El Obispo de la Diócesis de San Francisco de Macorís, Monseñor Alfredo de la Cruz Baldera, abogó por una justicia totalmente independiente, lejos de influencias externas, sean políticas, sociales o económicas.
Entiende que las redes sociales y los grupos de poder, no deben dictar sus decisiones, pues el compromiso de los jueces es con la ley y la justicia, no con la opinión popular o intereses particulares.
Monseñor Alfredo de la Cruz Baldera, abordó el tema al encabezar la homilía en ocasión de la misa Roja, dedicada al Poder Judicial, al celebrarse ayer domingo su día.
La homilía fue celebrada en la Catedral Santa Ana, con la asistencia de jueces, miembros del ministerio público, profesionales del derecho y empleados judiciales.
El Obispo de la Diócesis de San Francisco de Macorís precisó que la independencia judicial es un pilar fundamental de nuestra democracia y un reflejo de la justicia divina.
El prelado católico recomendó que traten a todos con equidad y justicia, recordando que cada decisión afecta vidas y el bienestar de los ciudadanos.
“Están llamados a actuar con integridad, lejos de influencias externas, ya sean políticas, sociales o económicas; las redes sociales y los grupos de poder no deben dictar sus decisiones, pues su compromiso es con la ley y la justicia, no con la opinión popular o intereses particulares”, significó.
Señala que en su misión pueden enfrentar amenazas y presiones, pero deben recordar las palabras de Jesús “¡Animo! Yo he vencido al mundo”.
Dijo que deben tener el valor de mantenerse firmes en la verdad y la justicia, incluso frente a las mayores adversidades, pues su valentía es un testimonio de fe y un servicio al pueblo dominicano.
“La imparcialidad en la aplicación de la ley, es un reflejo del amor de Dios, que no hace acepción de personas. El mismo Jesús el día en que fue bautizado por Juan en el Jordán, no quiso privilegios, no buscó un día especial, pues él sencillamente se colocó en la fila junto al pueblo”, expresó.
El prelado católico recomendó que traten a todos con equidad y justicia, recordando que cada decisión afecta vidas y el bienestar de los ciudadanos.
Al mismo tiempo, animó a los encargados de administrar justicia, a seguir creciendo en la capacidad de buen juicio y prudencia; pues la sabiduría es un regalo de Dios y al pedirla en oración, él la otorga generosamente.
Asimismo, Monseñor Alfredo de la Cruz Baldera, felicitó las iniciativas de reformas emprendidas, exponiendo que son un signo de un compromiso genuino con la mejora continua y la búsqueda de la justicia.
Espera que esas reformas sean fructíferas y fortalezcan en su labor y que “la Virgen María, nuestra madre, los guie y proteja siempre”.
“Es tal la necesidad de un sistema justicia que se corresponda con estos tiempos, que vemos esta oportuna ocasión para reflexionar sobre la noble y sagrada tarea que Dios les ha encomendado y me dirijo a ustedes, no sólo en nombre de la Iglesia local, sino también como ciudadano comprometido con la justicia y el bienestar de nuestra nación”, indicó.
Agregó que la sagrada escritura en el libro de Proverbios (31, 8.9) a “abrir la boca por el mundo, por los derechos de todos los desvalidos; “Abrir la boca, juzgar con justicia, defender los derechos del pobre y del necesitado” y esa exhortación divina, resuena con fuerza en su labor diaria”.