El I Congreso Iberoamericano contra el Burnout busca desde este jueves en La Romana herramientas para evitar o al menos paliar los efectos del síndrome del trabajador quemado, que afecta a amplio un abanico de países, culturas y entornos laborales.
Ante los impactos negativos del "burnout" para el trabajador tanto a nivel psicológico y emocional como físico y también para la empresa, en el evento se analizarán hasta el próximo sábado las causas y las estrategias para evitar este agotamiento laboral de la mano de psicólogos, neurocientíficos, médicos, comunicadores o "coaches", con la colaboración de autoridades, empresas y organizaciones.
Según el grupo promotor del encuentro, Vacation is a Human Right Foundation (VIARH), el objetivo es "fomentar un entorno laboral saludable que promueva la inclusión y la diversidad y que valore el equilibrio entre el trabajo y la vida personal".
Con esta meta, en el congreso se celebrarán foros, conferencias, entrevistas, talleres, sesiones de preguntas y respuestas o actividades de networking (establecimiento de contactos).
Además, se buscarán estrategias para afrontar esta situación, con especial hincapié en la importancia de "la pausa", de la necesidad de llevar a cabo actividades relajantes o motivadoras para que el trabajador no sufra este agotamiento, lo mitigue o lo supere.
Entre los expertos que participan en el foro están Carmen Martínez Viciana (Organización Mundial de la Salud-Organización Panamericana de la Salud), los psicólogos Alejandra Vallejo-Nágera (España) y Michel Leiter (Estados Unidos), el neurocientífico hispanoargentino Néstor Braidot o el comunicador cubanoestadounidense Ismael Cala.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera el "burnout" resultado de un estrés crónico en el lugar de trabajo que no se ha manejado con éxito.
Quien sufre este síndrome de desgaste ocupacional se siente agotado física y psicológicamente, a lo que se une la desmotivación, el negativismo y la frustración, con la consiguiente disminución de la productividad.
Aumentan también dolencias como los dolores de cabeza o de articulaciones, los problemas gástricos, los trastornos del sueño, los síntomas depresivos, la tristeza y el consumo de alcohol o de sustancias estupefacientes, entre otros.
Según diferentes estadísticas, uno de los sectores más afectados por este agotamiento laboral es el sanitario. También los docentes se ven especialmente expuestos a esta situación de desgaste.