El exembajador de EE.UU. Víctor Manuel Rocha será sentenciado este viernes en una corte federal de Miami por cargos relacionados con espionaje para Cuba durante 40 años después de que se declare hoy mismo "culpable", como lo anunció su defensa en febrero pasado.
Rocha, de 73 años, está acusado específicamente de un cargo de "actuar como agente ilegal de un Gobierno extranjero (Cuba)" y otro por conspiración de ese mismo crimen y "defraudar a Estados Unidos".
También tiene cinco cargos por fraude electrónico, tres por "hacer una declaración falsa en una solicitud de pasaporte", cuatro por "uso de un pasaporte obtenido mediante una declaración falsa" y uno por "declaraciones y representaciones falsas", según el documento de la acusación.
En general está sindicado de "actuar secretamente durante décadas como agente del gobierno de la República de Cuba", según la acusación del Gobierno estadounidense.
El pasado martes, la Asamblea de la Resistencia Cubana (ARC), una coalición de grupos del exilio dentro y fuera de Cuba, realizó una concentración frente a una corte federal de Miami para pedir una "sentencia máxima" contra Rocha.
"Rocha no solamente traicionó a los Estados Unidos, el país que servía en su cargo, sino que puede haber tenido una complicidad alta en crímenes de lesa humanidad", dijo entonces a EFE Sylvia Iriondo, presidenta del grupo de exilio MAR por Cuba.
El exdiplomático, de origen colombiano, arrestado en Miami en diciembre pasado, tendrá una audiencia la tarde de este viernes, en la que además de declararse culpable será sentenciado por la jueza Beth Bloom.
Inicialmente el exembajador se había declarado en febrero no culpable de los cargos que pesaban en su contra.
Rocha fue arrestado en Miami el pasado 1 de diciembre después de confesar sus actividades a un agente del FBI que se hizo pasar por espía cubano.
Entre 1981 y 2002, Rocha fue empleado del Departamento de Estado de EE.UU. y ocupó varios puestos en las embajadas de Estados Unidos en República Dominicana, Honduras, México, Argentina y Bolivia.
Según consta en el escrito de acusación, entre 2022 y 2023 hubo tres reuniones entre Rocha y un agente especial del FBI que fingió ser ’Miguel', un representante de la Dirección General de Inteligencia de Cuba.
En esos encuentros, que fueron grabados y se llevaron a cabo en español, el exdiplomático se refirió constantemente a Estados Unidos como "el enemigo" y confesó que su mayor preocupación cuando trabajaba para el Departamento de Estado fue "fortalecer la Revolución" cubana.