Nicólas Corona es un hombre de la montaña. Con 54 años, conoce al dedillo cada rincón de la sierra Baoruco, uno de los dos parques nacionales que ocupan el 68% del territorio de 2,075 kilómetros cuadrados de esta provincia del extremo sudoeste de 2,075 kilómetros cuatros.

El otro es el Jaragua. Él conoce palmo a palmo cada intersticio de las entrañas del gran cañón dominicano, el alucinante hoyo de Pelempito. Cada sabana. Cada bosque nublado. Cada sitio de aves. Cada cueva con sus rastros indígenas… Él es un celoso protector de jutías y de los extraños almiquíes de La Española o solenodontes. 32 años estudiando y protegiendo estos mamíferos le han llevado a asumir esas criaturas como extensión de su vida.

Nicolás Corona, protector de solenodontes

Y él, exmontero y ahora administrador de la reserva biológica Loma Charco Azul (78 kilómetros), entre loma El Aguacate y Jimaní, sin titubeos, afirma:

“Los pozos ecológicos son uno de los grandes atractivos de Pedernales, y hay que aprovecharlos”.

No se refiere solo a los tres que existen en Trunicolá, mismos que desde hace unas dos décadas han llamado Pozos de Romeo, 13 kilómetros al este del pueblo, a la orilla sur de la carretera que lleva a la capital. Son visitados por curiosos y los bañistas desafiantes y aventureros.

Mira más hacia el norte, donde hay otras fuentes similares, más grandes, profundas y hermosas.

Pero llegar hasta cada uno de esos tesoros, se requiere de agallas y espíritu aventurero. No hay caminos. Hay que abrirse paso, cual malabarista, sobre filosas rocas kársticas (dientes de perro), entre guasábaras, cactus y abrojos, bajo un sol achicharrante. Al llegar, es alto el riesgo de bajar para disfrutar de un baño o bucear. Y, al subir, igual de difícil y nada donde guarecerse.

Son al menos 13 pequeños mundos de sorpresas, solitarios, dispersos entre los parajes Ticonserva, Marazate y Trunicolá, en la parte más meridional de sierra Baoruco, hábitat de cientos de iguanas, jutías, solenodontes, chivos cimarrones y otras especies.

Obra Maestra

En Eslovenia le llaman Dolina, que en español, significa torca, hondura, depresión. En Yucatán, México, prefieren el término cenote (hoyo con agua, como traducción de un término maya). Y, en Pedernales, provincia del extremo sudoeste del territorio dominicano, a 307 kilómetros de la capital: pozos de agua.

En Wikipedia lo definen como una dolina de origen kárstico inundada, que se formaron en las épocas de bajada del nivel del mar durante los pulsos glaciares del Pleistoceno.

En la mayor parte de los casos son ensanchamientos de complejas redes fluviales subterráneas. Así, el agua marina se infiltra. Al ser más densa que la dulce, puede penetrar por el fondo del sistema freático.

En algunos de ellos, a partir de cierta profundidad, el agua se vuelve salada, aunque estén a muchos kilómetros de la costa. La superficie de contacto entre el agua dulce y salada le llaman haloclina (producen efectos visuales).

Tienen forma subcircular, con paredes abruptas. Con la evolución del macizo kárstico comienza siendo una cámara subterránea producida por la disolución de la roca caliza por la infiltración de agua de lluvia. Al final, conforme la cavidad aumenta de tamaño, el cenote puede terminar aflorando a la superficie por colapso de la cúpula.

De acuerdo a la edad, existen cenotes a cielo abierto, semi-abiertos y subterráneos. Los maduros se presentan completamente abiertos y los más jóvenes son los que conservan su cúpula intacta.

Explica que los cenotes tienen estructuras transitorias que, finalmente, pueden terminar rellenos y desecados, pasando a ser río subterráneo. Su forma es subcircular, con paredes abruptas.

Con la evolución del macizo kárstico, comienza como una cámara subterránea producida por la disolución de la roca caliza por la infiltración de agua de lluvia. Al final, conforme la cavidad aumenta de tamaño, el cenote puede terminar aflorando a la superficie por colapso de la cúpula. https://es.wikipedia.org/wiki/Cenote.

En su libro “Regiones geomorfológicas de la isla española o de Santo Domingo”, el geógrafo y catedrático Bolívar Troncoso refiere el término cenote (o pozo) al describir el llamado Procurrente de Barahona (No la península sur de Barahona).

De acuerdo al experto, se trata de una emersión de origen marino que se forma en el segundo y tercer períodos de la era terciaria, Oligoceno y Mioceno, y lo forman una serie de terrazas marinas en forma de escalones gigantes que terminan al sur en llanuras aluvionales, conteniendo varias lagunas y humedales costeros.

Geógrafo y catedrático Bolívar Troncoso.

Detalla que estas forman la parte más meridional de La Española o Santo Domingo, localizadas al sur de la sierra de Baoruco y separadas de ésta por una línea de falla que puede trazarse desde Pedernales (extremo oeste) hasta Enriquillo (extremo este). Tiene una longitud de 50 kilómetros y una anchura máxima 40 kilómetros. Su forma es de triángulo con base en el norte. Su nombre se debe a sus características geomorfológicas: Terrazas marinas que procurren o penetran hacia el mar.

