El viento batía duro en Cabo Rojo, municipio Pedernales, en el extremo más austral del territorio nacional, la mañana del 5 de febrero de 2023. Chirriaba el techo del salón montado para recibir al presidente Luis Abinader y unos 300 invitados especiales, que temprano coparon los espacios; los pilares de aluminio que sostenían las vigas de igual metal, seguían erectos, resistiendo los ventarrones. El polvo estaba alborotado, pese que camiones cargados de agua circularon por el área desparramando chorros casi hasta la hora de comienzo del acto. En el pueblo dicen que la sequedad y el viento seco de la cuaresma comenzaron a destiempo.

Enfrente, muy cerca de allí, la hermosa playa se hacía la indiferente ante la brisa seca; sus olas se desplazaban suavemente hasta perderse en la arena de la costa. Unos cuantos bañistas aprovechaban la quietud y transparencia de las aguas, mientras decenas de prosélitos del oficialista Partido Revolucionario Moderno se arremolinaban en derredor de las instalaciones donde sería celebrada la ceremonia.

Camino al escenario por la carretera de la bauxita, a la izquierda, el aeródromo lucía activo. Unas diez naves, entre aviones pequeños y avionetas, en rampa. Habían traído funcionarios, inversores e invitados. Las áreas de los 13 hoteles que serán edificados, estaban perfectamente identificadas con vallas grandes a color. Donde serán levantados los dos primeros, el terreno había sido aplanado; había estructuras en madera; ingenieros y arquitectos de las constructoras con chaquetas de trabajo de pies, alineados como cadetes. Rastros de la tubería enterrada del nuevo acueducto, en buen trecho. Una verja perimetral naciente.

En el viejo muelle de embarque de la bauxita y la caliza que exportó la Alcoa Exploration Company desde finales de los 40 hasta mediados de los 80, y luego Ideal y Dovemco, se ve movimiento de maquinarias de constructora mexicana ITM. Lo convertirán en Port Cabo Rojo, un puerto de cruceros que será administrado por Taíno Bay, el cual -por garantía del mandatario- recibirá los primeros turistas en diciembre de este 2023.

En el escenario del primer palazo para los hoteles, se armó la algarabía cuando la maestra de ceremonia invitó a ponerse de pies “para recibir al excelentísimo presidente Luis Abinader“.

Cerca de las 11 de la mañana del domingo, el mandatario subía la escalerita por la derecha, acompañado de la primera dama Raquel Arbaje.

En el presídium, además de la pareja presidencial, estaban: el presidente del Senado, Eduardo Estrella; el ministro de la Presidencia, Joel Santos; el director ejecutivo de Alianzas Público Privadas, Sigmund Freund; el ministro de Medio Ambiente, Miguel Ceara; la gobernadora Miriam Brea; el senador de la provincia, Dioni Sánchez; el director de Aduanas, Eduardo Sanz; el presidente de Banreservas, Samuel Pereyra; representantes de las cadenas hoteleres Iberostar y Hyatt, y de las constructoras de las obras, Therrestra-Estel y Cocaro Development. Abajo, en primera línea, reconocidos empresarios turísticos y funcionarios…

A las 11:08, todos de pies. El himno comenzó, terminó y se corrió un poco de nuevo… Algunos fruncieron ceños.

Sigmund Freund, director ejecutivo de Alianzas Público Privada (DGAPP) fue invitado al podio. Justificó el “polvazo” en el entorno con la febril actividad de las maquinarias, señal de concreción de lo prometido. Describió ampliamente el proyecto y los avances registrados. Enfatizó en el cumplimiento de los parámetros medioambientales nacionales e internacionales y el compromiso del gobierno en desarrollar un turismo sostenible y sustentable. Y no dejó de tirarle piropos a su superior, deseándole cuatro años más en el palacio de la Moisés García.

Luego, un timidón Joel Santos, ministro de la Presidencia, en su discurso, remarcó que el proyecto contempla 12 mil habitaciones con una inversión estimada de 2,245 millones de dólares (mmd) en 10 años.

La española Gloria Fluxá, vicepresidenta y directora de sustentabilidad de Iberostar Hotels & Resorts del Grupo Iberostar, alabó las características del proyecto y, con maestría, planteó cómo ha crecido en el mundo la cadena hotelera internacional siempre con estricto apego al respeto a la protección del medioambiente.

Llegó el turno del presidente. Chacabana manga corta, blanca. Pantalón azul y zapatos sport negros. Advirtió que en la víspera tenía un discurso formal, pero que lo rompió para escribir algunas palabras. A lo lejos, sobre el podio, se veía un manuscrito a bolígrafo en hojas sueltas.

Un Abinader con evidentes avances en su manejo discursivo y de empatía con el público, destacó los aportes de la familia Fluxá al turismo dominicano. El padre y las hijas son dominicanos de origen español, dijo sonriente (risas). Aseguró que ese día representaba el arranque definitivo del destino turístico de Pedernales como punta de lanza del desarrollo integral de la Región Enriquillo (Independencia, Baoruco, Barahona y Pedernales).

Citó que los dos hoteles sumaran 1,100 habitaciones, con una inversión de US$240 millones. Se refirió a la carretera hasta Barahona (124 kilómetros), y hasta anunció tan plazos tan cortos como diciembre para entrega del primer tramo. Reiteró que será construida la vía hacia Puesto Escondido, por Aceitillar-sierra Baoruco. Y llamó a los pedernalenses a defender, entre todos, las obras que ejecuta el Gobierno. Aplausos delirantes.

Antes, había referido que durante una conversación “con mi esposa Raquel, “y digo mi esposa para distinguirla de la otra Raquel Peña, la vice”, le comentó que el desarrollo turístico de Pedernales sería su mejor legado como presidente de la República.

La primera semana de enero de este año, en Acento y Suelo Caribe se lo planteaba: “El 16 de agosto próximo, el presidente Luis Abinader cumplirá el tercer año de su cuatrienio, y, hasta ahora, la iniciativa de su gestión con mayor carga simbólica es el Proyecto de Desarrollo Turístico de Pedernales, que será ejecutado en Cabo Rojo, 23 kilómetros al sureste del municipio cabecera”. https://acento.com.do/opinion/proyecto-turistico-pedernales-obra-simbolica-con-doble-filo-9149157.html. https://suelocaribe.com/destinos/pedernales/pedernales-cabo-rojo/.

Cuando terminó sus palabras, se repitieron resonantes aplausos. Un tropel de periodistas, fotorreporteros y camarógrafos se movió desde atrás hacia él. Había micrófonos, cámaras televisuales y fotográficas a granel; transmisiones radiofónicas y por redes sociales en vivo.

El mandatario concedió de una entrevista al talkshow Gobierno de la Mañana, que tenía sus equipos instalados en el ala izquierda del escenario.

El correteo de vehículos se había activado otra vez. El viento y el polvo seguían “su agitado curso”. Eran las 12:20 de la tarde. El presidente Abinader y los funcionarios se desplazarían en breve hasta pueblo, a 23 kilómetros por una carretera llana. Inauguraría las escuelas vocacionales de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional y el remozamiento del polideportivo; daría el palazo de inicio de una extensión de la Universidad Católica de Barahona y entregaría títulos definitivos de propiedad de solares y viviendas a comunitarios de Mencía, La Altagracia y Aguas Negras…

El día siguió agitado en el pueblo, hasta casi el anochecer, en que el presidente se marchó hacia la capital.