La salud mental en el ámbito laboral sigue siendo un tema escasamente abordado en la República Dominicana, tanto por las autoridades gubernamentales como por los empresarios.

A pesar de su relevancia para el bienestar de los trabajadores y el impacto directo que tiene en la productividad de las empresas, su tratamiento ha sido limitado.

Según el Plan Nacional de Salud Mental 2019-2022, se estima que un 20% de la población dominicana padece de trastornos mentales, lo que más que duplica las cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Esta instancia de la ONU afirma que el 9% de la población mundial sufre actualmente de algún tipo de problema de salud mental y que un 25% lo experimentará en algún momento de su vida.

En el contexto laboral, estos problemas se agravan debido a las condiciones de estrés en el trabajo, que se ha convertido en un factor clave para el deterioro de la salud mental.

Factores de estrés en el trabajo

De acuerdo con el psicólogo organizacional Amaury Ramírez, las causas del estrés laboral pueden dividirse en dos categorías: las endógenas, relacionadas con la propia percepción del empleado, como la falta de preparación o la auto desvalorización, y las exógenas que incluyen la sobrecarga de trabajo, la deficiencia en el liderazgo organizacional, los conflictos internos entre compañeros y una cultura organizacional basada en la sanción de los errores.

Ramírez advirtió sobre las posibles consecuencias de estas situaciones: la somatización, la aparición de enfermedades crónicas como la diabetes y la hipertensión, y el desarrollo de trastornos mentales.

En particular, el síndrome de burnout es una manifestación del estrés crónico que afecta cada vez más a los trabajadores dominicanos, generando síntomas como fatiga persistente, dolores crónicos, problemas gastrointestinales e insomnio.

El estrés laboral no solo afecta la salud del trabajador, sino que tiene repercusiones significativas en el ambiente laboral. Según Ramírez, el estrés disminuye la autovaloración de los empleados, afecta la vida familiar y social, y potencia los conflictos laborales. Todo esto se traduce en un aumento del ausentismo, una baja en la productividad y una disminución en la calidad del trabajo.

El especialista destacó la necesidad de implementar políticas empresariales que faciliten el equilibrio entre la vida personal y laboral. Entre estas políticas se encuentran la limitación de contacto fuera del horario laboral, el disfrute efectivo de las vacaciones y la revisión de la cultura organizacional para garantizar que no existan factores que promuevan el estrés.

Señales de estrés laboral

El estrés puede manifestarse de diversas formas en el comportamiento de los empleados: insomnio, cambios bruscos en la actitud, agresiones en el lugar de trabajo, cansancio mental y el aumento en la cantidad de errores.

Estas son algunas de las señales de alerta que indican que un empleado está experimentando niveles elevados de estrés. Ramírez sugiere que las empresas deben desarrollar programas de bienestar adaptados a las necesidades de los diferentes grupos ocupacionales.

El desarrollo de habilidades socioemocionales se presenta como una herramienta clave para gestionar el estrés en el entorno laboral. Estas habilidades incluyen la empatía, la comunicación asertiva, la resolución pacífica de conflictos, la tolerancia y el trabajo en equipo.

De acuerdo con Ramírez, la implementación de programas de formación en estas competencias permite a los empleados identificar y autorregular sus emociones, mejorando así su bienestar general.

Además, intervenciones psicológicas como la terapia cognitivo-conductual, que han demostrado ser efectivas para prevenir el burnout en entornos laborales de alta demanda.

Sin embargo, un cambio más profundo en la cultura organizacional también es necesario, y aquí entra en juego el papel del liderazgo.

Para Ramírez, el liderazgo tiene un impacto directo en el clima y la cultura organizacional. Un líder empático y orientado a la dignidad humana puede marcar la diferencia en el bienestar de sus colaboradores. Sin embargo, en muchas empresas existe una confusión entre ser gerente y ser líder.

Muchos son gerentes de procesos, pero no necesariamente líderes de personas, advierte el especialista.

El desarrollo de un liderazgo transformacional, junto con programas de bienestar integral que incluyan aspectos físicos, emocionales y financieros, es esencial para crear un ambiente laboral saludable.

Para combatir el estrés laboral y mejorar la salud mental de los trabajadores, las empresas deben evaluar regularmente su clima y cultura organizacional. Algunas de las recomendaciones propuestas por los expertos incluyen:

– Diseñar programas de salud integral que promuevan el bienestar físico y mental.
– Asegurar que los empleados disfruten plenamente de sus vacaciones y tiempos de descanso.
– Fomentar espacios de dispersión y descanso dentro del lugar de trabajo.
– Desarrollar líderes transformacionales a través de programas de formación en liderazgo.
– Capacitar al personal en habilidades blandas, como las habilidades socioemocionales.

Ramírez concluye que cada empleado es responsable de su propio bienestar, pero las empresas también deben ser proactivas al crear espacios laborales saludables. Entre las iniciativas recomendadas están la contratación de profesionales de la salud que visiten el lugar de trabajo, la promoción de hábitos de sueño saludables y la provisión de espacios para el descanso.