El canciller dominicano, Roberto Álvarez, señaló este jueves ante la Organización de Estados Americanos (OEA) que celebra la disposición de diálogo por parte de Haití, pero defendió las restricciones fronterizas impuestas por su país el pasado mes de septiembre.
Las medidas tomadas por República Dominicana en represalia por la construcción de un canal que busca desviar el agua del río fronterizo Dajabón o Masacre a territorio haitiano, son "legítimas", aseguró el ministro de Exteriores del país caribeño.
"Tienen como único objetivo abrir espacios políticos y diplomáticos para resolver el asunto en beneficio de ambos pueblos", destacó el diplomático.
Álvarez destacó sin embargo que ve con buenos ojos que Haití haya aceptado entrar en un diálogo mediado por el secretario general de la OEA, Luis Almagro, y aseguró que su gobierno tiene también intención de negociar.
"Nuestras acciones muestran la disposición dominicana al diálogo y al uso de las vías diplomáticas", agregó Álvarez.
La oposición del gobierno dominicano a la construcción del canal, que el diplomático calificó de "ilegal", se debe a que buscan que ambos países puedan aprovechar de manera "equitativa" las "aguas transfronterizas, prevenir desastres naturales y conservar el sistema agrícola", subrayó el canciller.
República Dominicana, que comparte el territorio de la isla La Española con Haití, reabrió este miércoles el comercio con la nación vecina a través de lo que bautizó como "corredores comerciales", bajo fuertes controles de seguridad.
Sin embargo, según funcionarios dominicanos, Haití decidió mantener su puerta cerrada, imposibilitando la entrada a territorio dominicano de sus ciudadanos.
Los llamados corredores funcionarán con "estrictas medidas de control militar y registro biométrico obligatorio" en las provincias de Dajabón, Elías Piña, Independencia y Pedernales, limítrofes con Haití, con el objetivo de "facilitar el comercio de productos esenciales dominicanos como alimentos y medicinas", y con la vista puesta especialmente en los niños.