El embajador dominicano en Cuba describió en tono poético el potencial turístico de República Dominicana, al afirmar que la clave del crecimiento económico dominicano no se puede describir solo con estadísticas y no solo con las cifras del Banco Central, sino con la sonrisa.
Flavio Rondón habló ante más de 30 embajadores acreditados ante la República de Cuba, funcionarios del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba y representantes del empresariado, encabezados por José Coronado, y de la comunidad dominicana en la isla socialista.
Durante el acto a la dominicanidad, celebrado en los jardines de la residencia del embajador, el licenciado Flavio Rondón, ante 48 miembros del cuerpo diplomático acreditado en la isla, funcionarios cubanos de relaciones exteriores y una delegación de la colonia dominicana en Cuba, dijo que la explicación del fenómeno dominicano en su posicionamiento económico y social, no se puede explicar con las cifras y las estadísticas economistas o el Banco Central.
“Ahí no está la respuesta, porque la contestación es tan simple que escapa a la mirada de quienes tienen el símbolo de pesos en sus ojos. A ustedes amigos míos les digo que la clave del crecimiento económico dominicano es la sonrisa”.
Y agregó que “Por la sonrisa que brindamos cada día al amanecer cuando vamos al arado, a la universidad, a la. fabrica, a la escuela, al hospital, porque la sonrisa, es radiografía de que asumimos nuestros retos con amor y como ha dicho Martí "solo el amor engendra melodías".
A continuación, el texto del discurso del embajador Rondón:
Señoras y señores,
"Hay un país en el mundo colocado en el mismo trayecto del sol. Oriundo de la noche. Colocado en un inverosímil archipiélago de azúcar y de alcohol."
Con esos versos inicia nuestro poeta nacional Don Pedro Mir su poema "Hay un país en el mundo", el poema nacional de la República Dominicana. Inicio mis palabras con ellos por múltiples razones; la primera tal vez, porque siendo -como es- la poesía la más alta expresión de lo humano y la más sublime de las artes, es el único que conduce a la salvación; ya lo ha dicho de otra forma, un cubano ilustre y universal, Lezama Lima "nos salvaremos por la palabra"; la segunda razón es porque ese poema fue escrito en Cuba, tierra que sirvió de abrigo y refugio a nuestro poeta nacional en los grises días de la dictadura trujillista.
He aquí un símbolo más de la vinculación entre República Dominicana y Cuba; símbolo que se suma a la presencia de Hatuey, advirtiéndole a sus hermanos de la isla grande que de las lágrimas sagrada -que es el mar- habían llegado seres con barbas y cabezas de metal, sin corazón que habían masacrado inmisericordemente a los primeros habitantes de Quisqueya y a la que también tributa la presencia de Máximo Gómez frente al ejército libertador cubano.
Este 27 de febrero conmemoramos un año más de la gesta independentista nacional y los dominicanos de hoy miramos agradecidos a esos hombres y mujeres que a sangre sudor y lágrimas forjaron la geografía de esos 48,000 km2, la mitad de esa pequeña isla pero que por la generosidad de Dios lo tiene todo. Si quieres ver playas, puedes ir a muchos países que tienen hermosas playas; si quieres ver desiertos puede visitar grandes naciones que con sus inmensos arenales nos recuerdan lo pequeño que somos en el concierto del universo; en decenas de países puedes disfrutar de una cultura culinaria que hace fiesta en nuestro paladar, si lo quieres todo en un solo lugar tienes que visitar la República Dominicana. Lo repito gracias a la generosidad de Dios República Dominicana lo tiene todo, y por ello podemos decir orgullosos que somos un continente en miniatura.
A Duarte, Sánchez, Mella, Concepción Bona, María Trinidad Sánchez, los Trinitarios, los oficiales y a los elementales soldados de esa gesta, nuestro más profundo agradecimiento.
A ellos hay que honrar cada día y la mejor manera de hacerlo es con acciones que engrandecen la patria que fundaron y tienda a ser más digna la vida de sus habitantes.
