Ser banquero es una posición de poder. Ser dueño o alto directivo de una entidad bancaria implica toma de decisiones que comprometen la economía de un país, aún más si se trata de una organización que llega a ocupar un importante porcentaje del mercado bancario.
Eso era Leonel Almonte, principal accionista del Banco Universal, que estuvo operando desde 1982 hasta 2002 de acuerdo con los registros de la entidad en la base de datos Open Corporates, aunque se conoce que la entidad cerró sus operaciones al público en 1992.
Almonte no era un banquero de carrera, sino “hecho a la carrera”. Cuando se hizo una figura notable, no faltaron quienes acogieran la leyenda de que apenas cursó el bachillerato y que en su juventud fue un vendedor a domicilio de enciclopedias.
Lo cierto es que Almonte tenía habilidad para los negocios y que se benefició mucho de sus relaciones políticas durante los gobiernos de Joaquín Balaguer (en los años de 1966 a 1978), Antonio Guzmán (1978-1982) y Salvador Jorge Blanco (1982-1986).
Hizo dinero con la importación de vehículos, entre otros negocios, y posteriormente se convirtió en banquero como principal accionista del Banco Universal, y a partir de ahí compró la mayoría de acciones de la televisora Rahintel (canal 7), el periódico vespertino La Noticia, además de varias radioemisoras.
Agresivo en los negocios, Leonel Almonte no desperdiciaba oportunidad. Cuando adquirió Rahintel (Canal 7) y el periódico La Noticia, los periodistas, artistas, presentadores y otros empleados de ambos medios vivieron una especie de primavera económica: altos salarios, beneficios marginales, vehículos de lujo, entre otras bonanzas.
Leonel Almonte quería que Rahintel contara con un programa de televisión diario capaz de competir con el legendario Show del Mediodía, entonces liderado por figuras tan carismáticas como Yaqui Núñez del Risco y Freddy Beras Goico.
Su primer paso fue conquistar al comediante, productor y gran creativo Milton Peláez, quien abandonó tanto el Show del Mediodía como el programa De Noche, ambos de Color Visión.
Peláez, con el apoyo de Leonel Almonte, empezó a conquistar artistas con ofertas ventajosas: Cuquín Victoria, Felipe Polanco (Boruga), Julie Carlo, además de cantantes solistas y directores de las principales orquestas de merengue de los años ochenta. A esta competencia auspiciada por Almonte se le bautizó desde el diario Última Hora la "guerra de las papeletas".
Aunque corrían rumores sobre la situación del Banco Universal, tras la quiebra y cierre de decenas de financieras y bancos entre los años 1986 y 1990, con una inflación sin control que se expresó con la devaluación de la moneda dominicana (RD$) frente al dólar estadounidense (US$), pasando de RD$2.80 por US$1 hasta RD$17.00 por US$1.00, no fue sino en 1992 cuando la Superintendencia de Bancos (SIB) anunció la quiebra del Banco Universal e instituciones vinculadas: Banco Hipotecario Universal, Centro Bancuniversal, Centro Financiero Banco Universal, Grupo Banespañol, Grupo Financiero Banco Español y Grupo Financiero Universal. Se marcó así el fin de una década en la que el número de bancos comerciales se multiplicó 1.5 veces en República Dominicana.
Dejó a miles de personas (42 mil según reportes) en la quiebra. El gobierno no asumió el pago a los ahorrantes hasta 31 años después.
Una gira jurisprudencial
Tras el cierre del Banco Universal, contra Almonte se interpusieron cientos de querellas, de parte de los ahorrantes víctimas de la quiebra de la entidad financiera. Tras denuncias, se llegó a destituir jueces por supuestas vinculaciones con Almonte.
A pesar de todas las acusaciones, solo llegó a recibir una condena.
En 1993, los ahorrantes del ya inexistente Banco Universal Cristian Caraballo, Rosa N. Caraballo y Reynilda del Carmen Rodríguez demandaron a Almonte por fraude bancario, robo, uso indebido de dinero, enriquecimiento ilícito, lavado de activos, fraude de documentos, ocultación de valores, fraude de firmas, asociación de malhechores y abuso de confianza.
El proceso judicial en contra de Almonte hizo una gira provincial. El expediente comenzó en Santo Domingo, fue declinado por la Suprema Corte de Justicia al Tribunal de Primera Instancia de Santiago de los Caballeros, luego pasó al de San Francisco de Macorís, a la Cámara Penal del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Judicial de San Juan, hasta llegar al Primer Tribunal Colegiado de la Cámara Penal del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Nacional
El 23 de julio del año 2009, este tribunal lo condenó a dos años de prisión en la cárcel pública de Najayo.
Finalmente, el caso terminó con una apelación en la Tercera Sala de la Cámara Penal de la Corte de Apelación del Distrito Nacional, que el 6 de noviembre del 2009 condenó a Leonel Almonte, del Banco Universal, a 15 años de cárcel por encontrarlo culpable de estafa, abuso de confianza y asociación de malhechores.
“Desgraciadamente, mi sentencia de dos años a 15 años fue una justicia abusadora”, dijo el criminal a la prensa aquel día.
También se le condenó al recurrente al pago de las costas por un valor de US$80 millones a los demandantes Cristian Caraballo, Rosa Caraballo y Reynilda del Carmen Rodríguez, y a pagar una multa de RD$100 millones como justa reparación de daños y perjuicios.
En 2013 se hizo una variación de la condena a prisión domiciliaria, impedimento de salida del país y se le reiteró la prohibición a realizar cualquier tipo de comercios, especialmente los relacionados con negocios, finanzas y banca.
Aunque en un momento se rumoró su muerte, Leonel Almonte sigue vivo. Aunque residió en la calle Max Henrique Ureña, número 46 del Ensanche Piantini, hoy se ignora su domicilio. Incluso podría vivir fuera del país o continuar en el territorio nacional en labores de negocios.