El obispo de la Diócesis de San Francisco de Macorís, Monseñor Ramón Alfredo de la Cruz Baldera, sostuvo que el Padre de la Patria, Juan Pablo Duarte, llora desde su tumba al ver que en su país los legisladores aprueban leyes sin haberlas leído y los pobres son engañados con promesas que los políticos nunca cumplen.

Al pronunciar la homilía con motivo del Día de Duarte, en la Catedral Santa Ana, el obispo francomacorisano expresó:

“Duarte llora en el más allá, cuando mujeres son asesinadas por sus esposos; cuando la violencia se cierne sobre los hogares dominicanos. Duarte llora cuando un pobre muere en un hospital por falta de atención médica, cuando el sistema de salud no alcanza a todos los que lo necesitan”.

Monseñor De la Cruz Baldera emitió sus consideraciones al pronunciar esta mañana la homilía en la Catedral Santa Ana, con motivo de la celebración del 211 aniversario del natalicio de Juan Pablo Duarte, a la que asistieron las principales autoridades civiles y militares de la provincia Duarte.

El prelado católico refirió que ayer mientras conversaba con un joven le dejó inquieto porque expresó que Juan Pablo Duarte está llorando en su tumba y se preguntó los motivos ocultan sus lágrimas en el rincón eterno de la historia.

“Les confieso que aún estoy turbado, y por esa razón, deseo contestarle a ese joven del por qué Duarte llora. ¿Será acaso el peso de las promesas incumplidas, o el eco de un sueño patriótico que aún aguarda realización?

Añadió que, con la respuesta al joven, quiere que honremos a Duarte y reflexionemos sobre por qué llora en el más allá.

A seguidas señaló que Duarte llora al ver que nuestros legisladores aprueban leyes sin haberlas leído, sin comprender su impacto en el pueblo; cuando los pobres son engañados con promesas inmediatas que nunca llegan, cuando las promesas se desvanecen en la bruma de la realidad.

Dijo que además Duarte llora por los muertos en las calles de nuestro país mientras el Intrant espera mayores esfuerzos del gobierno y de los conductores; Duarte llora cuando una familia es asaltada, cuando un miembro es arrebatado por la violencia, mientras debatimos leyes de seguridad en vez de hacer cumplir las que ya tenemos.

“Duarte llora al presenciar el desgarrador espectáculo en el que nuestros valiosos profesionales, quienes aspiran a servir como maestros, médicos y otros pilares de la sociedad, se ven obligados a presentar cartas credenciales de un partido político en lugar de ser evaluados por sus méritos y su capacidad para trabajar en una institución del Estado”, resaltó.

Monseñor Ramón Alfredo de la Cruz Baldera dijo que Duarte dejará de llorar cuando cada dominicano trabaje por y para la patria; cuando el amor a la patria nos haga contraer compromisos sagrados para con la generación venidera, para que podamos presentarnos ante el tribunal de la historia con el honor de hombres libres, fieles y perseverantes.

Invitó a todo el pueblo dominicano a renovar los compromisos con los ideales de Duarte, trabajando juntos por un país donde la justicia, la igualdad y la libertad sean realidades para todos.

“Así, honraremos verdaderamente a nuestro padre de la Patria y secaremos sus lágrimas, convirtiendo su anhelo de una nación próspera y justa en una realidad que perdure por generaciones”, puntualizó.