“Las llanuras de sus litorales son conocidas como sabanas, Juancho en la parte sureste, Sansón en el suroeste, y Pedernales en el noroeste. Su estructura geomorfológica, además de las gigantes terrazas de origen marino, cuenta con tres llanos, dos litorales (Juancho y Pedernales) y uno de interior (sabana de Sansón). Los litorales cuentan con humedales, el caso de la laguna de Oviedo en la sabana de Juancho, además de playas, y el de Pedernales con importantes humedales y playas. Otra característica importante es el drenaje subterráneo y la formación de cenotes”.

La naturaleza ha obrado con paciencia en el diseño de esos lugares de ensueño. Ojos de agua que constituyen un espectáculo visual alucinante, pero con escasos espectadores.

De espaldas a las maravillas

Nunca estos atractivos naturales han sido aprovechados en toda su dimensión. Solo los tres pozos que están al filo de la carretera, entre Pedernales y Oviedo, reciben visitantes de vez en cuando. Pero, todo se agota en chapuzones. En este sitio, como en los otros, jamás ha habido condiciones para el disfrute pleno, salvo el bálsamo que representa el agua cristalina.

Ricardo Estévez es un inquieto agrónomo y ecologista que vive en comunidad agrícola Aguas Negras, en sierra Baoruco. Critica que la provincia haya vivido de espaldas a esos espectaculares pozos. No han sido habilitados para los visitantes; las autoridades jamás se han preocupado, acota.

“Además del atractivo ecoturístico, estos cenotes tienen una gran importancia social, cultural, histórica y hasta científica, debido a las voluminosas estalactitas y estalagmitas hay en los subterráneos. Es probable que los caciques Enriquillo, Guacanagarix y otros hayan usado esas aguas… Pero eso hay que investigarlo. Aquí tenemos cenotes abiertos, semiabiertos y subterráneos. Si se valorizaran, serían tan atractivos como las Cuevas de las Maravillas y Los Tres Ojos”.

Propone la construcción de senderos intercomunicados para establecer una ruta ecoturística.

“Y que le hagan escalones para acomodar a la gente y que se puedan bañar tranquilas… Además, creo que esas aguas se pueden aprovechar para el consumo humano. Estos acuíferos, a pesar de que están entre la sierra y el mar, y en tiempos de pocas lluvias y hay poca presión de agua desde arriba, el mar experimenta intrusión y la saliniza. Pero esa agua me sabe menos salobre que la de Punta Cana y Bávaro. En tiempos de lluvia es totalmente dulce. Esas aguas son aprovechables; se puede hacer un embalse y dirigirlas al proyecto turístico de Cabo Rojo”, argumenta.

El geógrafo Troncoso recomienda “crear unos productos turísticos con senderos para buceos y baños en los cenotes con lagunas, y de buceo subacuático, en los abiertos con ríos subterráneos, como los que están al borde la carretera, próximo a Cabo Rojo”.

Edward Adames, aficionado de la fotografía turística por dron, cree que las autoridades deberían habilitar los pozos con mejor acceso para los bañistas y turistas, sin afectar el ambiente.

“Por ejemplo, poner escaleras y construir casetas donde los visitantes puedan protegerse del sol y sentarse a descansar. Ya hay turistas que van en tours y se animan a ir a los pozos, pero, debido al descuido y al abandono, no duran mucho; tampoco van tantas personas como deberían ir… Todo eso ocasiona que quienes visitan lo hagan de manera fugaz”.

Para Nicolás Corona, “los pozos ecológicos son unos de los grandes atractivos de Pedernales. A la gente le gusta ir con el sol caliente. Pero hay que habilitar los caminos, que, como tú sabes, son de roca de diente de perro, rocas calizas de varias edades. Hay que habilitar los senderos hacia cada pozo de esos, para que la gente penetre. Y para evitar el desorden, ponerle caseticas de entrada de Medio Ambiente, y cobrar un impuesto, y mantener todo eso limpio, porque hay personas del mismo Pedernales que se dan a la tarea de ir a los cenotes y dejan todo eso lleno de basura”.

Como el agrónomo Estévez, Corona cree se debe aprovechar el agua y derivarla hacia el proyecto Cabo Rojo.

“Además, en el oasis de Marazate y Ticonserva, hay observatorios de aves, desoves de aves endémicas que van allí a beber, y eso puede ser excelente para los turistas”, puntualiza.

Para Katia Adames, del clúster turístico, el tema de los senderos hacia los atractivos es complejo porque va más allá que construir un camino.

“Porque necesitamos de expertos en la materia para poner en valor esos atractivos. Primero debemos saber quién los va a hacer, cómo los van a hacer, quién estará pendiente de eso… porque no se trata solo de hacer un mirador, sino que haya un centro de interpretación para que, cuando tú vayas, te expliquen el porqué de esos atractivos, sus características… No es solo bañarse”.

El proyecto de desarrollo turístico de Pedernales contiene un componente de habilitación de todos los atractivos de la provincia. Las autoridades han dicho que trabajan en una iniciativa sostenible y sustentable, con respeto absoluto al medioambiente.

El Gobierno ha anunciado la licitación para la construcción del primer hotel frente a la playa Cabo Rojo, a 23 kilómetros del pueblo, a un costo de RD$ 6,600 MM. Según la Dirección General de Alianza Público Privada, tendrá 580 habitaciones y otras facilidades. Dice que será operado por la cadena Iberostar. ITM Group recluta personal para la conversión del muelle de 1957 en terminal de cruceros. Y ASCH hace lo propio para construir las obras hidrosanitarias. Otras obras están en ejecución. El proyecto avanza. Los cenotes esperan.