuando y enseñando en el libro que acabo de finalizar: “Monina Solá, leyenda del teatro dominicano”, en el cual narró, junto a testigos, no solo su obra, sino también su fértil existencia. Su impronta permanecerá por siempre en nuestros corazones. Descansa en paz mami. Tu hijo, Homerito”.