Hoy he dejado claro en mis palabras que esa Patria no es un ser, es un ser…. una patria en constante construcción y por ello quiero acentuar que también son patriotas los hombres y mujeres que cada día labran la tierra, construyen el surco la esperanza y abonan nuestros frutos con su sudor y sus lágrimas; el campesino de mirada franca y sonrisa ancha como el horizonte es garantía de nuestro futuro, como lo es el obrero, la joven profesional, la estudiante que repasa el libro para cumplir con sus compromisos escolares… en fin como lo son millones de dominicanos que en su tierra o allende los mares aman esta tierra con un amor solo superado por el nazareno errante que hace más de 2 mil años dio su vida en un madero por nuestra salvación.
A ellos, al dominicano común, al simple como un verso de Neruda y tierno como una flor por el amor a los suyos, pero bravo como avispa cuando toca defender la tricolor, son mis palabras y es mi agradecimiento.
Decir que la independencia nacional no es un ser sino un ser, Es decir que esa independencia la construimos cada día desde que sale el sol en las hermosas playas de Punta Cana hasta que nos deja nostálgico con su partida en las azules aguas de Bahía de las Águilas.
Mucho se habla hoy del milagro económico que representamos a nivel regional, de la fortaleza de nuestra industria, de nuestro sector construcción, de nuestras telecomunicaciones, de nuestro turismo y de nuestro pujante sector agropecuario.
Los datos que acabo de darles son números y como es lógico y cumpliendo con el principio de identidad: números, son números – los números fríos- y como tal para mí un amante del calor tropical, loza fría. De alguna manera dicen mucho y de otra quedan mudos, explican, pero no lo fundamental porque lo fundamental no puede estar contenido en cifras. tal vez por ellos connotados economistas de las más prestigiosas universidades y centros de pensamiento no han podido explicase la razón de nuestra fortaleza económica y jamás podrán explicarlo mientras apelen a simples fórmulas económicas. Ahí no está la respuesta, porque la respuesta es tan simple que escapa a la mirada de quienes tienen el símbolo de pesos en sus ojos. A ustedes amigos míos les digo que la clave del crecimiento económico dominicano es la sonrisa.
Por la sonrisa que brindamos cada día al amanecer cuando vamos al arado, a la universidad, a la. fabrica, a la escuela, al hospital, porque la sonrisa, es radiografía de que asumimos nuestros retos con amor y como ha dicho Martí "solo el amor engendra melodías" y esa melodía del amor se traduce en un merengue y en una bachata que llevan el signo y el símbolo de la tricolor que con sus manos confeccionó Concepción Bona.
Esa sonrisa es la que brindamos al turista que nos visita y por ello tenemos una de la más alta tasa de repitencia del sector turístico a nivel mundial.
Quien va a República Dominicana, vuelve a República Dominicana hechizado plor la magia de nuestras sonrisas y el color de nuestra alegría.
Como un simple y elemental campesino que soy, como un cevicano errante, soy un gran desconocedor, pocas cosas sé, pero hay algo de lo que estoy más seguro que de mi ignorancia y es que este nuevo aniversario de la gesta independentista nacional, debe servirnos, claro está sin olvidar a los hombres y mujeres que sembraron la patria en el concierto de las naciones libres, más que para abonar el árbol de la memoria, para abonar la flor de la esperanza.
Agradecidos de Luperón, Manolo, de Francis y de Peña Gómez, agradecido de cada dominicano que se ha decidido a conquistar la dignidad del aire.
¡QUE VIVA LA REPÚBLICA DOMINICANA!”
Pie de foto
El embajador dominicano en Cuba, Flavio Rondón mientras prenunciaba el discurso de orden a su lado su esposa Mirla Cruz Peña y la cónsul general Ceila Encarnación.
Parte de la concurrencia al acto del 177 aniversario de la independencia dominicana, realizado en los jardines de su embajada.