El Día de Reyes es una festividad, como muchas otras, nacida en el cristianismo. Se celebra cada 6 de enero, día en que en distintas partes del mundo se sigue la tradición de entregar “los reyes” (regalos) a los hijos, ahijados, nietos o sobrinos.

Al igual que con otros personajes, hay un tono de misticismo en la historia de los tres Reyes Magos que ha llegado a estos días. Hablemos, entonces, de Melchor, Gaspar y Baltazar. De su historia, se sabe lo siguiente.

¿Existieron los reyes magos?

La memoria de los Reyes Magos ha pasado de generación en generación y se sustenta en la existencia de tres reyes magos (Melchor, Gaspar y Baltasar), que ni eran tres ni eran reyes ni eran magos, según la Biblia.

La historia viene del libro de Mateo 2, cuando relata el nacimiento de Jesús en Belén y lo visitan los sabios o magos para adorarle ofreciendo tres presentes: oro, incienso y mirra.

Que se crea en que fueron tres en cantidad, viene del número de los regalos que ofrecieron. Además, no se trataba de magos, sino que así eran llamados a quienes eran estudiosos de las estrellas en la antigüedad.

Sus nombres surgen porque a partir del siglo VIII se comenzó a nombrar a los reyes magos haciendo referencia a las edades del ser humano: juventud (Gaspar), madurez (Baltazar) y vejez (Melchor).

Lo que dice la Biblia

Mateo 2: 1-2,11. Cuando Jesús nació en Belén de Judea en días del rey Herodes, vinieron del oriente a Jerusalén unos magos, diciendo: ¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido? Porque su estrella hemos visto en el oriente, y venimos a adorarle.

Y al entrar en la casa, vieron al niño con su madre María, y postrándose, lo adoraron; y abriendo sus tesoros, le ofrecieron presentes: oro, incienso y mirra.